Tenía 80 año de edad. El deceso del músico fue informado por su agente Bernard Doherty. En los últimos días se había anunciado su alejamiento de una gira.
El batería de los Rolling Stones, Charlie Watts murió a los 80 años en un hospital de Londres. La triste noticia llega semanas después de que Watts se retirara de la gira No Filter de la banda. El músico era miembro del mítico grupo de rock desde 1963.
Su publicista Bernard Doherty, dijo en un comunicado: “Es con inmensa tristeza que anunciamos la muerte de nuestro querido Charlie Watts. Ha fallecido en paz en un hospital de Londres hoy mismo rodeado de su familia. Watts era un amado marido, padre y abuelo y también, como miembro de The Rolling Stones, uno de los mejores bateristas de su generación. Pedimos que se respete la intimidad de su familia, de los miembros de la banda y de sus amigos más cercanos en este difícil momento”.
La noticia impactó en la prensa inglesa e internacional. Los principales medios del Reino Unido reflejaron las palabras de Doherty e hicieron mención a la reciente renuncia del afamado baterista a la gira de la banda musical.
A principios de los años sesenta, Watts ya era un músico conocido en el circuito de R&B de Londres. Tocaba en varias bandas, entre ellas la más importante era Blues Incorporated, que integraban varios músicos que luego harían una gran carrera: su líder Alexis Korner y Jack Bruce (Ginger Baker, también integrante de Cream como Baker, reemplazó a Watts tras su partida).
Al mismo tiempo se ganaba la vida como diseñador gráfico. Keith Richards y Mick Jagger lo querían en su banda: “Pensábamos que había sido tocado por la gracia de Dios”, escribe Keith. Sabían que era el mejor baterista del ambiente. Cuando se acercaron a él, Watts les hizo una pregunta prosaica: “¿Vamos a ganar plata?” Porque yo necesito cobrar. Vivo de esto”. Él necesitaba al menos que le aseguraran dos shows semanales. Pero cuando empezaron a tocar juntos hubo algo que al principio no funcionó del todo bien. Las partes no conseguían congeniar. Mick y Keith buscaban más energía, algo más musculoso. “Charlie tiene swing. Pero todavía no tiene el sonido correcto”, anota Keith en su diario. Ellos creían que no sabía rockear. A las pocas semanas el tándem con Bill Wyman se había afianzado y los Rolling Stones descansaban en su baterista tranquilo.