-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace vestido con trajes antiguos? ¿Qué le pasa que además está boleado?
-Más que boleado, estoy anestesiado…
-¿Me está por contar un chismecito antiguo o medicinal?
-Le estoy por contar algo que me indignó.
-¿Qué ocurrió?
-Una fiesta.
-¿Una fiesta le indignó?
-Sipi.
-¡Qué raro! Usted es demasiado jodón.
-Fue un descontrol.
-¿Qué pasó?
-De los 400 comensales, 300 estaban beodos.
-¿Qué tomaron esos cristianos?
-Todo, vino, fernet, cerveza, wisky…
-¿Quiénes eran?
-Los concurrentes a un congreso.
-¿De qué área?
-De un área anestesiante.
-Y bueh, llega la primavera. Aunque aún no comprendo porqué está indignado.
-Simplemente porque ese descontrol ocurrió en la Casa Histórica.
-¡¡¡¿Qué?!!! ¿Se puede hacer una festichola ahí?
-Sipi, usted paga 48 mil pesos y puede hacer un evento en ese lugar histórico.
-¿Y los ruidos molestos?
-Los vecinos se quejan y nadie los escucha.
-Pero, ¿no llaman por teléfono a la Casa Histórica?
-Sipi, les contestan que el número es equivocado.
-¿Y hacen la joda dentro del museo?
-No, usan el tercer patio y, a veces, el segundo.
-¿Y los turistas?
-Muchas veces se quejan porque no pueden acceder al tercer patio, en donde se encuentran las placas y los dos relieves de Lola Mora sobre la Revolución de Mayo y la Declaración de la Independencia.
-¿Por qué?
-Porque están preparando el lugar…
-¿Y se hacen muchas fiestas en la Casa Histórica, si se puede saber?
-Casi todos los días, según me informaron unos amigos.
-¡Qué completa la información! Esta vez sí que se ganó el cafecito, Eduard querido.
-Con medialunas, jamón y queso, jugo de naranja, yogurt y ensalada de frutas…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!