El mismo día en que concluyó la primera auditoría en 10 años de los técnicos del Fondo Monetario Internacional, con encuentros con pequeños empresarios de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y técnicos del Banco Central de la República Argentina, donde fue recibido por el presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, el jefe de la misión, Roberto Cardarelli, declaró desde Washington que “al entrar en funciones en diciembre del año pasado, el nuevo gobierno argentino se enfrentó a desequilibrios macroeconómicos generalizados, distorsiones microeconómicas y un marco institucional debilitado”.
Y resaltó que “el nuevo gobierno puso en marcha una transición ambiciosa y muy necesaria hacia un marco mejor de política económica. El avance logrado es importante”, en los casi 10 meses de gestión:
1. El tipo de cambio del peso ahora es determinado por el mercado y los controles cambiarios han sido eliminados
2. El aumento de las tarifas de los servicios públicos los ha acercado a los precios internacionales.
3. El acuerdo con los acreedores ha hecho posible el regreso a los mercados internacionales de capital, tanto para el sector público como para el privado.
4. Se han anunciado metas fiscales y objetivos de inflación de mediano plazo, así como la adopción de un esquema moderno de metas de inflación.
5. Se está reconstruyendo la agencia estadística nacional (Indec), permitiendo la generación de datos fidedignos y de mejor calidad sobre la inflación, el comercio internacional, el mercado laboral y el producto.
CRITICAS AL KIRCHNERISMO
En tanto, el organismo cuestionó con dureza al kirchnerismo. “Los niveles de consumo eran insosteniblemente elevados, la inversión se encontraba en niveles históricamente bajos y los profundos déficits fiscales se financiaban mediante la creación de dinero lo cual generó alto niveles de inflación”, señaló.
Al respecto, hizo hincapié “en las distorsiones microeconómicas”, generadas “por una extensa red de controles administrativos, como barreras comerciales, restricciones cambiarias y controles de precios, y un clima empresarial que erosionaba la competitividad y socavaba el crecimiento a mediano plazo”.
RECOMENDACIONES DE POLÍTICA ECONÓMICA
Y fiel a su estilo, la declaración del organismo no pudo evitar hacer recomendaciones de políticas más intensas en el plano fiscal, tras “felicitar al gobierno por su claro compromiso para bajar la inflación a niveles de un dígito y reducir el déficit fiscal”, aunque ya había anticipado el ministro Alfonso Prat-Gay que “en ningún caso, estas recomendaciones son vinculantes para el país miembro”: “La velocidad de estas medidas, así como la composición del cambio de la situación fiscal deberán tener en cuenta el impacto en el crecimiento, el empleo y los segmentos más vulnerables de la población argentina. Un plan fiscal a mediano plazo que guíe las expectativas sería valioso en el marco de esta corrección”.
De ahí que Roberto Cardarelli expresó que “Afianzando la gestión del gasto público, mejorando más la gobernabilidad e incrementando la eficiencia del gasto público se crearía espacio para una reducción muy necesaria de la carga tributaria, al tiempo que seguirían corrigiéndose los desequilibrios fiscales. Por último, un crecimiento vigoroso, sostenido y equitativo requerirá la implementación de un ambicioso programa de reformas del lado de la oferta. Esas reformas crearán un entorno más conducente a la inversión privada y generarán significativos dividendos a mediano plazo en forma de más y mejores puestos de trabajo, así como una mejora constante de los niveles de vida de la población argentina”.
Concluye la declaración del jefe de la misión que visitó la Argentina que“desearía agradecer a las autoridades la franqueza y la apertura del diálogo. Se espera que el Directorio Ejecutivo del FMI analice la consulta del Artículo IV correspondiente a 2016 a fines de noviembre”.