Por Fabián Seidán – Diario Cuarto Poder / En política no hay que dormirse ni descuidarse ni un segundo porque, como en el fútbol, “te la mandan a guardar”. Y si hablamos del deporte más popular del mundo, no podemos olvidar la famosa frase que puso de moda Marcelo Gallardo (DT de River Plate) para referirse al permanente estado de alerta en que debía estar él y su gente, para evitar ser perjudicados. Osvaldo Jaldo, como el “Muñe”, deberá estar atento.
Cuidado con el abrazo de oso
Terminaron las PASO y las municiones gruesas con las que se atacaron Manzuristas vs Jaldistas para imponer sus listas en el PJ local rumbo a las legislativas de noviembre, dejaron un tendal de heridos y cráteres por doquier. Difícilmente esas cicatrices se cierren o curen con una cremita.
Si bien los dos bandos firmaron una tregua -necesaria y momentánea- con vistas a un interés común y mayor, como lo es imponerse en las elecciones del 14 de noviembre para darle al Presidente los diputados y senadores que necesita para seguir gobernando sin sobresaltos; el tema de la “gobernación de Tucumán 2023” sigue latente y sobre la mesa. Por eso, que se abracen no siempre es señal de afecto. Muchas veces –sobre todo en política- se dan abrazo de oso: ese abrazo peligroso, que daña más que agrada; que sofoca y que desmaya.
Nadie puede negar que el intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera, el legislador Gerónimo Vargas Aignasse, o el mismísimo diputado Pablo Yedlin quedaron pedaleando en el aire y mascando bronca cuando surgió toda esta movida nacional que terminó con Juan Manzur como jefe de ministros en el Gabinete Nacional y Osvaldo Jaldo como gobernador interino de la provincia.
Al punto de que estos tres mosqueteros le exigieron a Manzur que nombrase a alguien que les permitiera tener algo de aire a la hora de pisar de nuevo la Casa de Gobierno. Ahí surgió la figura del legislador Sergio Mansilla (“La Burra”) que volvió a su antiguo oficio de “atajar”, ahora, los tiros libres que le quedaron a Jaldo dentro del área chica y con una barrera mal armada.
La “guardia alta” hasta 2023
Pero no hay que confiarse ni aun ganando 3 a 0. El estado de alerta constante que popularizó el Muñeco, está más vigente que nunca en la vida política comarcana de Tucumán. “Cuando te va bien, todos te quieren pegar. Es algo cultural. No lo podés cambiar”, había dicho el Muñe trascartón, en referencia a que no te pueden ver bien, sin caerte encima o intentar voltearte.
El hecho de que Manzur haya tenido que ir a apagar el fuego de la Quinta de Olivos que ponía en peligro el gobierno de su amigo Alberto Fernández, fue una jugada inesperada que sorprendió a todos, hasta al propio Manzur. Recalar en la Casa Rosada, descuidar su territorio -peor aún- y dejar todo en manos de quien había sido su gran adversario en las últimas PASO, fue algo que lo tuvo intranquilo hasta horas antes de asumir. Al punto de que se especulaba con que el doctor iba a desistir de auxiliar al Presidente si el vice no cedía a algunas concesiones.
Jaldo tampoco esperaba llegar a la Casa de Gobierno antes de 2023 y dejar la Legislatura, ese lugar donde se había hecho fuerte y dominaba el juego como un verdadero estratega ajedrecista.
La paz atada con alambre
Su anticipado arribo a la Casa de Gobierno en sí, no fue algo para festejar, ya que Manzur aún mantiene cierta cuota de poder (apoyado en el Presidente) e impide a Jaldo tomar decisiones fuertes, principalmente sobre lo que incumbe a dos ministros muy cuestionados, como Juan Pablo Lichtmajer (Educación) y Claudio Maley (Seguridad).
Por ahora Jaldo trata de mantener la paz, pero la misma está atada con alambres. Más después de que trascendiera en medios periodísticos nacionales, que Manzur no pierde tiempo y mientras cumple tareas en el Gabinete teje de noche -como Penélope- las estrategias para que su amigo, Pablo Yedlin, sea el candidato a gobernador del oficialismo en 2023.
Un “tigre herido”
Hay una vieja consigna -que muchos animalistas critican- que dice que al tigre herido no hay que dejarlo recuperarse, porque de seguro que se levanta y te come. Y hoy el manzurismo está herido de muerte. Jaldo tiene la oportunidad histórica de hacer su jugada final.
En política no hay amigos ni palabra que duren más que una cachipolla. Lo que se dice a la mañana a la tarde se lo lleva el viento. Ni el internet -con su espectacular archivo-, puede luego explicar tantas incongruencias de los políticos, que no temen ni les importa caer en el ridículo.
Yedlin y sus apetencias
Noguera, Vargas Aignasse y Pablo Yedlin alimentaron durante todo el último año la pelea entre el gobernador y su vice con la mala intención de ser bendecidos por el actual jefe de Gabinete para ocupar el sillón de Lucas Córdoba al finalizar su mandato. De los tres mencionados, sólo uno tiene los contactos y la solvencia económica necesaria para dar pelea por el cargo.
Hace unos días, la prensa nacional daba cuenta de los fuertes vínculos que tiene Manzur con el Sionismo, el Estado de Israel y el judaísmo; justamente la religión que profesa su amigo Yedlin, situación que le podría abrir las puertas para cumplir su sueño de gobernador.
Fausto Frank (Kontrainfo/Resumen Latinoamericano) el pasado 23 de septiembre dedicaba tres páginas al tema para demostrar la estrecha alianza de Manzur con el Estado sionista y sus estructuras políticas y financieras asociadas. Decía: “(…) Manzur se convirtió por el año 2009 en una persona de estrecha confianza del mega-empresario Hugo Sigman, actualmente elegido por la OMS y la OPS para producir en Argentina vacunas ARNm contra el Covid-19”.
“(…) Para noviembre de 2018 Manzur realizó una estrátegica visita a Israel con su comitiva provincial, integrada por el Diputado Nacional Pablo Yedlin, el Secretario de Relaciones Internacionales Jorge Neme y la Secretaria de Comunicación Pública Valeria Zapesochny”.
“El importante vínculo entre Tucumán e Israel llevó a que se realizará una reunión en diciembre de 2019 en Tucumán entre Manzur y el Presidente de la Organización Sionista Mundial, Abraham Duvdevani, a quien nombró Huésped de Honor de la provincia”.
Manzur posee un vínculo muy estrecho con el establishment judío local y global. Hugo Sigman, Adrián Werthein, Eduardo Eurnekián o Sebastián Eskenazi son algunos de los que figuran en la nómina de empresarios cercanos al actual jefe de ministros. También existe una sólida amistad con el rabino Tzvi Grunblatt -primero en Argentina y tercero en el mundo-.
Manzur está estrechamente vinculado con la familia Yedlin, de la comunidad judía, cuyo hijo Pablo es diputado, está anotado para ser senador este año y quiere pelear en 2023 la gobernación.
Volviendo al fútbol y viendo como hasta el gran Lionel Messi terminó un día tendido en el suelo, detrás de una barrera, haciendo el “cocodrilo”, es menester decir aquí también: ¡A no bajar la guardia, para no terminar como el cocodrilo: siendo cartera!!