Por Gustavo Díaz Arias* para Diario Cuarto Poder / Entrevistar a Hugo Guardia, ha dado como resultado, una experiencia movilizadora. Leer sus poemas en “Código Urbano” me llevaron al cubano Reinaldo Arenas. Arenas, es autobiográfico, pero a diferencia de Guardia, el primero nos muestra el dolor de haber vivido. Guardia se siente honrado de haber transitado por experiencias tan fuertes. Pienso en Clarice Lispector, ella es una mezcla de sufrimiento y agradecimiento. Finalmente me invade “Hubo Un Niño que fue Hacia Delante” de Walt Whitman, y veo que Guardia se asemeja a él, un hombre satisfecho, en búsqueda de nuevas metas, sin enojos. Leer las respuestas a mi entrevista, me llevó a plantearme: qué estoy agradeciendo a la vida, o soy cómo el común de la gente, un eterno quejoso. Los invito a leer a un narrador y poeta, a punto de presentar en sociedad, a su libro N°14 “Telares”.
—¿Cuál fue tu primer contacto con la literatura?
—Mi primer contacto con la literatura fue a los 9 años. Escribí un relato: “El progreso en Mar del Plata”, que el padre Veiga, maestro en primaria, descalificó diciendo que no era mío. Me enojé mucho y no escribí nada más.
—¿Cómo te hiciste a la idea de convertirte en escritor?
—Conocí a la laureada escritora Irma Trotta de Basciano en una reunión de SEM, Sociedad de Escritores Marplatenses, nos hicimos muy amigos. Ella me hizo socio y compartimos nuestros textos. En ese tiempo, -hasta 1990- intervine en concursos literarios de poesía y narrativa donde obtuve varios premios nacionales SADE ATLANTICA, SADE BRAGADO, e internacionales (primero en poesía en ISLAS CANARIAS) y otros de orden local y nacional.
—¿Qué es la poesía para vos?
—Para mí, la poesía es un arte de género difícil y atractivo para el autor y el lector que en resumen es otro poeta.
Dijo Borges: “poesías hay muchas, pero poetas muy pocos”.
¿Qué es poesía? Un arte y dentro del arte, un género exigente. Soy exigente conmigo mismo. Se puede decir riguroso, constante, inclaudicable. No tengo horarios para escribir poesía. Amo la poesía, la vivo y la necesito imperiosamente para vivir.
—No leí todos tus libros, pero por ejemplo, en “Hablemos de Gorriones”, “Código Urbano” y “Décimas Liberadas”, pude disfrutar al poeta, al gran poeta. Ahora, “Telares”, me parece una exquisitez en muchos sentidos: vocabulario, pensamiento, emociones. ¿Cómo nace “Telares”?
—Nace como consecuencia del empuje de Mabel Gondin. Fue quien me alentó desde el primer momento, cuando le llevé algunos trabajos míos. “Dejámelos una semana” -me dijo-, después te doy mi parecer. ¡Era brava Mabelita!
Al regreso me dijo sonriente: “Sos poeta. Un poeta salvaje, no cambies”. Fue una condecoración para mí…
“TELARES” es un libro que amo, por el tamaño y el contenido se lo puede llamar biblia.
Debo aclarar que también es un poemario, y que un Poemario no es más que otro poema, más extenso, en el caso de TELARES, desglosado en 88 poemas. El primero abre la temática y el último la cierra con un mensaje de esperanza. Eso es lo que quiero transmitir. No van a encontrar en el libro ninguna agresión ni temas que incluyan fanatismo, hay otros autores dedicados a eso.
Escribo en él las palabras MUJER y MADRE con mayúsculas porque son denominaciones simbólicas que siempre deberían ir así.
Quiero agregar que considero al POEMARIO como otra poesía, quizá más extensa, porque abre la historia con un poema y la cierra con otro que termina de definir la idea que lo compone.
Mabel Gondín y por Mario Cozzi editor de CABA que consideró a mi poesía breve como un estilo difícil. Fue un desafío. De esos momentos nació TELARES (2019), dedicado a Mabel Gonin, que pude editar recién en el 2021.
** Tengo escritos 14 libros de mi autoría, pero solo pude editar TELARES en 2021. Para un jubilado con la mínima, que paga alquiler, es una enorme satisfacción.
—En Código Urbano hay autobiografía. ¿Es así, verdad? ¿En qué otros de tus libros usas este recurso, acaso lo haces en Telares’?
—Sí, en “CÓDIGO URBANO” hay autobiografía, más de mi padre que mía. Lo conocí muy poco, lo quise mucho. Lo describo como músico, cantor, techista… nada de eso. Era mecánico diésel. El libro es mi homenaje.
En los tres libros simultáneos (2018), CÓDIGO URBANO, HABLEMOS DE GORRIONES Y DÉCIMAS LIBERADAS hay autobiografía. Me gusta ser agradecido con los acontecimientos gratos que me ha brindado una existencia feliz.
—Cuando escribimos narrativa, a veces, o muchas, intentamos llegar al lector con efectos creados. Sabemos que lo puede impactar. ¿Crees que también pasa en la poesía? ¿Lo intentas en tus poemas?
—Escribo poesía desde la creación y el razonamiento. Evito el sentimentalismo. Sentir, sentimos todos, inevitable. Crear exige mucho más, nos hace crecer, investigar, aprender desde todos los ángulos, sobre todo de la vida propia.
Sinceramente no busco impactar en la poesía. Sí, en cuentos y novelas, que también escribo.
—¿Cuál es tu método de trabajo? ¿Cómo es Hugo Guardia cuando decide escribir, hay un horario, un momento especial?
—Mi método de trabajo es simple: escribir todos los días del año, por lo menos cuatro horas diarias. Si puede ser a primera hora mejor, sino después de cenar, “hasta que las velas ardan.”
Y si encuentro la palabra a las cuatro de la mañana, pues me levanto y la anoto
—¿Cómo te adaptaste a la pandemia? ¿Escribiste igual que antes? ¿Escribiste algo relacionado con este tema?
—La pandemia me sirvió para adelantar trabajos (hago ediciones), atrasados. TELARES, es uno de ellos, y mi próximo libro, DONDE EMPIEZA EL CAOBA, está terminado y en corrección por el mismo motivo.
—¿Crees que los jóvenes aceptan o rechazan a la poesía?
—Creo que los jóvenes han incorporado la poesía. Como en el caso -valga la comparación-, del caballo, nunca se puede decir “ya no se usa”. Existen desde que el hombre existe. Han sobrevivido guerras y pandemias, mejorando la versión anterior
—¿Crees que tu labor de poeta puede ayudar a mejorar la sociedad en que vivimos?
—Creo absolutamente, es más, TELARES está escrito pensando en los jóvenes, hay una esperanza flotando en este planeta, un vientre dispuesto a parir nuevas generaciones, más seguras de lo que quieren. Lo sabemos quiénes estamos pegando la vuelta cansados de esperar, como dice el poema de la página 99.
—¿En qué proyecto nuevo trabajas?
—Tengo ediciones pendientes (es lo que me atrasa en mis proyectos), que no puedo dejar de cumplir porque de eso depende mi escuálida alcancía. Pero en cuanto algún escarabajo pase por el puente, me le tiro encima y cabalgamos hacia otro poemario…
—¿Cuáles son tus escritores favoritos?
—Borges, Cortázar, Conti, Arlt, Sábato.
En poesía; Gelman, Juarroz, Bernárdez, F. Cabral y ahora María Belén Aguirre.
No leo mucha poesía contemporánea, aunque sé que hay muy buenos escritores en el género, María Belén es una de los que admiro.
—¿Qué temas te interesan a la hora de escribir?
—Todos los temas me interesan. Cuando termine la serie de “Guardianos”, cuatro, cinco libros, volvería a escribir cuentos. Me apasiona.
—¿Cuál es tu sueño en el mundo literario?
—No tengo un sueño determinado, si un pedido; que nunca deba dejar de escribir por un motivo extraño
—En tu libro ‘Hablemos de Gorriones’ la portada está hecha por la gran escritora y pintora tucumana Susana Gianfrancisco, a quien perdimos por Covid-19, el pasado 22 de febrero. Sabemos que era premiada a nivel nacional e internacional, en todas las Áreas en las que se expresaba: narrativa, ensayo, dramaturgia, poesía.
Ahora en ‘Telares’ el Prólogo, es nada más y nada menos que del corazón de otra tucumana, la gran Vicky Chincarini. Los tucumanos sabemos lo que es Vicky para las letras, una gran referente de la poesía. ¿Cómo nacen estas conexiones con dos grandes y maravillosas tucumanas?
—Susana vive en mí. Éramos muy amigos, la acompañé cada vez que venía a Mardel a recibir sus premios. Una formidable escritora, compañera de taller en Repentistas. Inolvidable pérdida, personas como ella hay pocas, por no decir ninguna por lo difícil de encontrar.
Mi conexión con Vicky Chincarini fue a través del consagrado Taller Repentista, que sigue creciendo.
En DONDE EMPIEZA EL CAOBA, mi prologuista será María Belén Aguirre, ganadora del único concurso que otorga jerarquía literaria como es el Concurso de poesía del Fondo Nacional de las Artes.
Allí también conocí a Susana Gianfrancisco. Tengo muchos amigos calificados en ese ámbito selecto.
—Volviendo a ‘Telares’: El próximo 26 de noviembre a las 17:30 horas, será la presentación del libro en el bar El Argentino, Chacabuco 3627, Mar del Plata. ¿Cómo te preparás para ese evento?
—Ya tengo todo listo, presentará la actual presidenta de SADE ATLANTICA, amiga Marta Vega. En la mesa me acompañarán Alicia Belloso, contratapista de DONDE EMPIEZA EL CAOBA y ex presidenta de SADE ATLANTICA y Olga Ferrari, contratapista de TELARES y reconocida escritora de Mar del Plata. El lugar es popular y donde se presentan habitualmente los libros pos-pandemia.
—Antes de terminar ¿Podrías compartir un poema con nosotros’ No tiene que ser necesariamente de ‘Telares’. Hasta podrías adelantarnos algo de algún próximo libro.
—Con gusto; 3 breves:
1-
Bajo el río extasiado
que funde polvo y tiempo en
blancos días
hay un diálogo azul que lava heridas
un amor sin pronombres
y una sonrisa hecha de imposibles…
por
eso
sigo
2-
Uno
puede morir con los ojos abiertos
o ampliarse como médano infinito
sin pronunciar siquiera una palabra.
3-
Hubo un árbol allí
Donde antes hubo un árbol
germinó la semilla.
A la sombra del árbol
veo sentado un hombre:
tiene un hacha en la mano
y ha aprendido a matar…
—Ahora, un adelanto de ‘Donde Empieza el Caoba’:
dos ojazos baldíos
temblando madrugadas
en busca de un juguete
es importante significar que los 88 poemas del libro se pueden
leer en cualquier orden, de arriba hacia abajo o viceversa. Y desde el medio (segundo verso), hacia arriba o hacia abajo. Esa es la particularidad
BIOGRAFÍA
Hugo Guardia es escritor: narrador y poeta. Nació en Mar del Plata un 14 de febrero de 1940. No conoció a su madre. Lo criaron distintas familias hasta que su padre lo dejó con una hermana suya que lo adoptó como hijo.
Cuando cumplió 71 años, su hermana Susana Rojas lo encontró y pudo conocer a dos otros hermanos. Está casado desde 1968 con Mabel Montalivet, tiene tres hijos; Roxana, Fabián y Verónica y un nieto, Franco.
*Gustavo Díaz Arias, escritor tucumano y colaborador de Diario Cuarto Poder.