Sentido homenaje / Compartimos con nuestros lectores la semblanza realizada por el poeta y polifacético artista talitense, Marx Bauzá, sobre su amigo el Chino Majestic o Lisandro Bravo, recientemente asesinado. El dolor de despedir a un amigo.
¿Hay algo más noble que dar la vida por los demás? Yo creo que no. También creo que no hay nada más hermoso que el desprendimiento. Estar dispuesto a darlo todo, incluso lo más precioso que tenemos en nombre de la amistad.
El Chino Majestic hizo una carrera meteórica en el rap real. Sus letras sinceras y profundas marcaron a miles de fieles seguidores que aplaudían su valentía de contar la realidad social abrumadora, tomando postura ante situaciones complejas, donde la marginalidad reinaba.
Detrás de esos hoyuelitos, esos abdominales sexys y tatuajes había una presencia indiscutible que no pasaba desapercibida.
Yo no sé con certeza dónde acababa Lisandro Bravo y dónde empezaba el Chino Majestic. Somos uno y somos muchos, a la vez. La máscara del artista sirve para expresar sentimientos e ideas en la puesta en escena.
Sí puedo decir que una cosa era el ritmo y poesía detrás de sus interpretaciones y otra cosa la ternura de este ser humano sensible que quería vivir dignamente de su trabajo como artista y ser reconocido por su labor como tal. Todo eso y más había tras este pibe, cuya preciosa vida fue arrebatada por un asesino, en la vereda de la casa de un amigo en el popular barrio San Cayetano.
Tuve la inmensa fortuna de verlo brillar, ante miles de personas en el Festival Limón Rock de 2019. Era mágico. Fue increíble verlo remontar y robarse el aplauso del público tras la presentación de la Bersuit Vergarabat.
Lo vi muy seguro de sí, poniendo el cuerpo y la voz. Supe en ese instante que estaba ante una estrella.
Luego pude conocerlo en persona, gracias a la poeta Mónica Cazón. Empezamos a armar proyectos juntos, pegamos onda y nos volvimos muy amigos. Para mí, era mi brother, mi bro, mi hermano. Tenía una actitud relajada, cool y chill. Buena onda y sólo se enojaba ante la realidad acuciante. Cuando se dio cuenta que era peronista me abrazó y me dijo: bien ahí, cumpa. Por algo, el intendente Javier Noguera presentó sus respetos con una inmensa corona de flores.
R.E.S.P.E.C.T.
Tocamos juntos en CiTá este año y Diario Cuarto Poder nos apoyó en la difusión del show, cosa con la que siempre estaré agradecido. Esa noche estaba nervioso porque era mi primer show y había salido del closet del binarismo. Mi hermano me abrazó y fue muy generoso. Me alentó a seguir a pesar de las vicisitudes y eso es lo que haré. También me di el lujo de invitarlo a leer poesía. Su madre estaba ahí, en primera fila muy orgullosa.
El Chino Majestic era un sol de persona. Su luz no se apagará. Voy a concretar nuestro sueño de hacer de Diamante Records el espacio que él, yo y tantxs artistas de la música urbana necesitan para brillar como verdaderas gemas, joyas preciosas.
Los artistas no mueren, salen de gira. El Chino Majestic seguro anda con Biggie y 2pac tirando barras celestiales para agitar revoluciones de alto vuelo.
Manuel Rivas me pidió que escribiera un semblante de mi hermano. Acá va.
Chino Majestic: estrella del hip hop, talentoso y buen amigo. Ciudadano comprometido con la realidad de su pueblo. Fue leal a sus convicciones. Jamás se vendió. Murió como un verdadero héroe.
No queremos venganza sino justicia.
#JusticiaPorElChinoMajestic
Marx Bauzá
Un poema
La bala
La bala no sabe de trayectorias.
No conoce su destino.
Ella no determina,
sólo hace.
Ella es apenas artilugio para la muerte.
Es eyectada por el gatillo.
Avanza firme
en dirección a un cuerpo.
Otro cuerpo reacciona.
Se mueve e intercepta el proyectil.
La bala huele a pólvora.
Ahí va.
Atraviesa el cañón.
Un parpadeo / Un latido
veloz / feroz.
La vida y la muerte giran en el tambor.
Golpean / Pulsan.
Estremecen.
Ella se mece a un ritmo finito y seductor.
Atraviesa la ropa.
Estallan las fibras de colores.
Ceden las capas de piel.
Ella perfora,
se incorpora / penetra.
Se adentra allí en la carne.
Se hospeda adentro en un suplicio.
¡Duele!
La bala no distingue ideologías,
no sabe de edad o de géneros.
Ella no interpreta.
No sabe de solidaridad.
Ella es una máquina
de destrucción y de luto.
Ella, funesto transporte
a donde no hay retorno.
Fin / Aniquilamiento / Defunción / Ruina.
Infinita tristeza y melancolía.
Marx Bauzá.