Así lo dispuso la juez de Ejecución Penal, Ana Iacono, durante una audiencia realizada este mediodía de manera virtual.

Eduardo Di Lella, sentenciado a seis años de prisión por encubrir el crimen de Paulina Lebbos en 2006, continuará justamente su condena bajo la modalidad arresto domiciliario desde hoy, teniendo en cuenta su estado de salud.

La medida fue dispuesta por la juez de Ejecución Penal, Ana Iacono, durante una audiencia realizada este mediodía de manera virtual. La magistrada, además, estableció el uso de una tobillera electrónica con control del Patronato de Internos y Liberados de la provincia.

La medida judicial implica que el cómputo de la detención se reanuda a partir de este momento. Al ex secretario de Seguridad del gobierno de José Alperovich le resta cumplir cinco años, siete meses y unos 15 días de pena.

A fines del mes pasado, el Cuerpo Médico Forense y Morgue Judicial emitió un informe, luego de un examen efectuado en la vivienda del ex funcionario provincial en Yerba Buena. Los profesionales, entre ellos un cardiólogo y un psiquiatra, concretaron una evaluación psiquiátrica en el que constataron -según establecieron en la presentación- un “cuadro de depresión ansiosa, acompañado de llanto inmotivado, apatía, angustia, pensamiento con ideación suicida, sentimiento de frustración, desesperanza, y sin sentido de existencia”. A eso sumaron: “sentimientos de ansiedad permanente, con movimientos de piernas a pesar de estar de cúbito dorsal, y temblor fino en ambas manos. Refiere padecer insomnio cotidianamente”.

El Cuerpo Médico Forense aconsejó que debía continuar en su residencia por el tratamiento -estuvo internado una semana en una clínica privada- y organizar dentro de 90 días un nuevo examen para determinar la evolución y el tratamiento.

Hoy, la magistrada dispuso que en 60 días se lleve adelante una nueva evaluación.

La causa

En febrero de 2019, el ex secretario de Seguridad fue sentenciado en febrero de 2019 a seis años de prisión por haber encubierto, junto con Hugo Sánchez, (ex jefe de Policía), Nicolás Barrera (ex subjefe de la fuerza) y Héctor Brito (ex jefe de la Unidad Regional Norte), al o a los autores del crimen de Paulina, cometido en febrero de 2006.

Luego, el ex funcionario fue internado por una dolencia cardiaca y en esa condición formalizó un poco más de cuatro meses de prisión preventiva. El 10 de julio de ese mismo año salió en libertad.

 

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