“En esta coyuntura no es momento para los tibios”, consideró Sergio Romero, secretario general de UDA y miembro del Consejo Directivo (CD) de la CGT, en diálogo con Clarín. Estas declaraciones se sumaron a las que había dicho Pablo Moyano en radio, también explosivas: “La CGT no tuvo huevos para pararle al gobierno. Si no hay una definición concreta, no tendría sentido seguir en la CGT”.

El camionero consideró que “tenemos los mismos reclamos después de 11 meses. Es un Gobierno que le dio beneficios a un sector que ganó muchísimo dinero como son el campo y las mineras pero al 80% de los trabajadores no le ha dado nada sino tarifazo, inflación y despidos. Ha quedado muy en claro que gobierna para los ricos”.

Continuó: “El descontento es muy grande, hay gremios que están pidiendo reapertura de paritarias. El Gobierno ha sido muy vivo y enfocó el reclamo en un bono y tapó todos los reclamos que se vienen realizando como si la CGT quisiera hacer un paro por un bonito”.

O bien por no darle entidad o acaso por lo duro que fueron, lo cierto es que ninguno de los miembros del triunvirato contestó a los llamados de este diario para saber su posición respecto de esta amenaza de ruptura hecha por Moyano.

Por su lado, Romero añadió a sus dichos: “Igual es necesario mantener prendida la mecha del diálogo con el Gobierno ya que la agenda de temas vinculada al trabajo es extensa y por la que aún no hay respuestas”.

Un sindicalista que dirige un gremio enrolado en la CGT y que participó del Comité Confederal que delegó en la conducción cegetista definir modalidad y fecha de paro comentó a Clarín: “El triunvirato aceptó la lógica de la política del Gobierno que desde el Comité rechazamos. Esta es la trampa que procedió a reducir los muchos reclamos a un bono; la CGT que debería discutir temas macro entregó la discusión de la política económica del Gobierno”.

Otro sindicalista agregó que “las declaraciones de Moyano van en línea con la estrategia del Gobierno de pegarle a la CGT en la línea de flotación: si respondiera uno a uno los reclamos del movimiento obrero, no habría paro; si por el contrario no otorgara nada o menos de lo esperado, habría huelga; el tema es que si da lo que está anunciando, y frente a los matices que hay en la CGT, divide aguas entre los que se conforman y los que quieren tomar medidas de acción ya”.

A propósito de las intenciones del Gobierno, desde el Ejecutivo vienen confirmando que avanza el pago a jubilados que cobran la mínima y para aquellos beneficiarios de planes sociales, además de que se implementará una mesa de diálogo para fines de octubre aunque no precisaron su alcance.

¿La convocatoria incluirá a la Iglesia? Este jueves Mauricio Macri se reunirá con el Papa, siempre proclive por su trayectoria a mostrarse del lado de los desprotegidos. “Hablando del bien y el mal, ¿el diablo meterá la cola en ese encuentro?”, se pregunta irónico un dirigente. Y agrega: “Si hablan del tema trabajo, como se supone que pasará, veremos que cara pondrá el Papa”, chicana en obvia alusión al encuentro anterior entre ambos.

En esta mezcla Gobierno/gremios otro dirigente con despacho en la CGT agregó: “A esta conducción de la CGT le pasa lo mismo que al Gobierno: fue perdiendo credibilidad y ambos necesitan relegitimarse; el tema es que no se pueden complementar porque están en veredas opuestas”.

Fuente: Clarín

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