La CGT Regional Tucumán, encabezada por sus secretarios General y Adjunto, Osvaldo Acosta y Jesús Soria respectivamente, analizaron en el Plenario semanal la posibilidad de un Paro Provincial y se declaró en estado de alerta y movilización.
La medida se tomaría debido a los ajustes implementados por el gobierno nacional, la defensa de los puestos de trabajo y la falta de respuestas del gobierno provincial a escuchar propuestas del movimiento obrero tucumano para paliar la crisis que se vive
En ese sentido, anticiparon que la CGT hará una petición formal al gobierno solicitando “la reivindicación de los derechos de la clase trabajadora, de nuestros mayores, de nuestros jóvenes y adolescentes, de nuestros niños, que hoy sufren situaciones de injusticia, que están llevando al desmembramiento social y a la ruptura de la familia en general”.
Agregaron que solicitarán “un bono compensatorio para paliar la inflación, porque vemos con preocupación y tristeza cómo el salario perdió su capacidad adquisitiva, privando a los trabajadores, del acceso a los servicios esenciales como salud y educación”
Advirtieron también: “solicitaremos a nuestros diputados y senadores nacionales fijen posición pública ante la aplicación del impuesto a las ganancias, sobre los salarios de los trabajadores”.
La CGT señaló que “se deben tomar medidas concretas contra la inseguridad y el narcotráfico, porque vemos cómo estas se transformaron en moneda corriente, mientras avanzan los delitos de robos y asaltos, se transformaron en el “trabajo” y “ocupación” para nuestros jóvenes, sin que se realicen medidas de acción y prevención, coordinadas para erradicar el flagelo de la droga, la cual cada vez más, produce la destrucción de nuestras familias, jóvenes y adolescentes”.
También expresaron que “la CGT Regional Tucumán, decidió por unanimidad repudiar el espectáculo mediático que se intenta montar sobre la muerte de un representante de la iglesia, mediante el cual se intenta involucrar a la Iglesia en casos de corrupción, narcotráfico; acciones con la que pretenden, vencer el último bastión de esperanza que tienen los trabajadores: nuestra Iglesia”.