La convocatoria es a las 18 frente al Palacio de los Tribunales y en otras ciudades del país. Alberto Fernández dijo que es “una marcha ciudadana”.
Comenzó como una convocatoria marginal del kirchnerismo más cristinista. Fueron el dirigente que alguna vez fue piquetero Luis D´Elía y el juez de Tribunal Oral Criminal Juan Ramos Padilla quienes llamaron a marchar el 1 de febrero al Palacio de los Tribunales para protestar contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El “fin del lawfare”
Las consignas son de lo más variadas: van desde el “fin del lawfare”, “basta de impunidad”, “democratización de la justicia”, hasta la renuncia de los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.
Pero a la convocatoria marginal inicial se sumaron Hebe de Bonafini y los dirigentes camioneros Hugo y Pablo Moyano. La presencia de Bonafini impulsa la participación en la marcha de organismos de Derechos Humanos alineados con el kirchnerismo como Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, la seccional Capital de H.I.J.O.S.y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), entre otros. La presencia de los Moyano encolumnó al Frente Sindical y se sumaron la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, más otros sectores gremiales.
Apoyo del gobierno
La marcha bautizada como el “1F” también recibió apoyos expresos del ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, y del de Seguridad, Aníbal Férnandez. Pero además se sumó uno de los principales hombres de Cristina Kirchner en el gobierno: Juan Martín Mena, número dos del ministerio de Justicia, quien dijo que le parecía “sano y necesario” que la gente se pronunciara en una marcha. Un planteo similar realizó Martín Soria, quien desde que asumió en la cartera judicial en reemplazo de Marcela Losardo critica a la Corte Suprema.
fuente: infobae