El 14 de junio pasado José López, ex secretario de Obras Públicas durante los 12 años del gobierno kirchnerista, fue detenido “in franganti”.
Acarreaba, con la ayuda de varias monjas, bolsos que en su interior tenían unos nueve millones de dólares. Un vecino de la zona, Jesús Ojeda llamó a la policía, llegaron dos patrulleros y López fue detenido. Desde entonces está preso en la cárcel de Ezeiza.
López fue procesado por el juez Daniel Rafecas por el delito de enriquecimiento ilícito. Aún no dio explicaciones acerca de cómo consiguió esa fortuna: fue funcionario público por lo menos durante las últimas dos décadas, siempre junto a los Kirchner.
En el caso también están involucradas las religiosas que asistieron a López para guardar los bolsos en el convento/monasterio de la zona de General Rodríguez. Una de las monjas fue declarada inimputable por razones de salud. Ella tiene 95 años es conocida como la “Madre Alba” y su nombre completo es Alba Día de España Martínez Fernández.
Otra de las religiosas que apareció en la escena del convento “Nuestra Señora de Fátima” es Celia Inés Aparicio. Fue indagada por Rafecas y beneficiada con una falta de mérito. En aquella noche aciaga para López también intervinieron del acarreo y acopiado de bolsos las religiosas María Antonia Casás y Marcela Estefanía Albín. El fiscal Federico Delgado, que interviene en el caso junto a Rafecas, apeló la decisión del juez y solicitó el procesamiento de Aparicio y que Casás y Albín pasen de ser testigos a indagadas por el encubrimiento brindado a López.
La apelación debe ser analizada por la Sala II de la Cámara Federal porteña integrada por los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah. Esta mañana, el fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes, respaldó la apelación hecha por Delgado.
Moldes, presentó un escrito ante la Sala II de la Cámara al que Infobae accedió en fuentes judiciales. Allí solicita el procesamiento de Aparicio y la indagatoria de Casás y Albín.
El fiscal ante la Cámara Federal basó su pedido de procesamiento e indagatoria para las religiosas en varias circunstancias.
Calificó el testimonio de Aparicio, quien dijo que la “Madre Alba”-declarada inimputable por una junta médica- fue la que dirigió todo lo acontecido aquella noche en el convento, como “desbordes literarios del “realismo mágico” de Gabriel García Márquez”. “Su relato-dijo Moldes- es “cuanto menos de fantástico e irreal y sin duda dirigido a diluir su responsabilidad penal en el acontecimiento”.
Moldes desestimó los testimonios de las monjas que aseguraron que en los bolsos había dinero para una obra edilicia en el convento y comestibles. Lo hizo cuando listó los relojes de alta gama que se hallaron dentro de los bolsos en poder de López.
Moldes señaló -para sostener que las monjas encubrieron a López- que dejaron durante un buen rato a la policía en la puerta del convento: “El recelo y la morosidad puestos de manifiesto para franquearle el ingreso a la policía se contrapone con la familiaridad desplegada en la recepción de los bultos de López. ¿Qué otra inferencia razonable puede realizarse sobre las evasivas y subterfugios ensayados para entretener y retrasar el ingreso del personal policial? Para mi gusto, ninguna”, señaló el fiscal.
Moldes analizó las imágenes de las cámaras de seguridad del monasterio en las que las monjas ayudan a López y desestimó el argumento que aseguraba que el ex funcionario se dirigía a una especie de retiro espiritual. El fiscal señaló que “La actitud y el lenguaje corporal de los actores de la escena no parecen adecuarse al alegado acogimiento de un alma en pena necesitada de un retiro espiritual”.
Para Moldes, las monjas acogieron a López porque el ex funcionario tenía una relación estrecha con las autoridades religiosas de la zona, y además había financiado obras con dinero público: “Así fácilmente se advierte la relación del mencionado con la Iglesia, forjada mediante la canalización de fondos estatales para la realización de obras, lo que a nuestro entender explica la predisposición a recibir al imputado a esa hora de la madrugada para acoger los bolsos con dinero y joyas”.
Moldes concluyó que “La promiscuidad de las acciones desplegadas por las hermanas y López, se condice con igual situación respecto a la existencia en el mismo predio de esta suerte de Convento con Monasterio, cuyas ambiguas finalidades y funciones parecen diferir entre sí. Más lo cierto es que la existencia en ese lugar de un sector destinado al retiro espiritual, nada tiene que ver con los acontecimientos aquí pesquisados. López con la intervención de su mujer, se contactó con las hermanas del convento para que lo recibieran; llegado al lugar en la madrugada del día ya indicado, descargó de su vehículo los bolsos conteniendo dinero y joyas para que se lo guarden en el establecimiento religioso, convento, monasterio, iglesia o lo que en definitiva sea, acción receptiva desplegada por las monjas al recibirlo y aceptar los paquetes en custodia; más todo se vio interrumpido debido al arribo del personal policial alertado por los movimientos extraños en virtud del llamado al 911 por parte de Jesús Ojeda”.
Los camaristas Irurzun y Farah determinarán si las monjas deben ser investigadas como encubridoras del ex funcionario que fue detenido con los bolsos llenos de dinero en efectivo.