La pesadilla del crimen del rondín (vigilador) asesinado por tres delincuentes en la zona de Villa Amalia durante el fin de semana siguió para su familia después de muerto. La víctima fatal identificada como Ramón Antonio Gerez, de 23 años, cuando fue llevado a su sepultura, no había nadie para cavar la fosa.
Es que ayer a la tarde, cuando se produjo el sepelio, la familia del joven asesinado se encontró con algunos inconvenientes al llegar al cementerio Jardín ya que nadie estaba al tanto de la sepultura. Esto obligó a los propios familiares a cavar la fosa para introducir el féretro y generó el fastidio de todos los presentes, quienes responsabilizaron a la empresa de sepelios por no notificar al cementerio.
El crimen
Ramón Antonio se desplazaban en una motocicleta de baja cilindrada junto a su hermano, también rondín, cuando en las intersección de las calles Las Heras y Antonio Bermejo, divisaron a tres sujetos en actitud sospechosa. Al acercarse, los individuos comenzaron a huir y en esas circunstancias efectuaron disparos con un arma de fuego, impactando uno de ellos en el pecho de Gerez, que cayó a los pocos metros de la moto, en la esquina del pasaje Granaderos de San Martín. Falleció camino al hospital.