La reina consorte de Países Bajos visitó la casa de su madre en el barrio de Recoleta, acompañada por una de sus hijas. Su visita coincide con el tercer aniversario del fallecimiento de Inés, quien el 6 de junio de 2018 decidió quitarse su vida en un departamento de Caballito a sus 33 años.
Máxima Zorreguieta está en Argentina. Minutos después de las dos de la tarde, descendió con un abrigo de color rojo y lentes clavados en su frente del auto del embajador de Países Bajos. Lo hizo en el corazón del barrio de Recoleta, junto a una de sus tres hijas y a Martín, su hermano que vive en la Patagonia. Acompañada por tres custodios, procuró guardar reserva de su visita al país y específicamente a la casa de su madre, a donde se dirigió horas después del mediodía del martes 6 de junio de 2022, exactamente cuatro años después del fallecimiento de su hermana Inés.
Es el regreso de la reina consorte de Países Bajos al país después de que en 2018 Inés Zorreguieta decidiera quitarse la vida. No hay registros de que haya vuelto a la Argentina desde entonces. Su primera aparición pública en el país se da seis días después de que rompiera el protocolo y se tirara en paracaídas en el marco de una visita a la Escuela de Defensa de Breda, en la que se entrenan los paracaidistas de las Fuerzas Armadas de los Países Bajos desde 2008. Un rumor a través de las redes sociales instaló que regresaría a la ciudad de Buenos Aires para visitar a su madre durante la primera semana de junio.
Máxima procuró esconderse de los flashes. La presunción es que está hospedada en el country Los Pingüinos, en el partido de Ituzaingó, al oeste del Gran Buenos Aires. Dado la reserva de sus movimientos y de la comitiva reducida que la acompaña, no hay pronósticos de hasta cuándo se extenderá su estadía en el país.
Pero su llegada al país y su aparición en la casa de su madre María del Carmen Cerruti Carricart coincide con el tercer aniversario de la muerte de su hermana. Inés Zorreguieta era la menor de siete hermanos: María, Ángeles y Dolores -del primer matrimonio de Jorge Zorreguieta-; Máxima, Martín y Juan -del segundo enlace de su papá-. Tenía 33 años el 6 de junio de 2018 cuando fue encontrada sin vida en su cuarto de un departamento sobre la calle Río de Janeiro al 200, en el barrio porteño de Caballito.
Inés, psicóloga de profesión y recibida en la Universidad de Belgrano con un promedio de 9,5, tenía antecedentes depresivos y en 2012 había sido internada en la clínica Avril. Había descubierto su pasión por el trabajo social cuando vivió en Panamá, donde trabajó en la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la ONU. En 2016 ingresó al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, al ser nombrada Directora de Despacho y Mesa de Entradas de la Dirección General de Administración de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia. Pero decidió cambiarse a principios de 2018 a la Secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio, que funciona en Huergo 131 en Las Cañitas, ciudad de Buenos Aires.
Dos días después, el viernes 8 de junio Máxima aterrizó en Buenos Aires a las 6.30 de la mañana en un vuelo de línea de KLM, acompañada por el rey y sus tres hijas. Cerca de la una del mediodía, arribó con su familia al Parque Memorial para el entierro que sería “para un círculo cerrado, por tratarse de una cuestión privada”. La partida de su hermana ocurrió diez meses después de que su padre, Jorge Zorreguieta, falleciera a los 89 años como consecuencia de un linfoma complicado con una infección respiratoria. La reina había viajado a Buenos Aires el fin de semana, en una visita fuera de protocolo para acompañar a su padre, que estaba internado desde hacía una semana.
“La muerte de Inés ha sido un golpe muy duro para todos nosotros. Aún estamos profundamente conmocionados”, expresó a los pocos días Guillermo Alejandro, Rey de los Países Bajos, en nombre de su familia. “Fue una mujer única, especial, muy querida por nosotros. Sentimos una enorme tristeza. Con la familia de la reina estamos unidos en el dolor”, apuntó el rey y agregó: “Quiero agradecerles, en nombre de mi esposa, por los mensajes recibidos. Además, aprovecho para comentarles que durante esta visita de Estado la reina estará más que nunca en mis pensamientos”.
Máxima finalmente habló sobre su hermana trece días después del fallecimiento. Lo hizo en una inusual y personal intervención pública: la reina agradeció a quienes le enviaron cartas y mensajes de apoyo. Al visitar un centro médico en Groningen, sostuvo: “Mi pequeña, querida y talentosa hermana Inés estaba enferma. No podía hallar la felicidad, no conseguía sentirse mejor”. Agradeció “el respeto que la gente ha mostrado a mi familia en estos momentos tan duros”, aludió a las innumerables cartas que recibió y, a su vez, afirmó: “Nuestro único alivio es que ella está, al fin, en paz”.