Son créditos que ya fueron aprobados por el organismo para el primer semestre del año, cuya fecha máxima de ejecución fue pautada para el 30 de junio.
Claver Carone es el mismo que dijo anteriormente que el crédito extraordinario del FMI al gobierno de Mauricio Macri fue ordenado por el entonces presidente Donald Trump para apoyarlo en la búsqueda de la reelección. Lo admitió cuando hacía su defensa como candidato a dirigir el BID.
Carone había sido representante de Estados Unidos ante el directorio del Fondo Monetario cuando sucedieron los hechos.
El presidente del BID, en esta oportunidad, traba la acreditación de las divisas, con el argumento de que está siendo investigado por una serie de denuncias en su contra: una por malversación de fondos y otra por “falta ética”, según los códigos de la institución.
El gobierno argentino considera que es una excusa. “Esconde la plata. Se convirtió en un problema diplomático. Ya se vencieron todos los plazos. La última fecha que la Argentina podía tolerar era el 30 de junio”, se quejan en despachos oficiales según retomó Página 12.
El propio Alberto Fernández había pedido en la última cumbre de las Américas de Los Ángeles que se remueva a Claver Carone al afirmar que “la Banca de Desarrollo Regional, sin más demoras, tiene que volver en su gobernanza a América Latina y el Caribe. El BID requiere un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financiamiento”.
Sin embargo, el pedido no tuvo hasta ahora eco, y el norteamericano permanece en su cargo; ante el amparo técnico que su llegada al lugar es fruto de la votación de los miembros y que no hay en ningún lugar del estatuto de la entidad un impedimento legal para que un ciudadano de ese país sea elegido. Ante esta realidad, el reclamo del jefe de Estado argentino no fue tenido en cuenta.