Antes de su arribo a Washington, María Eugenia Vidal terminó ayer de formatear la propuesta oficial del martes próximo en la reapertura de la paritaria bonaerense e incluyó 3,5% de suba salarial para el último trimestre, la posibilidad de incorporar 15 mil contratados a la planta permanente y el pago eventual de un plus por presentismo en 2017.

Policía y Servicio Penitenciario será el sector que recibirá un ajuste de casi el 10% porque quedaron rezagados en relación a otros sectores estatales.

La negociación en la Provincia resulta innovadora. Transcurre en momentos que la Nación avanza en el pago del bono de fin de año para los empleados nacionales con el triunvirato de la CGT. Los principales distritos del país aguardan esa resolución para completar sus agendas salariales estatales.

Hace diez días, Vidal ya había anticipado que no pagará bono. Busca alternativas. Según la explicación a Clarín del ministro de Trabajo provincial, Marcelo Villegas, “todas las variantes posibles se evaluarán en la mesa con los gremios”. También la asignación de 4% proyectado en el trimestre enero, febrero y marzo 2017, a través de una cláusula “gatillo” atada a la inflación del Indec.

Como la previsión inflacionaria votada en el Presupuesto es 17%, la propuesta –según los funcionarios- mantendría un esquema “lógico”. ¿Qué pasaría en caso de un trimestre con inflación superior a la prevista, por ejemplo del 5% en los 90 días? Entonces habría un punto adicional que se incorporaría al sueldo, “de arrastre”, en abril.

De concretarse, sería la primera vez que Buenos Aires comienza un ejercicio con ajuste trimestral de sueldos. Este año, los docentes acordaron 34,5% en todo el año. Ese es el techo para la totalidad de los 650.000 empleados públicos de la Provincia. Policía y SPB recibieron por el semestre hasta julio un porcentaje del 25% en la suba de haberes. Por eso, dice Villegas, “serán los primeros en la consideración”.

Otros sectores agrupados en la Fegepba arrimaron 31%. Allí habrá una ponderación de 3,5% más. El poderoso UPCN acordaría la ecuación. En cambio, ATE provincial requiere 22% de suba y ayer participó en la marcha a Plaza de Mayo.

Para la gobernación bonaerense la meta es 35% de máxima. Vidal descansa sobre la posibilidad de un acuerdo para evitar conflicto gremial de fin de año. La otra pata es la “contención social” de sectores informales y en los bordes más afectados por la recesión.

Pero, además, la gobernadora debe resolver en noviembre la aprobación del Presupuesto provincial que prevé un endeudamiento de 60.000 millones de pesos.

Sin despegue en la producción y sin margen para un ajuste del gasto, Vidal sigue condicionada por la toma de deuda. Cuando comience la paritaria, la gobernadora se habrá reunido con el Banco Mundial. Estará acompañada del subsecretario de Infraestructura Hidraúlica, Rodrigo Silvosa, y buscará concretar un crédito de 380 millones de dólares para obras en el Salado.

A su regreso, la gobernadora tendrá una aproximación de la respuesta gremial a su propuesta. El tironeo salarial siempre encuentra su cauce. Pero la experiencia determina que la novedosa incorporación del pago de un plus por “presentismo” y “excelencia laboral” no se agotará en el primer intento. Con Felipe Solá hubo una oferta similar. Sin suerte por presión sindical. Vidal dispone de registros que revelan 25% de ausentismo en la administración pública central y 30% en el sector docente. Incluyen las faltas por carpetas médicas o licencias especiales, pero aún así los indicadores son “muy altos” coinciden varios ministros. Hay una bolilla negra en la negociación 2017: mecanismos de control para monitorear presentismo en el trabajo.

Fuente: Clarín

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