El tucumano radicado en Estados Unidos, Eduardo Made, está acusado de haber captado a un grupo de siete adolescentes a través de medios digitales con la finalidad de acogerlas y explotarlas sexualmente, actividad que finalmente logró materializar, al menos a partir de enero de 2022 en el hotel Sheraton de la capital provincial.
Una de las conversaciones registradas en el expediente retrata el perverso accionar del sospechoso.
-Eduardo Made: “Quedó pendiente lo nuestro por un par de horas y cuarenta mil. Querés organizar eso entre hoy mañana?”.
-Víctima: “No puedo, tengo que ir a la escuela. Tampoco me puedo escapar porque a mi papá le pasan la asistencia todos los días”.
-Made: “Mañana salgo en auto recién a las 10 de la noche rumbo a Córdoba y de Córdoba viajo a Buenos Aires y después a Miami. Tenemos hoy y mañana hasta las 10 pm para separar dos horas y te subo la comisión a 50.000 pesos”.
-Víctima: “Es que voy a la escuela. Y no me puedo quedar a dormir en lo de nadie en día de semana (…) Yo te dije la verdad, Eduardo, no puedo porque soy chica y tengo 15 años (estudio) y tengo mis horarios. No puedo porque no me dejan y tengo que estudiar”.
-Made: “Entiendo perfectamente y me alegra ver que le des toda la importancia necesaria a los estudios. Me gustaría despedirla a X y a vos por unos minutos donde estén y de paso les doy un regalito a las dos”.
El diálogo se repitió varias veces
Ese diálogo en el que el empresario aparece presionando a una adolescente para llevarla al hotel, a cambio de dinero, se repetía.
El Juzgado Federal N° 1 de Tucumán procesó con prisión preventiva a un ciudadano argentino radicado en Estados Unidos por promover y facilitar la explotación sexual de adolescentes en la provincia de Tucumán. La investigación es llevada adelante por el Fiscal Federal N° 2 subrogante de esa provincia, Agustín Chit, con el apoyo de la delegación local de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).
El procesamiento fue dictado previo al comienzo de la feria judicial y las tareas de campo fueron desarrolladas por la Unidad de Investigaciones y Procedimientos Judiciales de Gendarmería Nacional. Si bien el hombre reside habitualmente en Estados Unidos, su detención se concretó cuando se encontraba en Argentina.
Contacto por medios digitales
De acuerdo a la acusación formulada por Chit, Eduardo Made fue responsable de haber contactado a un grupo de adolescentes a través de medios digitales con la finalidad de captarlas, acogerlas y explotarlas sexualmente, actividad que finalmente logró materializar al menos a partir de enero de 2022.
Para lograr su objetivo, captó a una de las jóvenes, de 15 años actualmente, y la utilizó para que le consiguiese los contactos de otras menores de edad de su entorno. Los contactos fueron establecidos mientras se encontraba en Estados Unidos.
El acusado convencía a las jóvenes y se ganaba su confianza prometiéndoles una gran ganancia de dinero, al mismo tiempo que llevaba adelante “una fastuosa exhibición de poderío económico”. De esa manera, el victimario mantuvo contacto al menos siete jóvenes, todas menores de edad, con quienes proyectó encuentros que se llevaron a cabo en febrero y abril de este año en los periódicos viajes que Made realizaba a Tucumán.
En el Sheraton
Respecto al lugar donde se consumó la explotación, en todos los casos se produjo en el Hotel Sheraton de Tucumán, de acuerdo a lo revelado en la denuncia. Ello se vio corroborado por los registros de cámaras de seguridad del hotel, las pruebas testimoniales producidas y las tareas de investigación reservada. En los videos del hotel se pudo advertir cómo el imputado ingresaba al lugar acompañado de diferentes adolescentes, ya sea por el hall de entrada o por el ascensor que da al estacionamiento. Una vez allí, subía con las jóvenes a su habitación, lugar donde se consumaba la explotación sexual.
Según expresó el fiscal en su acusación, para poder explotar a las jóvenes, Made se valió de la complicidad de personal perteneciente al establecimiento quien conocía lo que allí sucedía. De acuerdo al testimonio de una de las víctimas, todos en el hotel conocían al imputado y los que trabajaban allí lo “ayudaban”. La joven sostuvo que el hombre aseguraba que “a él no le pasaría nada” y que dijera que era su sobrina. Las víctimas marcaron también que el imputado insistentemente intentaba convencerlas de viajar a Miami con él, donde las ayudaría a insertarse en el mundo del modelaje.
Corrupción de menores
Si bien en su presentación Chit entendió que los hechos imputados debían encuadrarse bajo los delitos de trata de personas y corrupción de menores agravada, en su resolución el Juzgado Federal N°1 de Tucumán marcó que si bien se encontraba acreditado que había promovido la prostitución de las menores, no había aún elementos para procesar bajo la figura de trata.
No eran prostitutas
El juez federal Fernando Poviña manifestó que ninguna de las adolescentes se encontraba en situación de prostitución previamente al contacto con el imputado y que dicho estado era buscado y motivado por Made a través de maniobras de manipulación psicológica, aprovechándose de la minoría de edad de las jóvenes. Al procesarlo por la “promoción y facilitación de la prostitución agravada”, dispuso además la continuidad de la investigación con el objetivo de corroborar la presencia de elementos que resulten dirimentes para acreditar la consumación del delito de trata de personas.
“No entiendo por qué se me acusa de trata, todas me pidieron dinero, algunas eran estudiantes, yo ayudé a un montón de estas personas. No sé qué más debería declarar porque no me siento culpable de nada, supuestamente eran personas mayores de edad, recién cumplidos los 18 años, eso es lo que ellas me dijeron al principio, incluso una me quiso extorsionar pidiéndome 500 dólares porque ella era menor”, dijo el hombre.
Para la Justicia, el empresario pudo concretar los abusos gracias a la colaboración de empleados, a quienes también daba dinero para que le permitieran ingresar a las habitaciones con las chicas.
Todos los ataques fueron en el Hotel Sheraton de Tucumán, según las denuncias. Eso quedó probado por los registros de las cámaras de seguridad del lugar, por los testimonios de las víctimas e información recolectada por Gendarmería Nacional.
fuente: contexto