El Juzgado Federal N° 1 de Tucumán ordenó la obtención compulsiva de los datos biométricos para desbloquear el teléfono iPhone 13 del empresario Eduardo Made, procesado por promoción y facilitación de la prostitución agravada de siete adolescentes, conductas que logró materializar, al menos a partir de enero pasado, en el hotel Sheraton de la capital provincial.
El teléfono es clave
En la causa interviene el fiscal federal Agustín Chit, quien había solicitado la implementación de esta medida a principios de agosto y sostiene en la causa que el imputado debe ser procesado por trata de personas con fines de explotación sexual.
Eduardo Alberto Made (67) está acusado de “corrupción de menores y trata de personas con fines de explotación sexual agravada” por haber captado a siete adolescentes de entre 15 y 19 años a las que engañaba para abusar de ellas, al menos entre febrero y abril de 2022.
Made, radicado formalmente en Estados Unidos, viajaba a Tucumán, Córdoba y Buenos Aires periódicamente por negocios. Su empresa actuaba como intermediaria para inversores extranjeros que querían instalarse en el país.
Vida de lujo y abusos sexuales
De acuerdo a la acusación, esa vida de lujos encubría la explotación sexual de adolescentes. A través de Instagram y mientras mostraba su vida en Miami, Made convencía chicas tucumanas a quienes les “vendía” la imagen de “sugar daddy”, el término utilizado para referirse a citas transaccionales entre hombres mayores y mujeres jóvenes.
En julio de este año, el imputado fue detenido por haber captado a una joven de 15 años y por haberla utilizado para que le consiguiese los contactos de otras menores de edad de su entorno. De acuerdo con la investigación, los vínculos fueron establecidos mientras el acusado se encontraba en Estados Unidos, donde residía.
Convencía a las jóvenes a cambio de “regalitos”
De acuerdo al procesamiento dictado por el juez Fernando Poviña a fines de ese mes, el hombre convencía a las jóvenes y se ganaba su confianza prometiéndoles una gran ganancia de dinero, al mismo tiempo que llevaba adelante “una fastuosa exhibición de poderío económico”. De esa manera, el victimario mantuvo contacto con al menos siete jóvenes, todas menores de edad, con quienes proyectó encuentros que se llevaron a cabo en febrero y abril de este año en el hotel Sheraton, en los periódicos viajes que el imputado realizaba a Tucumán.
El 1° de agosto pasado el fiscal Chit solicitó que se convocase al procesado para que, en presencia de sus abogados defensores, aportase la clave de desbloqueo de su teléfono celular, bajo apercibimiento de obtenerla de manera coercitiva, ya sea mediante la toma de su huella dactilar en el dispositivo digital o bien mediante el reconocimiento facial, con la documentación y registración fílmica del procedimiento. El fiscal requirió que estas tareas se llevaran a cabo en el laboratorio de la Gendarmería Nacional, con presencia de personal profesional idóneo para practicar la extracción de datos forenses del teléfono.
Patrón de desbloqueo
Según informó el sitio Fiscales, en su dictamen, Chit fundamentó su pedido en que, al momento de ser detenido, el sujeto tenía en su poder un teléfono celular marca Iphone 13, que fue oportunamente remitido a la Policía de Seguridad Aeroportuaria para su análisis forense.
Explicó que, si bien esta fuerza cuenta con el equipo de extracción de datos más moderno en el país, el dispositivo a analizar no pudo ser desbloqueado por contar con patrón de bloqueo. Indicó además que los peritajes de los teléfonos de las características del analizado se realizan en laboratorios forenses de Brasil o Israel, que tendrían las licencias para avanzar con la apertura del equipo, y que se encontraba pendiente de respuesta una consulta realizada a la fuerza federal de Estados Unidos, Homeland Security Investigation (HSI), para determinar si tiene capacidad de análisis de ese tipo de dispositivo.
Fotos y mensajes por whatsapp
Para Chit existen elementos objetivos que permiten presumir que el material que se obtendrá del teléfóno “implicará un aporte significativo para el cúmulo de prueba que este MPF pretende producir”.
Al respecto, destacó el testimonio de las víctimas, quienes narraron cómo se comunicaban habitualmente con el imputado a través del servicio de mensajería Whatsapp, lo cual está corroborado por las capturas de pantalla obtenidas del material aportado por las víctimas, de donde surge el intercambio de mensajes aludido. Incluso se verificó que una de las damnificadas se tomó una fotografía en el baño del hotel Sheraton con el teléfono del imputado.