Alberto Fernández citó para este lunes a la CGT a la quinta de Olivos en medio de una renovada expectativa por anuncios oficiales respecto de la política salarial. El encuentro, que este diario pudo constatar entre funcionarios y miembros de la “mesa chica” de la central, se organizó en coordinación con el equipo económico que lidera Sergio Massa. La principal atención gira en torno nuevamente de la eventual implementación de una suma fija sobre los salarios del sector privado como mecanismo de emergencia para salvaguardar el poder adquisitivo de la inflación.
Anoche mismo algunos de los referentes de la CGT desconocían la convocatoria que el Presidente organizó con Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales y el más próximo a Alberto. También es el dirigente de los denominados “gordos” de los grandes sindicatos de servicios que desde un principio se opusieron a una medida general de aumento salarial por el temor de que pudiese interferir en la ronda de paritarias. En esa misma línea se inscriben los “independientes” de buena relación con todos los gobiernos, en tanto que el espacio que lidera Pablo Moyano ya hizo saber su aprobación a una medida de esas características.
La posibilidad de una suma fija fue alimentada desde el principio por Cristina de Kirchner. La vice hizo saber que las paritarias son una herramienta eficiente para apenas algunos sindicatos con capacidad de actualización de salarios por encima de la dinámica inflacionaria, pero insuficiente para otros que tienen representatividad sobre trabajadores de rubros menos dinámicos de la economía. El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en cambio, se alineó a los “gordos” y a los “independientes” en el rechazo a esa herramienta. Massa, por su parte, trabajó en el arranque de su gestión sobre el planteo de Cristina hasta que la CGT le transmitió su negativa.
La postura oficial en contra de un aumento generalizado comenzó a ceder días atrás cuando se informó que la inflación de agosto se había situado en 7 por ciento y la expectativa anual de las consultoras relevadas por el Banco Central se acercaba al 100 por ciento.