Desde el 1 de octubre suben los impuestos a los combustibles. Si no hubiera una postergación, esto impactará en el precio de la nafta y el gasoil.
Un nuevo aumento de la nafta y el gasoil (combustibles líquidos) se cocina al calor de la inflación, no de la presente sino de la de 2021, cuando el índice de precios corría a menor ritmo.
Desde este sábado 1 de octubre suben los impuestos a los combustibles, según lo establecido por el Decreto 561/2022, firmado el 30 de agosto por el presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el ministro de Economía, Sergio Massa, recordó el portal Surtidores.
Si no hubiera una postergación, como viene sucediendo desde mediados del año pasado, esto impactará en el precio de la nafta y el gasoil.
Lo que ahora se actualiza es el monto de los impuestos a los combustibles que corresponde por la inflación del primer y segundo trimestre de 2021, que acumuló 25,3% en aquella ya lejana primera mitad del año pasado. El mismo decreto establece que a partir del 1 de enero de 2023 se trasladará la evolución de los precios del segundo semestre de 2021 y todo 2022.
Según un informe de Energy Consilium, la consultora del ex ministro de Energía Juan José Aranguren, las naftas treparían en todo el país (excepto la Patagonia, liberada de este tributo) al menos $ 4,90 por litro, mientras que el diésel tendría un alza de $ 3,30 en esta ocasión.
Esto sucederá si las refinadoras como YPF, PAE – Axion, Raízen – Shell y Trafigura – Puma Energy deciden no absorber el incremento de sus costos.
Pero, además, en el mercado apuntan que los precios de los combustibles “vienen retrasados” frente a la inflación, que desde enero de 2021 trepó cerca de un 150% mientras la nafta subió entre 90% y 105% en la Capital.
Asimismo, un litro de nafta cuesta alrededor de 90 centavos de dólar, frente a la paridad de 1-1 que era habitual años atrás.
Un ejecutivo de una refinadora apuntó a El Cronista que el objetivo de máxima es conseguir la autorización del Gobierno para aumentar un 14% por encima del alza de impuestos, porque la devaluación del peso frente al dólar oficial corre a un 5-6% mensual y eso genera una caída en los márgenes, que podrían ser negativos desde el mes que viene.
Otras fuentes plantean recomponer sus ingresos en menor medida, aunque eso va a sumarse a la actualización de impuestos y totalizaría en torno a un 10%.
Impuestos a los combustibles
Los impuestos a los combustibles recaudaron en los primeros ocho meses de 2022 un total de $ 258.695 millones, un 21,6% más que en el mismo período del año anterior en términos corrientes; es decir, una enorme pérdida real.
De acuerdo a la lectura que hicieron en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), “desde 2018 el impuesto se aplica mediante una suma fija que requiere su actualización trimestral y desde junio de 2021 se mantienen los mismos montos por unidad de medida (en su mayoría, litro de combustible) a pesar de que la Nafta Súper y el Gas Oil grado 2 han aumentado sus precios en los últimos 12 meses 45,6% y 60,4%, respectivamente”.
“Esto implica una pérdida real en términos de recursos fiscales, dado que para un determinado volumen de ventas, el aumento en sus precios no se traslada a un aumento en la recaudación. Este sacrificio fiscal surge por la decisión política de amortiguar el impacto del aumento en los precios de los combustibles”, señalaron.
Un informe de la consultora Economía y Energía, que dirige Nicolás Arceo, encontró que el Estado nacional se perdió de recaudar el equivalente a 1770 millones de dólares este año por la postergación de los aumentos de impuestos a los combustibles.
El Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia (“impuesto a la riqueza” o “impuesto a las grandes fortunas”) recaudó el año pasado algo menos de $ 300.000 millones. El Estado se perdió de recaudar cerca de la mitad de ese monto este año para contribuir a no presionar más los índices de inflación.
fuente: elcronista