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“Solo Dios podrá juzgarme” es la frase que reza junto a la imagen de un arma de fuego rodeada por un Rosario. Ese es el último posteo que publicó en su red social, Ulises Leonel Camacho Ulunque, el ladrón muerto de un disparo el jueves pasado por un ingeniero al que había querido asaltar.

En Facebook, el delincuente hizo su último posteo el lunes por la tarde. Además, se difundieron las imágenes que lo muestran en una fiesta a la que había asistido en los últimos días. Los videos en sus redes sociales corroboran los dichos de su familia, quienes señalaron que el joven tenía problemas de alcoholismo y, por tal motivo, habían intentado internarlo en reiteradas oportunidades, aunque nunca lo habían logrado.

Camacho Ulunque tenía antecedentes penales. El joven había estado detenido hace dos semanas por “Hurto Automotor”. En esa oportunidad, se había llevado el vehículo de un cliente del lavadero de autos en el que trabajaba. Por ese episodio, solo estuvo detenido 48 horas.

Tras su muerte, sus abuelos, Germán y Marcela, sostuvieron que ellos no sospechaban que su nieto estaba “en la delincuencia” y atribuyeron su inicio en el mundo delictivo al “vicio de tomar y las malas juntas”.

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El último posteo de Ulises Leonel Camacho Ulunque en su cuenta de Facebook.

El asesinato de Camacho Ulunque quedó grabado por una cámara de seguridad. El ingeniero, un hombre de 54 años, se dirigía destino a su trabajo cuando fue interceptado por el joven quien había intentado robarle el auto. Cuando hizo el movimiento para sacar un arma, que más tarde se supo que era una réplica, el ingeniero, desde el interior del vehículo, sacó un revólver, abrió la puerta del auto y le disparó en el pecho al ladrón. El delincuente, vestido con un pantalón oscuro, una remera blanca y una gorra del mismo color, cayó al piso a los pocos metros.

Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran que, una vez que el ladrón quedó tendido en la calle, el ingeniero electrónico se bajó del auto, lo observó y tomó su celular. Luego, se subió a su vehículo, avanzó unas cuadras, estacionó el auto, y se fue a su lugar de trabajo.

La policía encontró el cuerpo del delincuente, a raíz de un llamado al 911 que alertó sobre el cadáver. En la causa intervino el fiscal de Homicidios, Gastón Duplaá, que quedó a cargo de la investigación de la causa. Tras revisar las cámaras de seguridad y hacerle un seguimiento al auto de la víctima del robo, dieron con él en la empresa en la que trabaja.

Al abordarlo, la Policía advirtió que estaba “en estado de shock”. El hombre no se resistió, sino que entregó su pistola, un arma calibre 45 y dio su versión de los hechos.

Por ahora el ingeniero quedó en libertad porque el fiscal Duplaá entendió que actuó en legítima defensa, aunque todavía se intenta establecer su responsabilidad en el hecho.

 

 

fuente: cronica

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