Con goles de Ritsu Doan y Ao Tanaka, los Samuráis dieron el golpe ante el conjunto de Luis Enrique, que finalizó segundo en la zona.
El combinado de Luis Enrique desplegó un dominio absoluto a puro toque. Necesitó tres aproximaciones para ponerse arriba ante los asiáticos: primero, un zurdazo de Sergio Busquets desde larga distancia que se fue demasiado alto y después dos cabezazos de Morata, el último con destino a la red tras un centro milimétrico de César Azpilicueta.
Los de Hajime Moriyasu, en tanto, salieron a tratar de forzar algún error e insinuaron algo de peligro con un remate de Junya Ito que se estrelló con la red lateral del arco de Unai Simón. No apareció Takefusa Kubo, de quien se esperaba algo más, y al equipo le duró muy poco la posesión de balón. Pero también es cierto que a España le costó profundizar, sobre todo en el último cuarto de hora que se volvió inofensivo.
Todo parecía bajo control, ni una sola ocasión había tenido Japón desde la agitación inicial, dominado por España durante el plácido tránsito hacia el descanso, desde el gol que había marcado Morata, hasta que, de repente, en cinco minutos, todo cambió para el conjunto dirigido por Luis Enrique, sin convicción y sin el primer puesto, con el susto en el cuerpo, eliminado durante tres minutos, cuando Costa Rica se adelantó frente a Alemania, aliviada con el pitido final.
La eliminación fue un hecho entre el 70 y el 73, entre el tiempo que pasó desde el 2-1 de Costa Rica al 2-2 de Alemania en el estadio de Al Bayt, después de la zozobra que afectó y zarandeó a España como no se recuerda desde hace tiempo, cuando el inicio de la segunda parte transformó a la Roja en un manojo de nervios, en una frenética secuencia que lo puso contra las cuerdas, con el 1-1 de Japón en el minuto 48, con el 2-1 en el 51, entre la incredulidad de una sucesión de hechos sin más explicación que la desconcentración.
No sale bien parado Unai Simón del despropósito. Ni en el 1-1, con el zurdazo de Onda, al que reaccionó tarde, al que se opuso con una estirada insuficiente, al que contestó con una mano demasiado blanda, ni en el 2-1 de Tanaka. El pase que lo originó se paseó por todo el área, con el arquero descolocado, sin apropiarse de una zona que es suya, con la convicción de que se iba fuera hasta que su rival lo repuso en juego. Fue gol.
No daba crédito Luis Enrique en la banda, que tomó decisiones ofensivas: fuera Morata, el goleador, y Nico Williams; dentro Ferran Torres y Marco Asensio. Era el minuto 57, las 23.17 hora local en el estadio de Khalifa, en Al Rayyan. En otro centro de atención, en el Costa Rica-Alemania, marcó instantes después el 1-1 el conjunto centroamericano para poner en alerta roja a España. Otro gol Tico lo mandaba a casa.
En el minuto 70, mientras España se apropió del balón sin una sola ocasión de tal nombre por aquel entonces desde el 2-1 en contra, lo logró Costa Rica. También ganaba 2-1 a Alemania. La selección española tembló. Tenía motivos. Estaba eliminada. Lo estuvo tres minutos, porque después marcó Alemania el 2-2, en el 73, y, finalmente, el 2-3, en el 85, de Kai Havertz. Gracias al equipo germano, la Roja sigue en el Mundial de Qatar 2022.