Por Marcelo Pérez – Diario Cuarto Poder | Cada vez hay más perros en las calles debido a que son abandonados por la crisis económica o por dueños desalmados. Así también, hay muchos irresponsables que sacan a pasear a sus mascotas sin correa ni bozal, y ni se preocupan por recoger sus heces. Los perros no deberían circular libremente ni compartir los espacios comunes, como bares, plazas ni hospitales.
¿El problema son los perros o los dueños?
Hace unos días nos desayunamos con la noticia de que un hombre había apuñalado a otro en una sanguchería de Yerba Buena luego de discutir porque sin querer le habían pisado la cola a un perro. El iracundo sujeto horas después fue detenido y se encuentra cumpliendo prisión preventiva en una comisaría mientras avanza el debido proceso judicial por intento de homicidio. En tanto, la víctima se recupera de las heridas en un nosocomio de la ciudad.
Al respecto surgen varias preguntas: ¿Era para tanto la reacción del sujeto?, ¿Qué hacía un perro echado en el piso de un bar?, ¿un perro vagabundo -o con propietario- puede estar dentro de un bar?
Dentro de los hospitales y CAPS
Hace unos años -2015 para ser más precisos-, una doctora del hospital del Niño Jesús, fue atacada y mordida por un perro vagabundo dentro del nosocomio, mientras hacía guardia. La profesional fue acometida sin motivo alguno por el can, en medio del pasillo cuando se dirigía al Laboratorio Central. Muchos se preguntarán ¿qué hacía un perro dentro del hospital? Y la respuesta es sencilla: los trabajadores del hospital “amantes de perros” los dejan entrar, le ponen cubetas de agua y alimentan porque les dan pena.
Y hay muchos perros en este hospital, CAPS y otros hospitales, ya que los caninos son animales de costumbres y cuando llegan, si los tratan bien, se quedan.
Sin poder de acción por lo Protectores
La presencia de tantos perros en los CAPS y dentro de los hospitales, en los pasillos, guardias y laboratorio son una constante, al punto tal de que Rossana Chahla cuando era ministra de Salud de Tucumán, intentó sacarlos. Pero no la dejaron. Se topó con una férrea defensa de la Asociación Protectora de Animales.
Chahla tenía un plan para erradicar los perros de hospitales y CAPS pero las organizaciones de protección y cuidado que luchan por los derechos de los animales no se lo permitieron.
La idea era sacar a los perros y trasladarlos al predio de Automotores del SIPROSA, ubicado en la calle Italia 1900. El propósito era coherente: resguardar la seguridad e higiene de las personas, ya que los animales pueden trasmitir a los seres humanos enfermedades como rabia, psitacosis y leptospirosis, entre otras. Pero no pudo frente a la presión de los protectores de animales.
Más tarde, y como paliativo, el gobierno inauguró en San Pablo, el Centro Provincial de Salud Animal San Juan Pablo II, con el fin de brindar de forma gratuita castración y esterilización quirúrgica a las mascotas, teniendo en cuenta que la esterilización les brinda una mejor calidad de vida. Igual, sigue habiendo muchos perros sueltos en las calles y reproduciéndose.
El peligro de los perros sueltos en las calles
En cualquier momento toda persona puede encontrarse con un perro callejero o decenas de ellos, transitando libremente. Algunos son mansos, otros son muy agresivos y ahí existe un grave problema: ¿cómo reaccionar frente a un intento de ataque? Si alguien intenta defenderse, tirarle una piedra, golpearlo con un palo o lanzarle una patada, corre riesgo de ser denunciado por maltrato de animal, en el mejor de los casos. En el peor, ser agredido físicamente por vecinos o amantes de los perros, como ocurrió recientemente en un bar.
Los perros sueltos también pueden generar graves accidentes de tránsito, ya sea porque se cruzan frente a los autos y estos frenan de golpe; o porque los persiguen, o bien porque intentan morder a algún motociclista o ciclista. Los trabajadores de pedidos de comidas son hoy las principales víctimas de estos cuadrúpedos.
Algunos frenan de golpe con el peligro que ello representa; otros se caen de la moto y en muchos casos el animal también termina herido, desangrándose o muriendo al costado del camino.
La vereda no es lugar para que defequen
Entre los principales problemas que surgen por una falta de responsabilidad de algunos dueños es que sacan a sus perros a defecar a la vereda y plazas y no recogen sus heces; junto a esto, existe una amplia población de perros callejeros que también defecan al aire libre. Todo ese material fecal se queda en las calles, ocasionando problemas ambientales y de salud, tanto para las personas como para otros animales.
Según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, los perros no deberían estar en la calle simplemente por cuestiones de salud pública. Es que los perros pueden transmitir enfermedades muy graves al humano, por ejemplo, a través de las heces fecales y también por seguridad, pues algunos son muy agresivos.
Cuando las heces fecales del perro se secan viajan en el aire y pueden ocasionar enfermedades como conjuntivitis, también se pueden adherir fácilmente a la comida que se consume en los puestos ambulantes y así ocasionar enfermedades bacterianas como salmonelosis o parasitarias.
Raymundo Iturbe Ramírez, responsable de Diagnóstico Virológico del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, sostiene que hay más de 140 enfermedades que los humanos pueden contraer a través del contacto con perros. Entre las más comunes en los callejeros está la sarna, enfermedad de la piel causada por un ácaro, la cual provoca dermatitis de aspecto alarmante; se contagia fácilmente entre todas las especies. Otra de las más conocidas es la rabia. A nivel mundial la rabia ocupa el décimo lugar de muerte por infección en humanos.