Por Fabián Seidán – Diario Cuarto Poder |Un profesional de la Salud, que estudió y se perfeccionó en el campo de la medicina durante 10 años por lo menos y que con sus conocimientos salva vidas, hoy cobra un salario por debajo de la línea de pobreza, mientras que un adolescente que recién ingresa a trabajar en cualquier cadena de comidas rápidas gana lo mismo o más.
Injusticias de la vida
Trabajadores de la Salud Pública, nucleados en el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (SiTAS), continúan con su lucha por un salario digno ya que, lo que cobran, hoy los sume en la pobreza.
El doctor Julián Nassif explicó que la lucha, los paros y las marchas, son por un salario que permita a los trabajadores de la salud poder vivir dignamente. “La mayoría de los profesionales más capacitados, con más experiencia y con más años de trayectoria, deciden irse. En el otro extremo están quienes egresan de nuestras facultades y que también optan por irse a otros lugares o buscar otro empleo por fuera de la Salud”, apuntó.
Y eso pasa porque al estar mal pagados, en medio de una inflación galopante que a fin de año podría alcanzar los tres dígitos (100 por ciento). A nadie le conviene trabajar en un sistema de salud que paga salarios inferiores a los de un local de comidas rápidas.
Parece una burla
Hoy un joven empleado, sin estudios universitarios, que recién comienza a dar sus primeros pasos en el mercado laboral en un Mac Donald, Burger King o Mostaza, cobra igual o más que un médico con 10 años de antigüedad en el sistemas público ya que consiguieron este año una mejora salarial del 107%, lo que llevó a tener un sueldo de 210.000 pesos, en promedio.
Trabajás, te cansás, ¿qué ganás?
En los años 70, el popular actor y comediante argentino, Juan Carlos Altavista (Minguito), interpretando el personaje de Fatiga popularizó la frase: “Trabajás, te cansás, ¿qué ganás?, en la película Los muchachos de mi barrio; expresión graciosa que hoy tendría mucho sentido si se tiene en cuenta que los trabajadores de la Salud trabajan mucho para cobrar poco, en un país donde tener un salario de 140 mil pesos por mes significa prácticamente ser pobre.
Pero lo más ingrato es la falta de reconocimiento, ya que este sector viene con una sobrecarga laboral muy grande desde 2020 cuando comenzó la pandemia del Coronavirus en el país (y que aún sigue). Los trabajadores de la Salud fueron unos de los pocos sectores laborales que permanecieron firmes en sus puestos de trabajo, atendiendo y haciendo frente a la pandemia, mientras que la mayoría de los sectores permanecían bien resguardados del virus en sus casas.
Informe desalentador de la UCA
Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) la tasa de pobreza llegó al 43,1% durante 2022 y afecta a 17 millones de personas. En tanto, 8,5 millones de personas son indigentes. La UCA además indicó que la actual asistencia social que dan los tres niveles del Estado, impide que la pobreza llegue al 50% y que la tasa de indigencia alcance al 20% de la población.
El trabajo muestra además que el segmento de pobres creció dentro del sector de la clase trabajadora. Para la UCA, el problema de la mayor pobreza estaría en la no creación de nuevos puestos de trabajo, en el deterioro de los existentes y en la caída de las remuneraciones.
Un dato relevante: ya no alcanza con trabajar para salir de la pobreza. El 30% de los trabajadores ocupados viven en hogares pobres y si focalizamos en quienes hacen changas, aumenta al 54%.
Lavacopas en los Estados Unidos
El salario está tan mal que hoy, un mozo o lavacopas en los Estados Unidos gana entre 15 y 30 dólares por hora (8 horas por día), cinco días a la semana. Haciendo cálculos: 15 dólares por 8 horas son 120 dólares por día, y en una semana laboral de 5 días se hacen 600 dólares. Esos dólares pasados a pesos argentinos según el valor del dólar blue (310) serían 186.000 pesos. Y es sólo una semana.
Salen del sistema
La falta de médicos que se registra en el sistema de salud argentino, muestra que muchos están saliendo del mismo por la baja remuneración que se paga tanto en el sector público como privado.
“Muchos médicos se están yendo del país. Si bien la emigración de argentinos es un fenómeno general, en este sector es muy marcada porque hay demanda en muchos países. La diferencia salarial es abismal”, explicó el responsable del área de cardiología de un instituto médico privado.
En base a un relevamiento, un médico especializado en cirugía cardíaca, en relación de dependencia, gana unos $600.000 por mes. Al cambio “blue”, equivalen a u$s3.000 mensuales o u$s36.000 al año. En Estados Unidos, por la misma especialidad los ingresos anuales están por arriba de u$s400.000. La misma relación se produce en todas las especialidades.
En Argentina, freír hamburguesas paga más que atender un consultorio u operar enfermos en un hospital. Paradojas de la vida.