Por Gustavo Díaz Arias* / Ciclo de Escritores Ilícitos. Me gustaría, en esta oportunidad, compartir una entrevista a Rose Hasan, amiga de conciertos de rock, de compartir unos tragos, y en estos últimos años descubrirnos unidos por la escritura.
Leer a Rose Hasan me recuerda a Sylvia Plath, porque en sus escritos donde expresa alegría, diversión y aun cuando describe la felicidad, se puede observar soledad.
Me trae a Franz Kafka por dos razones, no importa lo que haya pasado en su vida se procrea constantemente y por el rostro dulce que muestra al mundo, pero es su lado oscuro la que la lleva a explorar y obsequiarnos una exquisita escritora, y es la que me encantaría que todos descubran.
—¿A qué edad comenzaste a escribir?
—Mmm, no estaría recordando bien, era chica, unos 8 o 9 años cuando empecé a escribir pequeñas historias.
—Desde que te leí por primera vez, no pude sacar tus textos de mi cabeza. Sos clara y contundente. Escribís sobre el amor, sobre el desamor, y también leí tus observaciones sobre la vida. Definitivamente sos una escritora ¿Es algo que habías planeado a tus 8 o 9 años? ¿Cuándo comenzó esa idea?
—Sí fue algo que comencé a querer hacer desde chica. Todo comenzó cuando me regalaron un libro que se llamaba “La muñeca de trapo”, ahí se desató mi pasión por la escritura. Salté de ese libro inocente a leer “El conde de Montecristo”, que voló totalmente mi imaginación.
—Tenés una profesión que se podría decir que algunos creen que no está relacionada con lo literario. Contame algo acerca de ello.
—Soy chef y digamos que no se relaciona, como también puedo decir que sí, me encanta lo que hago, soy adicta a hacerlo (ríe). Me fascina conectarlo con cada parte de mi vida. Los sabores, olores todo se relaciona con lo que hago. En algún momento, los chefs sacan sus recetas en libros o cuentan sus historias de cómo llegaron a lo que son.
—¿Alguna vez pensaste en escribir sobre comidas? Pregunto esto porque ahora está muy de moda, sobre todo en Europa. Yo mismo participé de algunos concursos sobre recetas, otros sobre restaurantes, otros sobre las mejores comidas en una salida nocturna.
—Sí, lo pensé y lo pienso. Creo que escribir sobre comida, es como escribir sobre el amor y desamor, ese amor y odio ante todo tipo de comidas, quisiera llegar a lograr que quien lo lea sienta que lo está viviendo, que lo está comiendo, saboreando, que las papilas gustativas no distingan si lo están leyendo o lo están comiendo.
—Las dos preguntas anteriores tienen que ver con lo siguiente, a mí me gustaría leerte en narrativa. Laura Esquivel logra un libro increíble y exquisito, porque “Como agua para Chocolate” tiene esa mezcla de romance, conflictos familiares, la importancia de las recetas y como vos dijiste, uno puede saborear los platos al leerlos. ¿Te animas a una novela?
—No existe otra respuesta que no sea sí. Si supieras que mi vida se divide entre la narrativa de la vida y el universo, la que se observa y la que mi cabeza reescribe antes de plasmarla, si tengo que sincerarme en su totalidad diría que narro de alguna forma la vida de la gente porque para mí suele tener falta de color en su historia real, entonces le quito el matiz de grises y le pongo un arcoíris que si lo supieran les agradaría más la vida que les cuento que la que viven (ríe con ganas).
—Entonces te pregunto, ¿qué te interesa más, escribir poesía o narrativa?
—No sé si puedo decir que una me agrada más que otra, cada una tiene su encanto Y me manejo bien en ambas, creo que es renovador cambiar de vez en cuando y encontrar la manera de reinventar cada una.
—También trabajas en un espacio que da para todo tipo de escritura. ¿Lo pensaste? ¿Estás escribiendo algo sobre ello? ¿Podrías contarnos algo de tu trabajo?
—Si bien mis espacios de trabajo dan para muchos tipos de escrituras, creo que vivo un romance constante con mi carrera de chef amor y desamor y no es exactamente sobre la comida, es más sobre el agotamiento mental, la frustración en algunos casos, la necesidad de muchas veces tirar todo y volver a inventarte, ser perfeccionista en un espacio difícil.
Escribir sobre ello, en realidad lo pienso todo el tiempo, todavía está en proceso por razones de complejidad son historias comunes pero impactantes quizá tocan temas tabúes, que más allá de ser algo que no es ajeno a la sociedad a la misma sociedad no le gusta tocarlo.
—Tus textos, algunos que leí rozan lo erótico ¿Te agrada ese estilo? ¿Escribís textos totalmente eróticos?
—En realidad, es un estilo que me puede resultar cómodo porque me gusta llegar hacer que quien lo lea recuerde algo que vivió guiado a través de mis palabras. La mayoría de las personas, creo que ocultan cierto erotismo, pero por no saber cómo expresarlo y mis palabras los llevan por el camino. No, no escribo textos totalmente eróticos, también puedo escribir en otros géneros, pero si reconozco que dentro de los géneros es uno de los que más fácil pueden fluir en mis palabras.
En realidad estamos en una época en que las personas, mucho no creen en el para toda la vida o príncipe azul y todo eso, ya es más divertirse una noche y nada más. Mañana escribo otro capítulo a lo nocturno. Quizá por eso escribir algo más ilustrativo atrae más.
—¿Qué significa el Taller Repentista para vos?
—Un espacio de liberación, donde puedes encontrar otro color de tu voz y puedes encontrar ideas diversas sobre una misma historia, que llegan a inspirarte.
—Immanuel Kant (hablando de poesía), consideraba que la creación artística había de proporcionar comodidad, descanso de nuestro comportamiento encorsetado ante la sociedad. Vos ¿Sentís esa liberación al escribir, o te callas algo?
—Soy totalmente libre cuando escribo, no me guardo nada, no me callo nada, soy la voz más libre que existe cuando tengo que escribir, es una manera de relajarme del todo y fluir. Pienso que durante el día nos callamos muchas cosas como para no ser totalmente libre en este espacio, así que cuando tomo papel y pluma o laptop, no hay censura de ninguna manera.
—¿Estás pensando en publicar?
—Sí, lo estoy analizando, tengo que poner en orden un par de historias y definir cuáles son las que realmente quiero mostrar. Quizá tengo tantas cosas escritas que me está costando ver cuál tiene mi favoritismo.
—¿Contame algo de tus proyectos?
—Qué puedo decirte de ellos, son mis hijos pródigos, parte de una vida está ahí, pero voy a dejarlo a la imaginación o la expectativa de que lo quieran descubrir, quiero crear la idea de que están en camino, así que van a tener que esperar un poco para poder saber de ellos
—Ahora recomendame un autor que te cautiva, un libro, y/o un texto de narrativa.
—Autor que me cautive tengo varios, no uno, Alejandro o Alexandre Dumas, escritor de “El conde de Montecristo”; Suzanne Collins, creadora de “Los juegos del hambre”; Paulo Coelho, pero la obra que me cautiva es “El alquimista” y Lain García Calvo, en “La voz de tu alma”, por nombrar algunos
—Por último, te pido que compartas con los lectores algunos de tus escritos.
—Por supuesto. Es un placer que puedan conocer algo de lo que escribo.
12:45
Quisiera transformarte en acuarela para pintarte, en cada lugar gris de la ciudad, o simplemente pintarte para que estés aquí, para que me encuentres espiándote, estudiándote, no sé si te dije que amo el largo de tus pestañas o el matiz de tus ojos en el sol, me apasiona que no cuestiones mis silencios y la forma en que hablas sin parar, sin sentido perdiéndome en tu voz, de alguna manera me muestras tu mundo sin apuro, descubres los sabores nuevos de formas afanadas, por más que ellos me parezcan horribles amo la estrategia que usas logrando tu voluntad, no sé cómo llevas un abrazo a mil formas de amar, descansas tu mano en la mía y mi piel se crispa poniéndose de gallina es solo rozarme, desperdiciamos horas sin poder despegarnos, enternezco cuando tus ojos se cierran al reír y me derrito más aun cuando se abren y me lanzas una mirada desinteresada, como si no pesaran sobre tus hombros, los miedos, el odio o algunos sofoques del mundo los dejas en algún lugar, me derrumbo por decirte que tomes mi calma, abraces mi paz, yo puedo alejarte del mundo, llevarte a volar, no existe canción que diga más que tus ojos, quiero enseñarte que no pasa nada con los climas nublados, pronto el día se abrirá como un girasol y brillara por tu ventana, cariño amo tu no silencio y lo mudo de mi voz, cada vez que te hago acuarela es porque necesito tus mil colores y admirarte, dibujaría las nubes en forma de tus manos, trazaría tus lugares en un cielo estrechado, como si pudiera encontrarme con tu aroma a mar, mar de amor, mar de paz con su sonido que se clava en el pecho para hacerme soñar y yo que me acostumbre a mojarme los pies en tus deseos, me zambullo en ti, llegando a mi refugio pintándote aquí, sintiéndome tranquila al verte dormir.
AMARTE
Amarte hace que el mundo me condene, porque es liberador,
Mis emociones descansan de las jaulas, disfruto de tu vida,
De tus ojos oblicuos, tu rostro pacificador, amarte hace que me pierda,
Como ver que el mundo se detiene para contemplarnos,
Amarte hace que me mantenga viva en mis días más sucios,
Amarte hace que la textura de mi piel se sienta cómoda,
Que el abrazo contenga los mundos paralelos del espacio,
Amarte es mi condena y mi debilidad, como también mí
Manera de ser fuerte, es la manera de no sofocarme en los mil estados
Que llenan mi cuerpo marcado de pasado,
Amarte somos tu y yo chocando contra un cielo estrellado.
Amarte es ser todo lo que no puedo cuando no estoy a tu lado
Amarte es hacer que la mujer que está en mi ame haberte encontrado.
UN LUGAR
Conozco un lugar para poder huir, donde el ruido será nuestra música, donde caer signifique perderme en tus ojos marrones, donde las lágrimas son arcoíris, donde puedo zambullirme en ti como un arroyo, por fuera calmo y cuando vas más afondo se vuelve bravío golpea entre remolinos y acepto sumergirme en lo que eres. En ese lugar somos solo dos personas escuchando el silencio, sintiendo la vibración de nuestra piel, tocándonos, donde tu mano se entrelaza enredándonos en un abrazo solo para sentirnos a salvo, no hay límites, ni muros que contengan nuestros besos esparciéndose a lo largo de nuestro terreno extasiado, nos acurrucamos en el sentido de pertenecer donde somos poesía, donde los arboles pueden ver florecer, aquí somos solo nosotras, haciendo oración de la piel que se vuelve creación, somos palpables al amor y a la ternura, el lugar donde somos humanos sin nada que temer, tú, yo y quizá una exclamación de entusiasmo , respiraciones de agitación sin buscar descanso, somos lo valioso que añoran los extraños, después de tantas formas de amar nuestros cuerpos se han encontrado. Este lugar es nuestro resto del mundo es donde puedo decir que las manos moldean la forma de tus labios, no puedo contener la respiración sin rozarte despacio, puedo enumerar todas las maneras que hacen que te amé, conozco un lugar donde todo es instantes, reconozco que llegar a amarte es encontrar un lugar perfecto donde te pares, ese lugar es donde estés y pueda besarte.
RESPIRA
Me tocas con esos ojos
Siento el deseo presente en el cuerpo
Mi carne se estremece,
Respiro
Me da miedo no terminar con esa distancia que aparta nuestra piel, busco derribar los pensamientos de arrepentimiento por obviedad. Busco tu aliento para golpear mi labio inferior, suspirando morder tu boca, ahogándome en tu esquema.
Respiro,
Vuelvo a la realidad mezquina que me marca la distancia, pero insisto en pertenecerte, en arrancarte el placer, desteñirme en la huella de tus pulgares, busco refugió en el filo de tus dientes para perecer.
Respiro,
Me tomo fuerte a tus brazos que disparan el ritmo de tu descompensado corazón ante le deseo, logro poner tu cuerpo junto al mío,
Respiro, Me entrego
Me entrego a ojos cerrados, siento, te muestro el caos que podemos ser cuando nuestros cuerpos se ponen entre el amanecer.
PERTENEZCO
Pertenezco a una mujer que lleva el cabello desalineado, los ojos marrones que siempre he soñado y la voz menos suave que haya imaginado, no sé el porqué de que nuestros mundos se cruzaron, quizá la imagine tantas veces que apareció al lado, robando momentos y desestabilizando mi mundo encastrado. Me imagino la charla que jamás tuve con quien ahora es mi pasado, de porque no podemos a amar a quienes nos han amado y no se decir como no podía completarte, no ser parte de ti o tus abrazos, quizá ya tenía esa musa que pisaba mi mundo armado, como poder no pertenecer a quien busca tu espacio o como poder fingir que estoy allí, cuando mi mente está a su lado, no pedimos o tal vez si? Intente y quise ser todo lo que necesitabas y siempre faltaba algo, ¿cómo es que no funciono? Si todavía te extraño, éramos todo, pero no nos pertenecíamos, busco respuestas y ya me las sé a todas, solo busco una que no duela tanto, éramos pedazos de un rompecabezas extraviado.
Pertenezco a una mujer cuyos rasgos son intactos, sé que viene de mil amores y espero ser quien cause huellas por todo su abdomen bordándome en su lugar más cuidado, no sé cómo dejar de amar sin que me duela pensar que puedo ser su pasado, no me gusta pensar que ya no estaría en su vida, ella es el puente entre lo que quiero y soy, jamás supe mucho pero después de ti se lo que viene después de la entrega, ahora no importa mucho caer en el abismo de lo que nadie fuera, junto a ti hasta una caída es con firmeza. Llegaste a mostrarme todo a lo que me negaba, eres una cadena de suerte, abrazos cálidos y sonrisas en días de tristeza.
Mini biografía
Mi nombre es Rose Hasan nací el 16 de diciembre del 83. Tengo 39 años, viví mi infancia y parte de mi adolescencia en el pueblo en que nací, Los Ralos, donde mi mente creó millones de historias que me hacían volar. Era una forma de escapar suplantando mi realidad por mi vida ideal. A los 18 vine a San Miguel de Tucumán a estudiar teatro.
Por un par de tropiezos tuve que dejar la carrera y me dediqué a estudiar para chef. Trabajé en varios lugares de la capital de Tucumán como en la costa Atlántica. Ahora trabajo en un hogar donde encontré parte de mi propósito de vida. Trato de instruirme todo lo que puedo en mi profesión y en la escritura, amo leer y escuchar la voz de mi interior.
*Escritor. Co-fundador de la Asociación Ilícita de los Poetas Muertos Alejandra Pizarnik.