Mientras los rescatistas continúan su trabajo en la zona a más de 12 de horas del accidente y los operativos de remoción de los restos del avión durarán varios días, se comenzaron a conocer las primeras conjeturas que afirman que la combinación entre la falta de combustible y un desperfecto eléctrico pudo haber desencadenado el trágico accidente en el que fallecieron 71 personas y sobrevivieron seis por la caída del avión que trasladaba al plantel de Chapecoense de Brasil.
El vuelo tenía previsto aterrizar en Medellín a las 3:33 de la mañanacolombiana, pero a 50 kilómetros del aeropuerto la torre de control perdió contacto con la aeronave Avro Regional Jet 85, perteneciente a la aerolínea Lamia Corporation de Bolivia, con matrícula CP2933.
Por entonces el avión volaba a unos 15 mil pies de altura –más de 4 mil metros– por el Cerro Gordo, en el Municipio de La Ceja, Antioquia, sitio en el que se encontraron los restos y la caja negra, la cual analizarán “lo antes posible”, según informó el ministro de Transporte de Colombia, Jorge Eduardo Rojas.
A la espera de una comunicación oficial por parte de los investigadores, la primera hipótesis hace hincapié en un desperfecto eléctrico y la falta de combustible.
El piloto habría comunicado a la torre de control de Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro un falla en los circuitos eléctricos, por lo que decidió evacuar todo el combustible para evitar un incendio ante un posible aterrizaje forzoso, según informó el diario español El Mundo.
Mientras hacían frente a los problemas técnicos de la nave, la tripulación pidió prioridad para aterrizar y recibió el visto bueno por parte de los operadores del aeropuerto. En ese mismo momento otra aeronave proveniente de Panamá de la compañía colombiana Viva Colombia, que se encarga de los vuelos de bajo costo, lanzó una alerta de emergencia para descender ante una pérdida de combustible, según especificó Caracol Radio.
El alerta de una emergencia tiene un nivel de importancia mayor que el lanzado por el de la compañía boliviana, por lo que la torre de control le habría concedido la prioridad al otro vuelo, pidiéndole a la aeronave que trasladaba al Chapecoense que realice algunos giros para hacer tiempoy así conseguir el permiso para aterrizar.
Once minutos después del llamado a la torre de control, se perdió la comunicación. Había dado dos vueltas en círculo al Valle de San Nicolás. La nave se precipitó en ese momento y provocó la tragedia por razones que buscan esclarecer los encargados de la investigación, que recibirán colaboración de especialistas de Gran Bretaña.
El ministro de Turismo advirtió que la torre de control actuó de manera correcta y la principal hipótesis ante eso quedó centrada en una falla en el cálculo que realizó el piloto del avión sobre la autonomía de la nave.
Según el sitio web Flytracker, la nave tenía combustible para recorrer 2.965 kilómetros y alcanzó a transitar una distancia de 2.975 kilómetros, excediéndose por 10 kilómetros en el cálculo inicial. Aunque todavía no logran esclarecer si el desperfecto eléctrico fue ocasionado por esa insuficiencia o si este problema fue el que obligó a transitar más kilómetros, dejando desprovisto al vuelo de Lamia.
“Todo lo que quedó del fuselaje tiene ADN. Cualquier parte que se encuentre nos va a decir lo que realmente pasó con este avión”, explicó a Infobae Carlos Rinzelli, piloto de Austral.
Por su parte, Ricardo Albacete, fundador de Lamia y dueño del avión siniestrado, sostuvo que la tragedia pudo haberse desatado por una “tormenta eléctrica” que hizo que un rayo cayera sobre el aparato y “apagara” su sistema eléctrico. “No se sabe si lo agarró un rayo y lo apagó”, advirtió al sitio español El Confidencial.