Según consultoras privadas, el dato de inflación se mantendrá en niveles elevados en el segundo mes del año. Aunque destacaron que son otros factores presionan los precios al alza.
El año comenzó con una aceleración en la inflación, ya que el Índice de Precios al Consumidor que mide el INDEC trepó 6% mensual, luego del 5,1% de diciembre. De cara a lo que pueda ocurrir en febrero, consultoras privadas esperan un dato similar, aunque son distintos los factores que presionan al alza. El aumento en la carne, aseguran, tendrá un papel preponderante en el rubro alimentos, que se aceleraría en febrero con respecto a enero, y se sumará a otros rubros regulados que también incidirán en un índice que volverá a estar en niveles elevados.
“En febrero esperamos una inflación similar a la de enero, con una importante incidencia del precio de la carne, que en la comparación de promedios ya muestra una suba mensual del 28% en el mercado de Cañuelas”, explicó Claudio Caprarulo, director en la consultora Analytica, quien detalló: “También incidirá el aumento en prepagas, ya que quienes cobren más de 6 salarios mínimos pagarán un adicional en el mes de 8,21%, mientras que para quienes no lo hagan será del 4,9%. A su vez, también para los servicios regulados, se esperan aumentos de luz del 14% en el promedio de usuarios”.
Por su parte, Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, destacó que el IPC que mide la firma registró hasta la tercera semana de febrero una suba del 5,5% mensual. “Sin embargo, la dinámica de fondo es bastante diferente a la de enero. En el primer mes del año impactaron las subas de precios regulados, como tarifas de servicios públicos y transporte. En febrero, los precios regulados vuelven a estar por debajo del IPC general y moderan la suba, mientras que los no regulados se aceleran”, señaló.
“La inflación núcleo muestra una aceleración, ubicándose en torno al 6% mensual (más de medio punto por encima del registro de enero). Dentro de los rubros la aceleración más importante se dio en Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, que viene subiendo a un ritmo del 7,9% mensual. Si bien aquí está impactando el ajuste de dos dígitos en el precio de la carne, que representa 7% del IPC, la realidad es que la aceleración se da prácticamente de manera transversal”, sostuvo Marí.
Desde la consultora C&T también destacaron la suba en alimentos, con una marcada incidencia del aumento de la carne. “Por el contrario, los rubros ligados al turismo pierden algo de dinamismo porque febrero es menos importante estacionalmente. De esta forma, la inflación de febrero estaría en torno a 5,5% mensual”, detallaron desde la firma.
En tanto, el IPC GBA que mide la consultora Ecolatina registró un crecimiento del 6,1% entre la primera quincena de febrero y el mismo periodo de enero, “dando cuenta que el rebote inflacionario de enero se estaría consolidando”.
“Entre los distintos rubros, volvió a destacarse el alza en Alimentos y bebidas (9,2%). En línea con lo esperado, el aumento de esta división estuvo traccionado principalmente por el salto en los precios de la carne vacuna (22,2%), tras el incremento del 40% en los precios de la hacienda en pie desde la segunda quincena de enero. De esta forma, la carne vacuna explicó casi 1.3 p.p del incremento del nivel general”, detallaron desde la firma.
Al analizar la evolución de los alimentos, en su habitual relevamiento de precios minoristas, desde la consultora Eco Go informaron que en la tercera semana del mes “registró una variación de 1,8% con respecto a la semana previa”. “Con este dato y considerando una proyección de variación semanal del 1% para la última semana del mes, la inflación de alimentos consumidos en el hogar en febrero treparía a 7,8% mensual”, detallaron.
Proyecciones
Más allá de lo que pueda ocurrir en febrero, “hacia adelante, distintos factores seguirán presionando sobre una inercia inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo”, subrayaron desde Ecolatina. “Entre ellos, el impacto de la sequía sobre el precio de algunos alimentos; el traslado al consumidor del ajuste en los precios de la hacienda vacuna; la dinámica de los ajustes salariales en un año de elecciones; los incrementos pendientes en las tarifas de servicios públicos; un crawling peg cambiario más alineado con la inflación; las restricciones sobre las importaciones y tensiones sobre la brecha y las expectativas de devaluación en medio de la transición electoral”, detallaron.
“Como contrapeso, el amplio set de acuerdos de precios instrumentados por el Gobierno con distintos sectores productores de bienes y servicios bajo el paragua de Precios Justos -renovados y ampliados este mes hasta junio inclusive-, junto con la ausencia de shocks como los ocurridos el año pasado que permitan mantener contenida la brecha cambiaria, podrían contribuir a moderar la inercia y las expectativas de inflación, aunque no sustancialmente”, subrayaron desde Ecolatina.