Cuatro sujetos con los rostros cubiertos y armados asaltaron a una familia en Las Acacias al 300, Yerba Buena. Los delincuentes, después de haber reducido y golpeado a las cuatro personas que se encontraban en el lugar, se llevaron seis celulares, dos televisores, $ 200.000 en efectivo, un auto Citroen C-4 y joyas de oro.
Horas más tarde la Policía encontró el vehículo robado y actualmente se encuentra investigando lo sucedido.
María de los Ángeles Guinobart le informó, que el hecho ocurrió el miércoles alrededor de las 22.30.
“Mi hijo había salido a guardar el auto porque estaba estacionado en la vereda. Cuando estaba cerrando el portón, cuatro tipos encapuchados y con armas, de no más de 30 años, lo abordaron de la nada, lo redujeron a patadas, le quitaron las llaves del auto, le ataron las manos y lo entraron a la casa”, detalló.
Una vez que estuvieron en el interior de la vivienda, los asaltantes agredieron al esposo de María y a otro de sus hijos. “Ellos les gritaban que se tiren al piso, mi marido les decía que no podía porque tiene dolores musculares debido a un problema autoinmune, y como no le creyeron comenzaron a golpearlo, le metieron un culatazo en la cabeza y estaba todo ensangrentado”, relató la mujer.
La víctima, al escuchar los gritos de su familia y los ladridos de su perro, salió de su habitación para ver qué estaba pasando. En ese momento se encontró con los asaltantes , quienes la agarraron y la llevaron a su dormitorio. “Les dí todo lo que teníamos y luego me revolvieron toda la pieza. Me sacaron algunas cositas de oro, me desvalijaron los muebles, sacaron todos los cajones; estaban en busca de una caja fuerte inexistente”.
Luego de revisar el cuarto, llevaron a los hijos y al esposo de la mujer para allí, los tiraron boca abajo y mientras los amenazaban a punta de pistola les exigían más bienes.
En ese momento el grupo de delincuentes se había dividido, dos estaban en el living desconectando los televisores y los restantes estaban en el dormitorio del matrimonio con las víctimas. “Uno de ellos me gritaba y me pedía más cosas, yo de buena manera intentaba decirles que ya no tenía nada, el otro si me tranquilizaba”, relató durante la entrevista.
Minutos después Guinobart escuchó que uno de los ladrones que estaba en el living se asomó al pasillo y le dijo a los otros tres “vamos porque ya estuvimos mucho tiempo acá”. La damnificada estimó que el asalto duró aproximadamente 15 minutos, pero que le parecieron una eternidad.
Una vez que los ladrones se fueron, esperaron unos minutos para salir de la habitación debido al shock y al miedo que les generó esa situación. “Apenas salimos, mi hijo vio que se habían llevado el auto; lo sacaron de una manera tan brusca que nuestro portón quedó dañado por completo y fuera de su marco”, recalcó
El personal médico, de la Policía Científica, de la brigada, y el GUM desfilaron toda la noche por el domicilio, tomando declaraciones y realizando peritajes. Horas más tarde encontraron el vehículo robado abandonado en Canal Sur y pasaje Lautaro, el cual quedó retenido para que la Dirección de Criminalística realizara las pericias correspondientes.
“Esto fue una desgracia con suerte”, dijo la mujer. “Por suerte las lesiones de mi hijo y mi marido no fueron de gravedad; los cuatro estaban armados, podría haber pasado cualquier cosa”.
María contó que ya es la tercera vez que entran a robar a su domicilio desde que vive allí, con la diferencia que en los otros asaltos no se encontraba ninguno de los habitantes. “En Yerba Buena este tipo de delitos ocurre todo el tiempo, entonces uno ya no sabe si nos venían estudiando con anterioridad y ya sabían a qué hora guardábamos el auto o si fue de pura casualidad que iban pasando, lo vieron a mi hijo y aprovecharon la oportunidad”.
Vecinos contaron que hace unos días también asaltaron un domicilio ubicado a unas cuadras de la calle Las Acacias. Además dijeron que a pesar de que observan la presencia de oficiales de la Guardia Urbana haciendo rondas de seguridad a lo largo del día, optaron por contratar seguridad privada para que cuide sus hogares porque sino se sienten expuestos al peligro.