Por Marcelo Pérez – Diario Cuarto Poder. Los denominados “cuidacoches” siguen haciendo de las suyas en el municipio capitalino de Germán Alfaro. No sólo sin control alguno sino que, además, abusando de su condición de “dueños de las cuadras”, fijando tarifas y amenazando a quienes se rehúsan a pagar. En la provincia de Bueno Aires y en CABA, los meten presos.
Un servicio ilegal a la vista de todos
En Tucumán todo el mundo sabe que el cobro por estacionar en la vía pública es ilegal. Desde que cayó la concesión de servicio en la primera década del siglo, estacionar en la calle no tiene costo alguno, es gratis. Sin embargo, un grupo de vivos o avivados, comenzó a apostarse en las cuadras céntricas y a cobrar una tarifa exigua por estacionar por horas.
Al principio, la gente (automovilistas) colaboraba con estos cuidacoches porque muchos eran ex trabajadores de la empresa que había perdido la concesión; pero de a poco, otro grupo de personas comenzó a apropiarse de otras cuadras, hasta completar el radio céntrico y las principales avenidas que rodean Barrio Sur, Bario Norte, con cuponeras truchas y tarifas fijas.
Hoy en día, y debidos a que todos los funcionarios capitalinos hacen la vista gorda, los seudos-cuidacoches ampliaron su “territorio” más allá de las 6 principales avenidas que rodean al casco de la ciudad, llegando a barrios impensados como Villa Alem, Villa 9 de Julio, Ciudadela y Villa Lujan.
Un intendente ausente
La desidia del intendente Germán Alfaro -y sus colaboradores- sobre este tema, perjudica sobremanera a quienes necesitan estacionar sus autos en la vía pública ya sea porque la guardería resulta muy onerosa o bien porque no hay lugar en las mismas, frente al aumento del parque automotor. Los automovilistas se sienten desprotegido y muchos o todos, terminan pagando al cuidacoches lo que éste le pide. En principio, por miedo o temor a que le dañen el vehículo, pero también para evitar discusiones que puedan terminar con agresiones físicas ya que nadie sabe a ciencias ciertas quiénes son los que se paran en cada cuadra a cobrar por estacionar.
Ya hubo varios casos de inseguridad que involucraron a cuidacoches, trapitos o limpiavidrios; el mismo intendente dijo una vez que estos seudos-cuidacoches son personas de mal vivir que se dedican a ser “campanas” de ladrones o escruchantes. Según Alfaro, esta gente, al estar parada en la cuadra, observan todo el movimiento de la misma, saben qué casa está deshabitada, quienes salen, quien vive solo o sola.
Drogas y muerte
Hace un par de años, dos cuidacoches de Tucumán, fueron detenidos, juzgados y encarcelados al encontrarlos culpables del crimen de un vendedor de bolsas en los semáforos. Según la investigación, los tres estaban consumiendo drogas ilegales y alcohol y en un momento se desconocieron. Se produjo una pelea hasta que uno extrajo de entre su ropa un arma blanca y de dos certeras puñaladas acabó con la vida del vendedor. A esa gente están expuestos los automovilistas. Todo un peligro.
Imitar a otras provincias
En otras provincias se combate a los cuidacoches. Hace unos días un diario platense publicó una noticia sobre el arresto de varios trapitos o cuidacoches por “coacción y tentativa de extorsión” contra vecinos que se rehusaban a pagar los montos exigidos por estacionar en la vía pública.
“La Policía de la Provincia de Buenos Aires arrestó a cinco individuos que trabajan como cuidadores de autos en diferentes ubicaciones en el centro de la ciudad de La Plata. Se les acusa de “coacción y tentativa de extorsión”, contra automovilistas que estacionan sus autos en la vía pública, y se han iniciado expedientes en su contra”, decía la nota
¡ Y en Tucumán es al revés!, nadie hace nada con los “cuidacoches”, es más se los protege a pesar de que lo que hacen es ilegal.
A la celda
En la esquina de 50 y 4, Leonardo J. y Jonatán B., de 26 y 28 años respectivamente, fueron detenidos por personal de la Comisaría 1° después de que una mujer de 55 años denunciara que los acusados la amenazaron para exigirle dinero a cambio de permitirle estacionar su vehículo. Horas más tarde, Juan Manuel A., fue arrestado por personal del escuadro motorizado de la Policía local en la esquina de 51 y 4 mientras intimidaba a vecinos que dejaban sus autos en la calle. Asimismo, en las calles 1 y 59, Enrique J. y Fernando P. fueron detenidos en dos procedimientos diferentes por intimidar verbalmente a quienes querían estacionar libremente. Enrique J. fue captado en vídeo mientras realizaba esta acción, mientras que Fernando P. fue arrestado frente a la clínica IPENSA. Se les confiscó la recaudación del día”, subrayó la noticia.
En Tucumán los cuidacoches son más de 500 y desde la municipalidad se hacen los desentendidos y cada vez que sucede un problema grave (pelea, muerte, etc.) se lavan las manos. “Estamos cansados de estos personajes. Cada vez es más difícil dejar un auto en una guardería. Entonces, tenemos que salir a buscar estacionamiento en la calle y somos víctimas de estas personas que cobran lo que quieren. Y si no les pagan, hay problemas”, señaló un automovilista.
Desilusión de los vecinos
“Venís a trabajar y le tenés que pagar; salís a la noche y también le tenés que pagar; y vas a la cancha, a cualquiera de las dos, y hay que pagar. Lo más grave es que ya no es a ‘tu voluntad’; si no tenés voluntad de pago, te putean o le hacen daño al auto y a nadie le importa”. La Municipalidad se hace la desentendida, mira para otro lado y descuida a los vecinos que pagan sus tributos para no tener conflictos con los trapitos”, apuntó otro.
El estacionamiento en las calles corresponde que sea controlado por la Municipalidad. Ellos, como hacen las multas a los que no cumplen con las normas, deberían erradicarlos.
Por otra parte, la Policía no puede ni debe desentenderse y controlar esta actividad ilícita porque es un delito a cielo abierto. La gente se ve extorsionada, obligada a pagar por un servicio que no pidió. Para la Policía, el problema con el estacionamiento no es un delito, sino una infracción. Error: infracción es estacionar mal o pasar un semáforo en rojo; pero que un tipo exija dinero por una prestación que no nadie pide, es una extorsión, un delito. Es más o menos como que alguien comience a pedir plata por caminar por una cuadra, cruzar un puente o entrar a un barrio: No es legal, pero por temor, gente le va a pagar. Bueno, eso pasa hoy con el estacionamiento callejero.
Nadie nos cuida en la ciudad.