crimen

“Se hará justicia porque nos arrebataron una persona hermosa, con ganas de vivir y progresar, que merece descansar en paz”. Así se expresó la familia del abogado Omar Monteros (30 años), asesinado hace un año.

Los deudos siguen caminando por los pasillos de los Tribunales, pugnando para que los criminales sean procesados, en un caso tan complejo que el Ministerio de Seguridad ofrece una recompensa de $ 2 millones para quien ayude a esclarecer lo que, se cree, fue un crimen por encargo.

El 21 de abril de 2022, el joven que volvía de una misa por el primer aniversario del fallecimiento de su padre, detuvo el auto en la puerta de su casa, cerca de la esquina de Junín y México y cuando abría el portón, observó que al menos dos hombres se le acercaban. Como pensó que querían asaltarlo, corrió, aparentemente para que lo persiguieran y no atacaran a su madre y a su hermana que estaban dentro del vehículo.

Luego, al ver que los atacantes dejaron de perseguirlo, se dio la vuelta y regresó, ante lo cual uno de los asaltantes hizo un disparo al suelo para asustarlo, pero el proyectil rebotó en el piso de la vereda y terminó hiriéndolo en el pecho. El joven, que trabajaba en el sector administrativo del penal de Villa Urquiza, murió pocos minutos después.

Desde el suceso mismo, los familiares de la víctima afirmaron que había sido un homicidio en ocasión de robo, peroi los agentes de Homicidios, bajo las órdenes de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib y el Equipo Científico de Investigación Fiscal, dirigido por el fiscal Ignacio López Bustos, hallaron indicios para rebatir esa teoría, al descubrir que el joven profesional había sufrido al menos dos ataques de esas características en poco tiempo, pero nunca le habían robado nada.

López Bustos identificó a tres sospechosos. Logró que un juez avalar varios allanamientos en las viviendas de Matías Bálsamo, Pablo Sánchez y Pablo “Lampriao” Véliz.

Los tres negaron su participación en el hecho, pero aportaron un dato clave para que los investigadores tomaran un nuevo rumbo, involucrando a una joven en el caso.

“No tuve nada que ver en el homicidio de ese joven, sólo puedo decir que una mujer estaba haciendo averiguaciones para contratar gente del barrio (Juan XXIII, “La Bombilla”) para hacerlo asustar”, afirmó Véliz en la audiencia en la que se le dictó la prisión preventiva. Los otros dos sospechosos están en libertad, pero ya fueron informados de que son investigados.

Se pensó que la versión de “Lampriao” era un intento de zafar, pero en los allanamientos aparecieron evidencias que respaldan sus afirmaciones. Personal de homicidios encontró en la casa de Bálsamo documentación que vincularía a este joven con Mayra Florencia Pérez, la novia de Monteros. “Son papeles que no los tiene cualquiera”, aseguran los investigadores.

Al enterarse de esta situación, el fiscal López Bustos decidió citarla como testigo. Su intención era pedirle que le entregara voluntariamente el celular para que sea analizado por los peritos. Sin embargo, cuando la joven, que es hija de funcionarios judiciales, se presentó en los Tribunales dijo que la noche anterior le habían robado su Iphone.

Los funcionarios judiciales le solicitaron que les facilite la clave de Icloud (el sistema donde se almacenan los datos de los productos Apple), pero dijo que no la recordaba. “Hoy por hoy eso es imposible, ya que es como no acordarse el número del DNI”, sostuvieron Ricardo Fanlo y Agustín Monteros, representantes legales de la familia de la víctima.

En las últimas horas surgieron nuevos indicios. Uno de los sospechosos habría dicho que Pérez le entregó un celular Iphone para que lo destruyera días antes de que se presentara a declarar. “Estamos en condiciones de probar esa situación. Creemos que eso será suficiente para que la causa se reactive”, añadieron los profesionales.

“A seis meses de tu asesinato duele mucho tu ausencia porque te llevaste una parte de mi vida. Siempre estaremos unidos por el corazón. Pido a Dios que descanses en paz hasta que se haga justicia. No falleció, lo mataron. No fue inseguridad, lo entregaron. No fue una desgracia, fue un crimen”. Fue otro posteo que realizó la familia Monteros.

La pregunta que todos se hacen es el porqué de este crimen. La postura de la querella es que Pérez habría estado molesta porque Monteros había decidido realizar un viaje a Estados Unidos y, según su teoría, podría haber intentado asustarlo para que no lo hiciera, ya que sospechaba que viajaría con otra mujer.

“Pensamos que ella le habría informado a los sospechosos que él tenía U$S11.000 para que se los robaran y lo asustaran”, explicaron Fanlo y Monteros. “Tal como nos autoriza el nuevo código, entrevistamos a la joven. Cuando le preguntamos cómo era su relación con la víctima, ella respondió: ‘yo soy muy celosa y él, muy infiel’”, añadieron.

“Esa es una línea de investigación, pero por el momento no pudo ser probada”, explicó el fiscal López Bustos en una entrevista. “El ofrecimiento de una recompensa tiene un solo objetivo: lograr que algún tucumano pueda colaborar para el esclarecimiento de este caso”, añadió.

El titular de la Unidad Fiscal de Homicidios I informó que por el momento, no pudieron sumar pruebas en contra de la joven que es señalada por los querellantes. “Se hicieron varias medidas que no dieron los resultados esperados, pero estamos esperando los resultados de otras”, comentó López Bustos. Entre ellas aparecen una declaración clave y el informe pericial de los teléfonos de todos los imputados y de la joven antes, durante y después de haberse cometido el crimen.

La familia Monteros está signada por las desgracias. En los últimos años sufrió la pérdida de tres integrantes. En mayo de 2017, Martín Monteros, hermano de Omar, falleció en un accidente automovilístico en la provincia de Chaco cuando viajaba a Brasil a alentar a Atlético en un partido de la Copa Libertadores. En abril de 2021, Luis Monteros, el padre de la víctima, fue uno de los médicos del Centro de Salud que perdió la vida por Covid.

 

 

fuente: contexto

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