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Se tensa la expectativa por la cotización del billete libre mientras que la operatoria con bonos dejará de ser una referencia para el dólar financiero, que será reemplazado por la negociación con acciones.

Los nuevos controles que estableció el Gobierno para contener la presión en el segmento de dólares financiero modifica el mapa para los operadores, pero no el escenario de fondo en el que la presión se desviará, muy probablemente, al mercado informal.

Por las nuevas normas que debutan hoy, las sociedades de Bolsa (Alycs) no podrán acceder al mercado con cartera propia y queda vedada, también, la posibilidad de endeudamiento en para operar dólar MEP o CCL (contado con liquidación). La medida apunta a discriminar una demanda “genuina” en el segmento bursátil de aquella que en el Palacio de Hacienda consideran “especulativa” y que se reflejó en la tasa de interés a la que llegaron a operar las cauciones en dólares durante los días más álgidos de la corrida. Por caso, esa tasa a 1 día alcanzó 20% nominal anual el martes pasado, cuando todas las cotizaciones tocaron un techo cercano a los 500 pesos.

En ese contexto, a pesar de que la decisión oficial es una nueva contradicción con el acuerdo firmado el año pasado con el Fondo Monetario, cuando se levantaron las medidas que ahora se vuelven a imponer mientras se negocia una revisión integral de ese entendimiento, no sorprendieron en el mercado las nuevas resoluciones de la CNV, que determinan el resurgimiento del dólar Senebi, es decir, aquel que se negocia bilateralmente entre dos partes.

A partir de ahora, entonces, habrá una nueva referencia de precio que se sumará a las variantes existentes, mucho más intervenidas. “La operación clásica con bonos, AL30 y GD30 va a quedar paralizada, la nueva referencia va a ser el dólar operado con CEDEARs (papeles de empresas)”, explicaron fuentes del mercado que prefieren mantener el bajo perfil dado el nerviosismo reinante y las presiones que se vivieron en los últimos días.

En cualquier caso, la expectativa es que el impacto de las medidas se reflejen en el dólar libre. Tras retroceder $28 desde el pico de $495, el billete rebotó el viernes y cerró a $469, lo que indica lo precario del nuevo equilibrio alcanzado tras la reacción del equipo económico. “El martes comienza el súper cepo al CCL, parece que no se podrá comprar fácil. Entra en escena el súper blue”, opinó el analista Salvador Distéfano.

Pero lo cierto es que, más allá de la presión y la volatilidad en el mercado cambiario, la atención seguirá concentrada en la posibilidad de fortalecimiento de las reservas que lleguen tanto desde Washington como desde Brasilia.

Desde la primera, se esperan novedades concretas de la renegociación del acuerdo con el Fondo por el que el Gobierno busca un adelantamiento a junio de los desembolsos originalmente previstos durante el segundo semestre, marco en el cual el ministro de Economía, Sergio Massa, dio varios pasos concretos que el organismo podría calificar de “prior actions” (acciones previas) indispensables para consensuar ese nuevo programa: señal de tasa positiva, con la suba de 13 puntos porcentuales tras el dato de inflación de marzo, señal de aceleración del ritmo devaluatorio del tipo de cambio oficial con un paso mucho más marcado en las últimas dos semanas (en los últimos días, la tasa de depreciación superó incluso 9% mensualizado) y la confirmación de la suba de tarifas para acotar el gasto público en subsidios.

A pesar de eso, en Economía admiten que las tratativas avanzan muy lento, aun cuando el tiempo, igual que los dólares, luce como un bien escaso.

El segundo foco de atención está puesto en Brasil, en eventual acuerdo para que el país vecino otorgue financiamiento para la importaciones brasileñas. Esa posibilidad se viene discutiendo entre ambos países desde principios de año, cuando el ministro de Hacienda Fernando Haddad se reunió en Buenos Aires con Massa.

Aunque no se trata en ese caso de “fondos frescos” que fortalecerían directamente las reservas del Banco Central, el mecanismo en estudio descomprimiría la demanda de divisas en el mercado oficial aunque, claro está, ese financiamiento sería parte de la deuda comercial que deberá afrontar el nuevo gobierno.

fuente: infobae

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