Letras de Fuego / Noticias. La necesidad de visibilización de los autores de la región, el país y el mundo, conspiró para la creación de La Hermandad Literaria de los Delfines, que tiene como objetivo generar lazos de unión entre los creadores de literatura.

Una actividad individual con problemas comunes

Consultado sobre esta iniciativa, el escritor tucumano, Manuel Rivas explicó que la integración de La Hermandad Literaria de los Delfines, es un paso importante para que los verdaderos hacedores de la Literatura tengan un mayor protagonismo.

En ese sentido, subrayó que “si bien es cierto que la tarea de escritura es individual, hay problemas comunes de los escritores de todo el mundo. Esas son las preocupaciones que nos hermanan y nos señalan un rumbo de unidad”.

“Elegimos la figura de los delfines, porque nadan en conjunto en medio de un mar o ámbito que, muchas veces, parece estar atestado de tiburones que hacen culto del individualismo y de una actitud salvaje con respecto a sus pares”, expresó.

Gran respuesta de todas las latitudes

Rivas comentó que la difusión de la Carta Fundacional de La Hermandad Literaria de los Delfines, fue generando la adhesión espontánea de escritores, muchos de ellos referentes de este ámbito, lo que potencia las futuras actividades.

Cabe destacar que no sólo respondieron afirmativamente los autores nacidos o residentes en la provincia, sino que también lo hicieron aquellos que habitan la región y otros puntos del país. Lo sorprendente es que se sumaron escritores internacionales.

“Existe una necesidad de conservar la unión que se creó como consecuencia de la pandemia. Muchos de los escritores participantes sólo se conocen virtualmente, pero los lazos son como los de una amistad de muchos años”, comentó Rivas.

Carta Fundacional

A continuación, transcribimos la Carta Fundacional de La Hermandad Literaria de los Delfines:

En una sociedad en donde el individualismo exacerbado impide que se pueda pensar y actuar en conjunto, hemos decidido ser delfines. Tomamos la determinación de nadar en cardumen, unidos y conscientes de que nuestra fortaleza y crecimiento se basan en principios como la solidaridad, la fraternidad y el espíritu de grupo, pero sin perder la individualidad.

No buscamos unificar el pensamiento ni las estéticas, ni los gustos por este mundo que habitamos y que llamamos Literatura. Nosotros no visualizamos a lo literario como un mar de tiburones en el que prevalece la fuerza y la destrucción, para llegar a posiciones de privilegio que permitan concretar el sueño de trascendencia que cada uno tenemos.

Juntos nos hemos propuesto concebir este océano inconmensurable que se nos presenta, como un espacio de existencia en el que podemos lograr mucho más si avanzamos unidos. No se trata de una cándida e inocente actitud. Simplemente queremos identificarnos con un sentimiento de unidad que nos permita defendernos ante los ataques propios de este ámbito.

Con esta Hermandad Literaria de los Delfines no hemos inventado nada. Simplemente replicamos las voces del pasado que han pensado del mismo modo y que lo han llevado a la práctica con sólidos vínculos. Esos mensajes vienen a nosotros como brisas otoñales que preanuncian el primaveral florecimiento de nuestra meta de unidad.

Reconocemos a la labor literaria creativa como una acción individual y personal. Se trata de poner de sí mismo ese toque de creatividad que en cada uno es un sello marcado a fuego desde el interior del espíritu y que, puede o no, dejar huellas en la sensibilidad de los lectores. Salvo en casos excepcionales como la escritura en equipo o en colaboración, como en el caso de Bustos Domecq, un escritor con estilo propio surgido de las plumas de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, respetamos esa individualidad.

Sólo buscamos el conjunto como un movimiento en el que los escritores participantes se sientan contenidos, apoyados y alentados, no sólo en el proceso creativo sino también en la difusión de las obras, un talón de Aquiles en el que son escasos aquellos que quieren dar una mano. Si son tiburones, seguro darán una dentellada mortal. Si son delfines, podrán estrechar al conocido o desconocido colega en un abrazo reconfortante.

Esta empatía y solidaridad no estarán despojadas de una crítica constructiva, una especie de consejería que nos daremos mutuamente los delfines, a fin de enriquecer nuestras producciones, porque la generosidad siempre se basa en la sinceridad y las buenas intenciones.

Por todo lo expuesto precedentemente, es que abrimos los brazos de bienvenida, desde la provincia de Tucumán y para el mundo entero, a todos aquellos escritores que se sientan en necesidad de nadar hacia el futuro, en conjunto y pleno crecimiento, en esta, La Hermandad Literaria de los Delfines.

 

FIRMANTES: Manuel RivasRomi CarrizoMarx BauzáAlejandra Burzac Sáenz (Tucumán) – Daniel PosseHilda García (Catamarca) – Honoria Zelaya de Nader (Tucumán) – Nancy Olivera (Jujuy) – María Belén AguirreInés Cortón (Provincia de Buenos Aires) – Eduardo Ceballos (Salta) – Eduardo Medina (Salta) – Melcy Ocampo (Santiago del Estero) – Andrés Kischner (Buenos Aires) – Silvia González (Provincia de Buenos Aires) – Coqui Sosa (Tucumán) – Fabián SoberónMarcelina Pérez de De HaroSusana NoéPablo DonzelliLuis IbarraCristina Guerrero de BozñakAlejandra CarmonaMercedes AlarcónMelina MoiséFabián SeidánNorma GuraiibOscar AdantoFabiana CabralTeresa GonzálezMagena ValentiéElba JuárezAndrea RivasMiguel Ángel FigueroaBertha Montropez (Colombia) – Luciano Núñez (México) – Rafael BujazhaMajo Prieto (Buenos Aires) – Leticia MureMaría Lilia de la RosaRamón TevesJuan RobledoRubén Díaz CamachoAlfredo Luna (Catamarca) – Adriana Burgos (Provincia de Buenos Aires) – Peggy Llano (Corrientes) – María Graciela Llano (Corrientes) – Natalia Szachniuk (Tucumán) – Luiza Hazan (Israel) – Miguel Ángel Salvatierra (Salta) –

 

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