Esta mañana de jueves, la calle San Lorenzo de la Capital tucumana se vio convulsionada por una protesta de ahorristas. Beatriz Rojkés de Alperovich salió a burlarse y la gente estalló. Naranjazos, vidrios rotos y detenidos.

Alrededor de las 10:15 de la mañana, en la calle San Lorenzo 254 de la Capital tucumana, donde se encuentra la concesionaria Volkswagen de Alperovich SA, se vivieron momentos de tensión. Un grupo de ahorristas, al grito de ¡Estafadores!, golpeando las manos. Una camioneta estacionada a unos metros es la encargada de poner música de batucada. Una señora, frente a la concesionaria, sostiene el megáfono y grita: “Esto es una fiesta, es una lucha”; “Queremos pagar, queremos estar al día, queremos que salga alguien a darnos una respuesta, una solución”.

El resto de los presentes aplauden mientras el humo de la quema de cubiertas invade todo el ambiente. En las puertas del local, policías de la provincia cubren y protegen la fachada. Eso no impidió que la gente, furiosa, saque las naranjas tucumanas guardadas en bolsas de consorcios y empiecen a tirar contra el vidrio oscuro que esconde a Beatriz Rojkés de Alperovich, esposa del ex gobernador José Alperovich, quién, afirman los presentes, tiró “besitos” y se burló de la gente. Hasta ese momento la manifestación tenía el eco de la música, los aplausos y los reclamos a través del megáfono. Las burlas de Betty encendieron la furia.

 “Betty no te burles de la gente, porque el día de mañana vas a pedir. La fortuna no es para siempre, sinvergüenza, te has burlado de la gente tirándole besitos, carnera, sinvergüenza, atorranta”, son las palabras que se escuchan, ahora, desde el megáfono. La multitud aplaude y acciona. Los naranjazos se estrellan y tiñen de naranja el polarizado. Decenas de naranjas hacen fuerza hasta romper el vidrio.

El chico de campera azul, que antes estaba con el micrófono y luego con la prensa, hace señas de que ya se termine. Pide que se termine, hace señas con la mano para bajar los ánimos y retirarse. La gente obedece y se reúnen al costado de la concesionaria.

“Pedimos calma a los ahorristas, el día jueves de la semana que viene redoblamos la apuesta contra estos hijos de mil putas”, son sus palabras del joven que cree que han obtenido una victoria y que la protesta ha terminado. Se felicitan por la acción e incitan a invitar a más ahorristas. Se prometen continuar la protesta el jueves de la próxima semana y de todas las semanas siguientes hasta tener una solución. Son las 11 de la mañana y todo parece haber terminado por hoy. La gente empieza a retirarse y de repente, los gritos.

La policía ha salido de su puesto guardián y se dirige directamente hacia un señor que sostiene una bolsa negra llena de naranjas. Ninguna fuerza de represión va a arrancar las bolsas de la mano del señor. Se produce un forcejeo que termina en gritos, empujones y la policía sobre un señor de aproximadamente 60 años que intenta ser rescatado por sus compañeros de lucha. El chico de campera azul apela a la calma y grita que por favor basta. Otro grupo de policías aprovecha el tumulto en una vereda, para arrestar al chico en la vereda de enfrente. Su madre grita que no se lo lleven, que no estaba haciendo nada. Todos los presentes coincidimos en que él estaba pidiendo bajar la guardia y retirarse, acaso es castigado por haber sostenido el micrófono minuto antes y convocar una protesta popular los jueves de cada semana.

Ni las cámaras de los medios que están en el lugar, ni los gritos de su madre, ni los gritos de todas las personas presentes impiden que lo suban a la camioneta de la policía. La madre habla con la prensa y pide que hagamos una cadena, que no dejemos que la camioneta se lo lleve. Está convencida de que podemos lograrlo. La camioneta pone primera y pecha. Pecha. Pecha hasta que la gente cede, menos la señora. La camioneta se le viene encima, la esquiva y se va. El disturbio ha terminado. Alguien está en una comisaria.

Los motivos del reclamo

En diálogo con un ahorrista que se encontraba en la protesta y explicó los motivos: “Los reclamos que estamos llevando a cabo acá es por el tema de las excesivas cuotas que nos cobran. Yo soy un empleado que cobra 136 mil al mes y me viene para pagar 127 mil pesos, o sea me quedan 9 mil pesos para vivir. Nosotros hemos convocado a una manifestación pacífica con la posibilidad de poder tener una charla con algún generante alguien que se haga cargo, pero se negaron, se rieron, se burlaron. Salió Betty Alperovich y tiraba besitos, se sentía una diva, tiene 127 años. Le está peleando la edad con Mirtha Legrand pero se sentía importante, me parece que esto fue una burla, pero estoy muy contento con mis compañeros que nos pudimos hacer sentir. Todos somos ahorristas, toda gente damnificada. Yo pago 127 mil, pero te puedo hacer ver una boleta de compañeros míos que pagan 200 mil pesos y, ¿sabes cuánto cobran? Cobran 130 mil pesos. Yo arranque pagando un plan de 9 mil pesos, mi auto es 2021 y estoy pagando 127 mil pesos. Uno viene a pedir explicaciones solos y no sirve, por eso venimos masivamente. Por qué yo tengo un auto que es un Gol Trend y estoy pagando un Polo Trend, me dicen que es porque el mío ya no se fabrica más. No es así, yo debería pagar el auto que yo compre”.

 

 

 

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