Efraín (13) y su abuelo Ángel Delgado se quiebran de la emoción y se cubren con una mano sus caras. Hugo Baricheval, director del colegio en el que este chico acaba de terminar la primaria y recibir su diploma de honor, los abraza. El momento, que ocurrió el lunes en la Escuela N° 239 del paraje rural Pampa Chica, en Chaco, fue retratado, se viralizó por las redes sociales y conmovió al país. Ayer, Efraín, el flamante egresado 2016 de la comunidad Qom, habló con Clarín. Y, junto a su tío Sergio, compartieron su historia y le dieron todavía más sentido a esas lágrimas de alegría.
Desde el medio del campo, Efraín atiende el llamado telefónico. Pide un minuto para moverse hasta la zona en la que sabe que hay “más señal”. De fondo, se escucha el viento y la voz del nene: “Sí, me emocioné porque logré lo que quería desde hace mucho, terminar la primaria. Y fui abanderado porque tuve las mejores notas del curso”.
El chico vive junto con su abuelo, su tío y su hermana, Celeste, de 10 años. Al colegio va caminando unos seis kilómetros junto a Celeste e intenta ir siempre, “hasta cuando llueve”. Ángel los acompaña cuando puede. “Los días fríos los mandamos muy abrigados, Efraín nunca quiere faltar”, cuenta su tío Sergio, que asegura estar “muy orgulloso”.
“Su abuelo y yo no pudimos terminar la primaria. En mi caso sólo pude llegar hasta segundo grado. Por eso Ángel se emocionó tanto, porque con lo poco que tenemos su nieto logró hacerlo. Es el primero de la casa”, explica Sergio.
A pesar de la alegría del momento, el tío se muestra preocupado porque el colegio secundario queda “todavía más lejos” que la primaria y no sabe cómo va a hacer Efraín para trasladarse todos los días hasta ahí. “Necesitaría una bicicleta para llegar a su nueva escuela. Además, nos faltan útiles y libros”, sigue Sergio que vive de changas en el campo y sueña con que su sobrino tenga “un futuro mejor”. “Siempre le insistimos para que estudiara, le dijimos que era importante que lo hiciera para que después pueda conseguir un buen trabajo”, aporta el tío.
Y el nene lo escuchó a tal punto que se recibió con honores. “Lo hice solo, nadie me ayudó”, asegura Efraín. ¿Ni la maestra? “La señorita Mirta sí: lo que yo no sabía se lo preguntaba a ella”, suma y cuenta que su materia preferida es matemática y que está contento porque va a arrancar la secundaria con algunos de sus amigos. “Quiero recibirme y de grande ser policía”, agrega.
Baricheval, que además de director del colegio fue su docente en tercer grado, lo define como un chico “sencillo, tierno, activo y predispuesto”. Aunque aclara que, si bien es un ejemplo, “no hay un solo Efraín”. “Trabajo en esta escuela hace 22 años y acá hay muchos chicos que, a pesar de vivir en situaciones complejas, dan todo para superarse y salir adelante”, cierra el maestro.
Fuente: Clarín