Por Marcelo Pérez –Diario Cuarto Poder. Todavía no asumió pero ya muestra dónde pondrá el acento Osvaldo Jaldo al frente del Poder Ejecutivo provincial cuando sea gobernador: la seguridad. Rigurosidad a la hora de seleccionar a los ingresantes a la Fuerza y más agente penitenciarios para que los policías no tengan que hacer tarea de carceleros en las comisarías.
Los temas que preocupan
La provincia vivió hace escaso días elecciones, en la que el partido oficialista Frente de Todos, con Osvaldo Jaldo a la cabeza logró conservar la gobernación de la provincia de manera categórica. En ese contexto, el flamante gobernador comenzó a delinear las principales políticas que lo acompañarán en su mandato, poniendo el acento en el tema de la seguridad, una materia que preocupa a todos los tucumanos.
Justamente, en medio de una semana corta por el feriado puente y un viaje de Juan Manzur a Buenos Aires la semana pasada, Jaldo, a cargo del Poder Ejecutivo, mantuvo un encuentro con la plana mayor de la Policía donde no sólo les exigió redoblar los esfuerzos en materia de prevención sino que –además-, hizo hincapié en sanear la Fuerza. En pocas palabras, no hay lugar para “polichorros” ni corruptos en Tucumán.
Los policías están para servir
Jaldo puso énfasis en que si bien dentro de cuatro meses asumirán las nuevas autoridades de su gobierno, recalcó que será “el mismo espacio” el que gobernará, por lo que bregó para que se siga trabajando fuerte en materia de prevención y combatiendo el crimen.
No hay lugar para los que degradan la institución policial.
Les pidió que no bajen los brazos, que redoblen los esfuerzos y que hagan hincapié en la seguridad preventiva para que la seguridad de los tucumanos sea un hecho.
Eso significa acrecentar los operativos contra el narcomenudeo y profundizar el trabajo de vigilancia. Lo cierto es que desde que se promulgó la ley que permite a la policía combatir el narcomenudeo se avanzó mucho, con cientos de allanamientos, muchos detenidos y condenados. Se desbarataron kioscos de drogas listas para ser vendidas en toda la provincia.
A la par de la gente
Jaldo pidió a cada uno de los jefes de las regionales que estén a la par de su gente: los policías, los comisarios y todos sus subordinados. La lucha contra la delincuencia es un trabajo de equipo.
Les pidió que conduzcan desde el territorio y no desde la oficina. “Queremos a los jefes jurisdiccionales recorriendo la provincia desde Trancas hasta la Cocha”, fue el reclamo de Jaldo.
Una de las premisas de Jaldo para enfrentar a la delincuencia es con más personal policial en la calle. Así no sólo se desalienta al malviviente a tratar de delinquir, sino que a la vez se le da a la sociedad seguridad preventiva.
Combustible a móviles policiales
Pero para empezar a luchar contra la delincuencia en forma efectiva hace falta también contar con personal idóneo y dispuesto a hacer lo que la ley manda. Eso significa tener una fuerza policial “con ficha limpia”.
El electo gobernador lo sabe y por eso desde que asumió interinamente la gobernación mientras Manzur era Jefe de Gabinete de la Nación lo hizo saber a los integrantes del ministerio de Seguridad. No puede haber “polichorros” porque una manzana podrida pudre al resto.
Las cuestiones vinculadas a la provisión de combustible para los móviles policiales con tickets de cargas y cupos que fueron observados por el Tribunal de Cuentas, fue uno de los últimos casos que observó Jaldo y por el cual quiere respuestas. Si el Tribunal de Cuentas determina que hubo alguna irregularidad lo informará y se aplicarán las sanciones que correspondan. Caiga quien caiga.
Por ejemplo, se descubrió que uno de los vehículos policiales nunca se presentó en una estación de servicio en Yerba Buena a pesar de haber registrado una carga de combustible, resultando en una orden de pago de más de $14 millones.
“Aquel que cometa un ilícito, no importa el cargo ni el rol, terminará preso”, dijo Jaldo en septiembre de 2022. Y mantiene dicha consigna en el presente.
Desde el aspirante a la Fuerza
Una cuestión clave para que haya buenos policías es contar con un sistema óptimo y sin fisuras para la selección de aspirantes que deseen ingresar a la Fuerza. Porque no basta con tener secundario completo, buena actitud física, altura idónea, o ser hijo o pariente de algún conocido para ser policía (la policía no debe ser vista como una salida laboral para jóvenes desocupados), sino –sobre todo- tener vocación, ficha limpia, buena conducta y pasar un test psicológico acorde a la tarea que va a desempeñar, que incluye portar un arma de fuego.