Cobarde es someter a un pueblo por la fuerza y no dejarlo expresarse”, lanzó Mauricio Macri ayer en la Quinta de Olivos, cuando promediaba su rueda de prensa con la presidente Michelle Bachelet y Clarín le preguntó en consenso con los otros medios de comunicación qué opinaba de las palabras de Diosdado Cabello.
El hombre fuerte de Venezuela, número 2 del presidente Nicolás Maduro, había dicho el jueves a la noche en su programa de TV que Macri era un “cobarde” y lo acusó de haber organizado el supuesto desaire a la canciller venezolana Delcy Rodríguez, a quien los otros ministros del Mercosur no dejaron participar de su reunión ese día en el Palacio San Martín. Además, Cabello le pidió al encargado de negocios argentino en Caracas, Eduardo Porretti, que “recoja sus maletas” y se vaya del país. “Todo eso son instrucciones del cobarde de Macri. ¡Cobarde! Yo no voy a decir esto para que lo hagan, pero a Delcy le dieron un golpe”, soltó Cabello.
Anoche, al cierre de esta edición se conocieron también palabras del propio Maduro, quien también llamó “cobarde, oligarca y ladrón” a Macri acusándolo de “mandar” a agredir a Rodríguez, lo que según todos los testigos es una versión desopilante.
“Yo pensé que había sido Malcorra la que le pegó, estaba preocupado por su violencia”, ironizó Macri ayer en Olivos en relación a las denuncias de Rodríguez de que “los esbirros” del mandatario argentino la habían golpeado cuando quiso entrar el jueves al Palacio San Martín. Ese día, en un episodio desopilante de un lado y otro, Rodríguez apareció en Buenos Aires (lo había anunciado) sin que la invitaran a la cumbre por estar Venezuela suspendida temporalmente del Mercosur. Malcorra la recibió en sus oficinas, pero la venezolana se fue a la Plaza a hablarle a la militancia K que la apoyaba. Cuando quiso entrar al Palacio, sus colegas ya se habían ido a almorzar a un restaurante de Recoleta. El gobierno de Maduro se irritó profundamente y volvió a llamar “golpistas” a los líderes de Argentina, Brasil y Paraguay.
Macri habló más ayer sobre estos episodios y sobre Venezuela: “No es para tomarlo seriamente, porque alguien no puede autoinvitarse a donde no ha sido invitado”, continuó aunque lo consideró “una anécdota menor comparado a lo que está sufriendo el pueblo venezolano. Acá lo triste es que la pobreza el abandono y la falta de mínima garantía sobre los derechos humanos que hoy está sufriendo de lo que está siendo víctima el pueblo venezolano. Desde el primer día hemos planteado la necesidad de que los venezolanos puedan volver a decidir sobre su futuro, y el Gobierno desoyendo los pedidos del mundo entero insiste; el otro día nos enteramos de nuevas imposiciones sobre el pueblo venezolano”, remató Macri. “Eso es realmente de cobarde, someter a un pueblo de esta manera, no dejándolo expresarse”.
Entre tanto, al referirse a lo ocurrido entre Mercosur y Venezuela siendo Chile un Estado asociado al bloque, Bachelet optó por la extrema cautela. Pero manifestó que apoyaba “los esfuerzos que está haciendo el Vaticano, junto a la Unasur, para que se pueda encontrar una salida pacífica”. Evo Morales apoya a Caracas.
Ayer aumentaron las protestas y saqueos en Venezuela por las decisión del gobierno chavista de retirarle a la gente la circulación de dinero efectivo. Y el diálogo con la oposición no parece mejorar. Aunque Macri fue desde la primera hora quien pidió aplicación de la carta democrática del Mercosur para Venezuela y lo increpó a Maduro por los presos políticos, fue el gobierno de Horacio Cartes el que venía abogando por mayor dureza. Con varios choques verbales con Maduro, Macri dejó la embajada a cargo del encargado de negocios Eduardo Porretti hasta agosto de 2017.
A mediados de año, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay no dejaron a Venezuela asumir la presidencia pro témpore, achacándole que cuatro años después de haberse incorporado al bloque no había aprobado la mayoría de los protocolos y normativas de su adhesión.
Fuente: Clarín