El ministro Sergio Massa dice que cuando sea Presiente hará bajar la inflación ¿y por qué no lo hace desde ahora? Lo cierto es que el dólar sigue subiendo y arrastra fuertes aumentos, especialmente en alimentos y bebidas. El resultado de las elecciones PASO definirán si el índice puede tranquilizarse.
El fuerte salto del dólar libre, que ya roza los $ 600, provocó los comportamientos ya acostumbrados entre empresas y proveedores. Hubo remarcaciones, se frenaron ventas y otros anunciaron un cambio en la lista de precios en los próximos días. El incremento de la brecha cambiaria hasta el 110% también es un factor que gatilla este tipo de comportamientos, como sucedió por ejemplo en abril último.
La inflación de julio marcará un salto respecto al 6% de junio, pero agosto viene mucho peor. El índice porteño ya reflejó un rebote del índice hasta 7,3%, muy influenciado por la estacionalidad, con fuertes aumentos sobre todo en hoteles y restaurantes (12%) por las vacaciones de invierno. Es esperable que algo parecido suceda con el índice nacional, que difícilmente se ubique por debajo del 7%. Se registraron fuertes aumentos por ejemplo en alimentos sobre el cierre de julio como consecuencia del salto cambiario, lo que también impacta negativamente en ese índice.
La gran duda es si el índice de agosto finalmente terminará superando el 8,4% registrado en abril. Mucho dependerá del resultado de las PASO y qué suceda en los días posteriores con las principales variables financieras, en particular el comportamiento del tipo de cambio.
El arranque de este mes no trae buenas noticias, por una serie de factores que confluyen para acelerar todavía más la suba de precios que se produjo en julio. Estos son los más relevantes:
– Implementación del impuesto PAIS: Encareció la mayor parte de las importaciones, al establecer un gravamen de 7,5% para bienes y de 25% para servicios. El traspaso a precios fue inmediato en una cantidad de productos, sobre todo porque se encarece el costo de reposición, incluso de bienes intermedios que se utilizan luego para la producción local.
– Dólar agro a $ 340: estará vigente hasta fin de agosto y el principal impacto es sobre el maíz. Al encarecerse, tuvo un efecto inmediato sobre el precio del ganado, que justamente lo utiliza como uno de los principales alimentos. La carne mostró en la primera semana de agosto una suba de 20%, lo que tiene un fuerte impacto sobre el índice de inflación pero especialmente en la composición de la canasta básica. Además de la carne vacuna también se espera presión sobre otros productos como el pollo, los huevos y los lácteos.
Aumento del tipo de cambio oficial: el ritmo de “crawling peg” se vino acelerando desde el arranque de agosto. Si se mantuviera al mismo nivel todo el mes, terminaría con una suba por encima del 11%. Aunque ya no se trata de un valor demasiado referencial por todas las trabas que existen a los importadores, es indiscutible que también tiene un rol a la hora de fijar precios. Su sinceramiento (actualmente cotiza a $ 283 el mayorista) provocará un fuerte salto inflacionario cuando suceda, a medida que se acerque la unificación cambiaria.
– La emisión monetaria se mantiene firme: en los últimos meses el Banco Central tuvo que salir a financiar al Tesoro por un volumen muy superior al que se había negociado con el FMI. Aunque buena parte de esos pesos fueron absorbidos a través de Leliq. Sin embargo, no alcanza para reducir las presiones sobre el tipo de cambio, mucho menos en un período preelectoral.
– Queda mucho recorrido aún rumbo al sinceramiento de la economía: esto no impactará de inmediato, pero está claro que aún quedan fuertes aumentos de tarifas por delante, junto a una suba del tipo de cambio oficial. Este escenario ya se dio a fines de 2015, cuando Mauricio Macri llegó a la presidencia y se vio obligado a avanzar con esos ajustes, algo bastante similar a lo que se va a encontrar el gobierno que asuma el 10 de diciembre de este año.
fuente: infobae