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Los días se suceden veloces y cada uno suma una nueva cuota de desesperación entre los familiares del joven Lautaro Alexander Ostriz (24), de Estación Aráoz, que fuera visto por última vez el 10 de agosto por la persona que lo dejó en una parada de ómnibus en las afueras de su pueblo.

Si bien los indicios son escasos, Jorge “Turco” Anís, uno de los vecinos más involucrados en la búsqueda del prestamista, se animó a blanquear algunas de las sospechas que alimentaron sus allegados desde que se enteraron de lo sucedido.

“Nos parece muy raro que uno de sus amigos todavía no haya aparecido por acá a ofrecer su ayuda en la búsqueda. Nadie lo culpó de nada hasta el momento, pero sí es llamativo que ya haya ido a Tribunales con dos abogados y todavía no nos haya dicho una palabra a nosotros de lo que sabe”, disparó el lugareño.

La referencia es para un tal “Peco”, el amigo de Ostriz que le había pedido que retirara su dinero. Para los familiares del desaparecido, es muy llamativo que no se haya acercado aún a alguno de ellos para aportarles información.

“Hay una persona involucrada en esto que nunca dio la cara. Es un amigo de él. A esa persona le debían $ 7 millones y él fue quien le pidió a Lautaro que pasara a cobrar esa plata que, hasta donde sabemos, era por un trabajo agrícola”, detalló Anís.

El vecino pudo saber que días atrás “Peco” había contactado a cobradores para ver si podían cobrarle la millonaria suma a su deudor. “Lautaro no es un cobrador, es un chico flaquito que nunca tuvo problemas con nadie, lo que tengo entendido es que él solo trabajaba haciendo trámites para ‘Peco’”, explicó.

“Creemos que a ese deudor quizás no le gustó que el tal ‘Peco’ haya mandado a un chico para cobrarle en vez de ir en personalmente”, deslizó el allegado. La familia no sabe si esta persona le daba dinero a Lautaro para que prestara, algo que no se descarta en la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Delitos Complejos, a cargo de Mariana Rivadeneira.

Emilia Aguirre, tía del joven desaparecido, cuestionó que a las últimas cuatro personas con las que Ostriz tuvo contacto les secuestraron el celular, pero hasta donde saben, a “Peco” aún no. En ese sentido, consideró que los investigación viene siendo hermética: “no sabemos qué están haciendo para encontrar a nuestro ‘Lauti’, no nos cuentan mucho”, explicó.

La mujer rememoró que “ese día Lautaro se fue como a las 19 a la casa de un vecino y de ahí lo pasaron a buscar en un auto su amigo, Mauricio Brandán, y su padre. Ellos nos contaron que lo llevaron hasta una garita en la entrada del pueblo. Lautaro les había dicho que debía esperar ahí porque venía una persona para traerle un dinero. No era una zona desolada, lo dejaron en la primera cuadra del pueblo”.

Fue precisamente Brandán fue el primero en alertar a la familia de Ostriz, porque, a pocos minutos de dejarlo, recibió un mensaje de Lautaro pidiéndole ayuda. Su tía agrega otro dato: el chico no había salido llevando un bolso con ropa, como solía hacer si pensaba ausentarse un tiempo, por eso la familia desde el primero momento descartó que Ostriz se haya ido por voluntad propia.

Luis Aguirre, de 65 años, el abuelo de Ostriz, quien atraviesa un difícil estado de salud, aseguró que “estamos viviendo un infierno desde el jueves”. Lautaro, cuando se enteró de su enfermedad, decidió vivir con él. “Lo crié como a un hijo. Él no andaba en cosas raras, no consumía drogas ni tomaba. Sí le gustaba salir de noche y, como todo chico de su edad, había veces que podía volver a la madrugada o al día siguiente, o dos días después, pero siempre volvía. El jueves salió y no volvió más”, concluyó.

 

 

fuente: contexto

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