¿Qué es Boca?

-No se puede explicar lo que es Boca. Es increíble. Para bien y para mal. Cada cosa que pasa tiene una exposición tremenda. A todos mis colegas les deseo que al menos un día puedan jugar en Boca y vivir lo que yo viví.

-¿Es cierto que tu papá te dijo que no fueras?

-Sí. Me invitó a cenar a Mar del Plata y me pidió que no arreglara. Me decía que no era para mí, que iba a sufrir… Que como soy yo la iba a pasar mal, que mi personalidad… Le dije “gracias por el consejo” pero ya lo había decidido.

De chiquito era de Boca, Walter. Pero la chance, para su gusto, le llegó de muy grande. O al menos a esa altura de su carrera, con 32 años, no podía hacer el trabajo sucio que le pidieron Falcioni, primero y Bianchi, después. Lo mismo que los hinchas hoy le elogian –el sacrificio, el esfuerzo, todo lo que corrió- fue lo que lo empujó a irse, en su mejor momento, luego de ganar el Apertura 2011 y la Copa Argentina 2012.

-¿Tenía razón tu viejo?

-En algunas cosas puede ser, pero no me arrepiento. Ojalá me hubiese tocado la chance de ir a Boca a los 26 años, habría sido distinto. Cuando vi que no iba a tener lugar decidí irme.

-¿Te fuiste sólo por razones futbolísticas?

-Sí, siempre es lo más importante. Si vos jugás, todo lo demás del día a día lo soportás. Hacés que tu mujer vaya a cargar nafta o que un amigo te haga las compras. Pero cuando no jugás, todo el entorno te pesa. Al menos a mí. Otros eligen quedarse sentaditos en el banco, esperando atrás de la figura que no va a salir nunca.

-De Riquelme.

-Sí, pero está bien, es lógico. Carlos (Bianchi) fue sincero conmigo. Yo estaba jugando casi de extremo, muy cómodo y hasta había hecho goles, pero cuando volvió Román Carlos me dijo que iba a jugar él y que yo debía volver a jugar como carrilero, de “3 bis”. Y ya no podía más. Físicamente nunca me cansé tanto como en esa etapa en Boca.

-¿Cómo te llevabas con Román?

-Al principio la relación fue muy buena. Llegué al club y él me recibió muy bien, la verdad. Después, cuando le tocó irse, habló del equipo estando afuera. Eso no me gustó, es muy fácil hablar desde afuera y criticar. Para mí no se hace. Y se lo dije. Cara a cara.

-En Banfield vos ocupás ese rol de Riquelme. Cada cosa que pasa sos el responsable.

-Je, ya estoy acostumbrado. Cuando se fue Almeyda dijeron que lo había echado yo. Llegó Vivas y fue “porque lo puso Erviti”. Después decidió irse y también fue mi culpa, que supuestamente no me llevaba bien y que quería meter a Falcioni. No me importa, no le doy bola. Yo sé cómo soy.

-Raro

-Puede ser.

Fuene: Clarín

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