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Sergio Massa: “El domingo decidimos si el trabajador tiene derechos o si es un esclavo”

El ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria realizó el último acto de cara a las elecciones. “Este país necesita ponerse de acuerdo en cinco o seis cosas básicas”, afirmó.

 El fondo fabril fue el escenario elegido por Massa para el cierre de su campaña. Su campaña, porque venía de otros cierres desde el martes. Ese día, el de la Lealtad, con Axel Kicillof en el estadio de Arsenal. El miércoles, en el Luna Park con Leandro Santoro. Dos eventos masivos, cada cual con su lógica: más peronista el primero, más lavado el segundo, atentos a la necesidad de captar votos radicales en CABA.

El suyo propio fue minimalista: una fábrica en Pilar, provincia de Buenos Aires, rodeado de trabajadores, ejes del discurso de anoche, que duró menos de media hora, y en que hizo guiños a un potencial gobierno productivista y federal, con imágenes cercanas al primer peronismo. El auditorio también estuvo conformado por docentes y jubilados. “Queríamos simbolizar el país en el que creemos”, dijo, develando todas las cartas, sin dejar lugar a que la interpretación la hicieran quienes veían el acto por TV o por YouTube, a través de planos que mostraban la fábrica desde arriba, alternando con movimientos de cámara desde el público, para emular la cercanía de un celular espontáneo. “Hace tres años estuve en este lugar cuando acá no había nada. Hoy es un proyecto industrial que exporta a siete países, casi una empresa familiar que apostó al valor agregado y al trabajo en Argentina. Esa es la Argentina en la que tenemos que confiar, con un Estado que sea facilitador”, afirmó.

Y sacó a relucir su historia personal para empatizar con los trabajadores a los que intentó llegar, también como una suerte de contraposición con Javier Milei (La Libertad Avanza -LLA-), con quien polarizó, ninguneando prácticamente a Patricia Bullrich (Juntos por el Cambios -JxC-), quien hoy asoma en tercer lugar -así lo ven en todos los cuartes- para el domingo.

Una línea divisoria, construida -como todas-, entre un nosotros de la producción y los trabajadores, y un ellos que nos los contiene: repitió así el rap de los vouchers educativos, la quita de subsidios al transporte, la licuación del salario. “El domingo definimos si tenemos un proyecto de desarrollo, con los recursos del campo, petróleo, gas, la minería y el talento de cada argentino en la economía del conocimiento, nuestros recursos turísticos y bellezas naturales. Si las hacemos valer o las rifamos y dejamos que vengan de afuera y las usen como quieran”, añadió. El nosotros es nacional, y el ellos extranjerizante, con el golpe de gracia al peso como punta de lanza. El Perón o Braden de 1946. “Creen que este país es una mierda y tenemos un país maravilloso”, expresó.

“El domingo decidimos si defendemos un proyecto de desarrollo frente al FMI”, dijo. Para Massa, sino es eso “vamos de rodillas al almacén con el manual del almacenero a rendirnos y hacer los que nos impongan”.

Sucesos Argentinos

“Quiero contarles de mí: no soy hijo de una familia política, soy hijo de inmigrantes”. Massa recordó su historia familiar: “Soy hijo de la clase media que mueve todos los días este país. De los 8 millones de trabajadores formal que sueñan con su hijo en el colegio, con un paseo, con cosas muy simples. Con ver recompensado el trabajo de todos los días”. Massa se postuló como parte de la clase trabajadora. Una señal al peronismo de los cuarenta que buscaba el acceso de los obreros a bienes materiales y simbólicos, con Perón como el primer trabajador. Los noticiarios de aquella época como Sucesos Argentinos -que se pasaban en los cines- están plagadas de imágenes de Juan Domingo Perón en fábricas, con trabajadores de fondo: simétricos, homogéneos. Para terminar de crear esa épica de peronismo retro acaso faltaron las enfermeras, una anacronía para estos tiempos en que las mujeres conquistaron otras posiciones laborales. También faltó el humo de las chimeneas, otro leit motiv de las imágenes de los noticiarios: quizás ahora queda poco ecológico. En ese marco, no fue casual que hablara menos del gobierno de unidad y creara clics PJ.

“A los seis años una maestra me preguntó qué quería ser y dije que quería ser presidente”, recordó Massa de su niñez. Una introducción para apuntalar “cinco o seis cosas básicas”. Resumido: promover el trabajo y ayudar a aquellos en la economía popular y trabajo informal; mejorar salarios y el poder de compra; simplificar el sistema de impuestos y que eso además permita establecer un blanqueo que disminuya el peso de los impuestos en la actividad económica; crear un nuevo pacto federal con las provincias; cambiar el sistema educativo para integrar a los jóvenes; resolver la alfabetización

“Es absurdo que un laburante pague impuestos por hacer horas extras y no un argentino que es dueño de un campo en Estados Unidos”, graficó Massa. “No queremos un país que venda su riqueza sin tener valor agregado argentino. En vez de harina que exporte fideos”, señaló.

También mencionó su gestión en Tigre como el ejemplo de política en seguridad.

 

 

 

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