billetes

El monto sería superior a los 2 billones de pesos, aunque se supone que el Banco Central también saldrá a absorber una buena parte para evitar un impacto directo en precios. Hay preocupación por el recalentamiento en verano. Crece la expectativa por el futuro plan de estabilización del próximo gobierno.

 

Diciembre es históricamente un mes complicado para las cuentas públicas, pero este año lo será aún más. En medio de una fuerte aceleración inflacionaria, las proyecciones indican que el último mes del año tendrá una emisión monetaria récord, que superaría los 2 billones de pesos. El motivo es el aumento del déficit fiscal y al mismo tiempo la suba de tasas de interés de las Leliq, cuyos vencimientos deberán ser afrontados por el Banco Central.

 

En diciembre confluye el medio aguinaldo, pago de vacaciones y otras obligaciones que pegan duro en las arcas públicas. Este 2023 no será la excepción, sino que incluso viene recargado. Según cálculos del economista Ramiro Castiñeira, la necesidad de emisión de ese mes será de nada menos que 2,1% del PBI, lo que augura malas noticias en la lucha contra la inflación. En noviembre, además, también crecerá significativamente: 1,7% del PBI.

De acuerdo a los cálculos de Castiñeira, en 2023 la emisión de dinero fue equivalente a 13% del PBI. De ese total, 4 puntos corresponden al rojo de las cuentas públicas y otros 9 puntos a los intereses de las Leliq, un número que viene creciendo exponencialmente.

Mayor gasto

Las últimas medidas del Gobierno agravaron el panorama. La decisión de Massa de otorgar bonos a distintos sectores de la sociedad previo a las elecciones, más créditos blandos y la suba del mínimo no imponible de Ganancias tendría un impacto cercano a 1,3% del PBI. De esta forma, el rojo primario del 2023 terminaría en 3,2% del PBI, aunque con el Fondo Monetario se había negociado una reducción a 1,9% en la revisión de agosto.

El panorama inflacionario tiende a agravarse con el paso de los meses. En octubre se habría registrado un “alivio” y el índice podría ubicarse en alrededor del 10% o incluso volver a un dígito, pero será leve baja pasajera, luego de niveles superiores al 12% tanto en agosto como en septiembre.

Se viene lo peor

Lo peor en materia inflacionaria está por venir. Noviembre, que es un mes de baja estacionalidad, mostraría una importante presión alcista tras la fuerte suba de los dólares financieros y del tipo de cambio libre previo a las elecciones generales. Esto impactaría no solo en la última semana de este mes, sino especialmente en el arranque del próximo, que es cuando se confeccionan las nuevas listas de precios en todos los rubros.

 

fuente: infobae

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