Se llama igual que el adolescente al que mató el sábado en Flores. Vivía en la villa 1-11-14, pero gracias a Facebook se descubrió que su madre lo mandó a Chile. Allí lo ocultó su papá.
Marchas; incidentes en una comisaría tomada; jefe policiales apartados y promesas políticas tras una reunión con familiares de la víctima. Todo eso ocurrió en las horas posteriores a la muerte de Brian Aguinaco, el adolescente de 14 años baleado por motochorros en Flores. Mientras tanto, un chico de 15 años escapaba hacia Chile, con una autorización firmada por sus padres. Su viaje se interrumpió el miércoles, cuando fue detenido en Santiago y acusado de ser uno de los dos ladrones que participó del brutal crimen. Según informaron a Clarín fuentes del caso, el sospechoso -identificado como Brian, igual que la víctima- salió del país el lunes siguiente a Navidad, dos días después del robo en el que Aguinaco recibió un balazo en la cara mientras iba en el auto de su abuelo. Su nombre había llegado a los investigadores -de la Policía de la Ciudad y de la Federal- el domingo, a partir de un testigo.
La División Homicidios de la Federal lo rastreó hasta su casa de la villa 1-11-14 del Bajo Flores e investigó su Facebook y el de sus familiares. Así supieron que el lunes se tomaría un avión en el Aeroparque.
Aún sin pruebas suficientes para arrestarlo, y sin conocer su destino, la Federal siguió al adolescente, a su madre y a su tía hasta el aeropuerto. Allí, la Policía Aeroportuaria monitoreó cómo pasaba Migraciones con un permiso firmado por sus padres y tomaba un vuelo de LATAM a Santiago, adonde llegó a las 14.20.
A través de Interpol se pidió colaboración a Chile, donde determinaron que el padre del chico -arribado a ese país el 30 de noviembre- iba a recogerlo al aeropuerto.
La Federal le pidió entonces al fiscal del caso, Ignacio Mahiques, que lanzara un “alerta azul” para oficializar un pedido a Interpol para que rastreara al chico, mientras se juntaban pruebas para ordenar su detención. No podían usar la clásica “circular roja” de las detenciones internacionales porque es un menor de edad.
Entre tanto, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se comunicaba con el ministro del Interior de Chile y le pedía colaboración.
Mientras se cumplían las formalidades, Interpol ubicó al adolescente y a su padre en una casa, no muy lejos de la vivienda de unos tíos. Los puso bajo vigilancia y notificó a la Argentina. Finalmente, el juez Ricardo Farías ordenó la detención de Brian, pero por tratarse de un menor ésta no tenía carácter internacional.
Ante esto, Bullrich volvió a comunicarse con Chile, envió la orden de detención y pidió que la usaran como argumento para expulsarlo del país. Sin embargo, las autoridades chilenas descubrieron un mecanismo más veloz: el padre del acusado tiene una condena por narcotráfico en la Argentina y no la había declarado al ingresar allá.
Con ese argumento, los chilenos detuvieron a Brian y a su padre en la noche del miércoles y avisaron a Bullrich, con quien acordaron que los llevarían hasta el paso de Cristo Redentor, en la frontera con Mendoza, y que allí los expulsarían.
Dos agentes de Interpol viajaron ayer a la mañana hacia Mendoza y, pasadas las cinco de la tarde de ayer, recibieron a los “expulsados”. El menor quedó detenido de inmediato, bajo la acusación de homicidio. Anoche se evaluaba a qué hora lo traerían a Buenos Aires, donde lo indagará el juez de menores Enrique Velázquez.
El chico es argentino pero tiene nacionalidad peruana. Sus padres son de Perú y, según fuentes del caso, están vinculados al narcotráfico de la villa 1-11-14. En un momento se temió que lo mandaran a esconderse a aquel país, algo que iba a dificultar aún más traerlo de regreso.
Más allá de la condena de su padre, su madre está hoy bajo investigación en una causa de drogas. Tiene en su haber decenas de viajes a Perú, que ahora están bajo la lupa. Se habla de más de 40.
Mientras esperan la llegada del menor a Capital, los investigadores buscan a un segundo sospechoso. Según informaron fuentes del caso, se trataría de un mayor de edad que habría acompañado al adolescente en el asalto donde balearon a Aguinaco y en otros dos hechos que cometieron el mismo día. “Estaban zarpados”, definió un vocero. Y confirmó que el prófugo también es de la villa 1-11-14.
El trágico robo ocurrió el sábado 24, cerca de las 15, en Rivera Indarte y Asamblea, a pocas cuadras del acceso a la villa. Dos mujeres que caminaban por el lugar fueron sorprendidas por dos ladrones en moto, uno de los cuales se bajó armado y las amenazó para que entregaran sus carteras. En medio del forcejeo, apareció el auto manejado por Enrique Aguinaco, quien estaba acompañado por su nieto Brian, hubo un intento de persecución y les dispararon.
La familia de la víctima será recibida hoy por la ministra Bullrich y por el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, quienes les contarán detalles de la investigación y les explicarán cómo sigue.
Fuente: Clarín