El oficialismo resolvió a última hora del miércoles un conflicto por la reforma laboral y buscará un dictamen de mayoría en el plenario de comisiones. Si bien confía en que tiene los votos necesarios, se enfrenta a nuevos desafíos.
Tras múltiples negociaciones e incluso conflictos de último momento que amenazaron con hacer caer el proyecto, finalmente este jueves el Gobierno seguirá de cerca el comienzo del tratamiento de la nueva Ley Bases en el Congreso, confiado en que tiene los votos para que, en esta oportunidad, la iniciativa sea aprobada.
Si bien en la Casa Rosada insistían en que el presidente Javier Milei “tiene los mecanismos para poder gestionar, incluso si no se sanciona” el paquete de proyectos, las autoridades nacionales consideran que el texto ya logró el consenso necesario.
A diferencia de lo que ocurrió a fines del año pasado y principios de este, cuando el asunto se debatió por primera vez, los funcionarios se mostraron más abiertos al diálogo y aceptaron quitar de la discusión todos aquellos artículos que generaban diferencias con la mayoría de la oposición.
De hecho, hasta últimas horas del miércoles, antes de que se convocara formalmente a la reunión del plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, en la oficina del titular del recinto, Martín Menem, el secretario ejecutivo de Gobierno, José Rolandi, mano derecha del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, recibió a los líderes de distintos bloques para destrabar una pelea por la reforma laboral.
Mientras que la Unión Cívica Radical (UCR) reclamaba que se mantuviera sin modificaciones la propuesta de ellos, que no contaba con el respaldo de los sindicatos, la bancada de Hacemos Coalición Federal, encabezada por Miguel Ángel Pichetto, pedía una versión más acotada.
El oficialismo necesita a los diputados de ambos espacios para poder sancionar la ley, por lo que la falta de acuerdo entre los dos partidos hizo peligrar todas las negociaciones que se llevaron adelante estos meses.
No obstante, luego de frenéticas conversaciones que incluyeron una comunicación entre dirigentes de la CGT y el influyente asesor presidencial Santiago Caputo, el Gobierno aceptó eliminar varios artículos de la reforma laboral, que pasaron de 58 a 17, y el borrador habría sido aceptado por todas las partes.
Se excluyeron del texto los puntos vinculados con las cuotas solidarias, la ultraactividad de los convenios colectivos, la reglamentación del derecho de huelga en los servicios esenciales, la limitación de las asambleas y el teletrabajo, entre otros.
“Lo vimos mucho más receptivo, mucho mejor a Rolandi”, reveló a este medio un importante referente del radicalismo, que en principio estaría dispuesto a acompañar un dictamen de mayoría que saldría del plenario de comisiones, el cual comenzará a funcionar este jueves, desde las 12.
fuente: infobae