La modelo y actriz, que tiene un local en una zona comercial de Flores, reveló el inconveniente surgido con sus proveedores.
Al margen de su figura mediática, Marixa Balli lleva unos veinte años como emprendedora ligada al rubro de la indumentaria. Se inició en el ámbito comercial de manera tímida allá por 2005 en el interior de la provincia de Buenos Aires, continuó con un puesto en la feria de La Salada y desde hace unos años luce orgullosa su local a la vista en la populosa zona comercial de Flores ubicada en torno a la Avenida Avellaneda.
Si bien en el último tiempo logró reinsertarse en el medio y levantar su perfil a partir de su rol de panelista en LAM, nunca descuidó su emprendimiento, con los avatares con los que se enfrentan a diario quienes llevan adelante este tipo de comercios. Y precisamente en el ciclo que conduce Ángel de Brito, dio a conocer una incómoda situación que vivió
En el programa del viernes, el periodista notó que su compañera estaba más callada que de costumbre y quiso saber los motivos. “Tuve un día muy intenso, me pasaron cosas. Me quedé un poco caliente, mi cabeza no para. Ayer vinieron clientes con billetes nuevos de diez mil pesos y al pagarse hoy a proveedores se fueron algunos billetes de diez mil como si fuesen de mil, los chicos no se dieron cuenta”, expresó la exvedette, y apuntó directamente con quienes pasan a cobrar por el local. “Que se hagan cargo de los billetes que se llevaron”, pidió, visiblemente molesta, y aclaró que conoce a los proveedores desde hace unos dos años. “Un tiempo considerable”, analizó.
En solidaridad con la panelista, Ángel de Brito propuso un condición para quienes se habían llevado el dinero: ”Tienen hasta el lunes para devolver porque si no, los escrachamos”, planteó el conductor y Marixa defendió a sus empleados: “Es una situación incómoda pero también es enseñanza. Aprenden con estas cosas. Estamos hablando de mucho dinero, entonces me da mucha bronca de la otra parte”, afirmó, e intentó justificar. “A lo mejor se entusiasmaron porque no se ven, todo el mundo quiere tocar uno a ver cómo es. Lo que pido es un poquito de respeto”, cerró, mirando a cámara y con gesto serio.
Hace poco menos de un mes, Marixa había pasado por una mala situación pero esta vez por un asunto vinculado a su salud, por el que debió ausentarse un tiempo de LAM y guardar reposo. “Yo pensé que era dolor de garganta y después fue subiendo y me abarcó toda la cabeza”, explicó la angelita. “Me llegó hasta la mitad de la espalda y quedé dura y aparte con muchísimo dolor. Bueno, una gran infección y cuando me empezaron a chequear los dos oídos estaba muy mal”, agregó.
Luego, la panelista se refirió a las dificultades que tuvo para ser atendida: “Es todo un tema acá enfermarse, primero que si querés sacar un turno con un médico, no tengo otorrino, cuatro horas en una guardia. La verdad que fue todo desagradable. La verdad que los médicos de guardia no te atienden bien, no te escuchan. Y pagás una obra social que te sale un huevo y medio y te sentís totalmente destratado. Es muy desagradable enfermarse porque te sentís desprotegido”, lamentó.
Con el correr de los días, y al no encontrar una solución para reducir la infección que sufría, Marixa perdía estabilidad y equilibrio, al punto tal que, según relató, se iba chocando con las paredes. “Hace años que no paso un momento tan desagradable. No sé si compararlo con el dolor que sentí cuando me cosían la cabeza y todas mis heridas sin anestesia, la pasé peor”, recordó la mediática, que afortunadamente dio con el tratamiento adecuado y pudo retomar su ritmo de vida natural.