El Fondo Monetario dio el visto bueno al cumplimiento de objetivos fiscales y de acumulación de divisas del primer trimestre del año. Mañana Milei se reunirá con Georgieva y el Gobierno busca acelerar la negociación de un nuevo programa con más financiamiento.
El directorio del Fondo Monetario Internacional aprobó la octava revisión de metas y habilitó un desembolso de casi USD 800 millones que impactará en las reservas del Banco Central en las próximas horas. Desde ahora comenzará un nuevo capítulo en la relación con el FMI: el Gobierno buscará iniciar de manera formal las negociaciones hacia un programa nuevo que tenga financiamiento adicional, como forma de apurar la salida del cepo cambiario.
“Para mantener el progreso es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, dar los primeros pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, y aplicar reformas para desbloquear el crecimiento, el empleo formal y la inversión”, dijo un comunicado.
“El Directorio enfatizó que para mantener los sólidos avances se requiere mejorar la calidad del ajuste fiscal, iniciar pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, e implementar la agenda estructural. También será necesario proseguir los esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, ampliar el apoyo político y garantizar la agilidad en la formulación de las políticas”, plantearon.
El board debatió este jueves el informe sobre la economía argentina y las medidas del Gobierno que elaboró el staff técnico del organismo y dio el visto bueno al cumplimiento de los objetivos fiscales y de reservas del primer trimestre del año. Tras ese aval entre los directores del FMI, el BCRA recibió los 600 millones de Derechos Especiales de Giro (USD 793 millones a la tasa de cambio de hoy) previstos para esta instancia.
La discusión en el directorio dio luz verde al giro de divisas luego de concluir que el Gobierno cumplió con margen la meta fiscal y de acumulación de reservas del primer trimestre. De acuerdo a estimaciones de la consultora PxQ, el acopio de dólares en las arcas del BCRA a fines de marzo fue USD 2.800 millones por encima de lo exigido, mientras que el superávit primario fue 2,9 billones de pesos más alto de lo que requería el programa a esa altura del año.
Quedan en el marco del programa Extended Fund Facility (EFF) actual dos revisiones trimestrales más: una prevista para agosto y la décima y última para noviembre, ambas con desembolsos menores esperados, de entre 530 y 550 millones de dólares respectivamente. Con esas dos evaluaciones de metas terminaría esta etapa del programa actual, que continúa con la devolución del préstamo propiamente dicho, a partir de 2026 y hasta el 2032.
De todas formas, tras la aprobación de la octava revisión de hoy comenzarán las negociaciones formales hacia un acuerdo nuevo, con características y alcances que todavía no están determinados, pero que incluirán, además de la voluntad del FMI de aportar fondos frescos adicionales -lo que requerirá el respaldo del Congreso-, un consenso sobre cuál será la nueva política cambiaria y el esquema monetario en lo sucesivo.
Este viernes un primer paso en la nueva etapa entre el Poder Ejecutivo y el Fondo Monetario tendrá lugar en Bari, Italia, cuando el presidente Javier Milei sostenga una reunión bilateral con la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva. Será el segundo cara a cara entre ambos desde el cambio de gobierno, tras el encuentro en Davos, en enero, días después del acuerdo por la séptima revisión de metas.
El calendario es aún incierto, el ministro de Economía Luis Caputo aseguró que la negociación “llevará tiempo” y el Fondo Monetario da pocos indicios de qué es lo que está dispuesto a discutir para un programa nuevo. El equipo económico se propone que la asistencia del FMI le ayude a acelerar la salida de los controles cambiarios.
De los cuatro requisitos que Caputo se trazó, el que asoma como el más decisivo y por el momento más lejanos a ser cumplido es el de acumulación de reservas. Es un frente, además, que empezó a ser mirado de reojo por el mercado, que esperaba a esta altura del año un ritmo de acopio de divisas más alto que el actual por la exportación de la soja.
Fuentes oficiales aseguran que las conversaciones con el FMI hacia un programa nuevo ya habían comenzado, al menos de manera informal, en las últimas semanas. Las estimaciones de mercado sobre qué cantidad de desembolsos debería negociar con el FMI son variables, con un máximo de unos USD 15.000 millones, pero con pronósticos de sumas menores. Una variante a explorar es que no sea solo el Fondo el que aporte dólares sino también un paquete de financiamiento desde otros organismos y prestamistas multilaterales.
El corazón de la discusión que se abrirá con el FMI parece ser el próximo esquema monetario que buscará adoptar el Gobierno. Tanto el Ejecutivo como el Fondo le pusieron nombre: competencia de monedas. El organismo fue más allá y ejemplificó con Uruguay y Perú como casos testigo.
El debate se centra en todo lo que rodeará a ese esquema y cómo se llegará a él. El FMI pulseó, en los últimos meses, por una tasa de interés real positiva y un crawling peg más acelerado. Sobre el primer tema, Caputo anunció este miércoles que la etapa de la licuación de pasivos del BCRA en pesos por la tasa negativa terminó con la licitación de letras que llevó adelante Finanzas esta semana. Horas antes había descartado una aceleración del ritmo de la devaluación del dólar oficial y un retoque al esquema 80/20 de liquidación de exportaciones.