En la primer participación de un Papa en dicha cumbre, Francisco dio un encendido discurso.

El Pontífice pronunció su discurso durante la sesión conjunta de la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Apulia, al sur de Italia, centrado en las oportunidades y los riesgos de la inteligencia artificial. En su alocución, llamó a la adopción de una “sana política” para el bien común.

El escenario parece distópico, pero el riesgo es tan real como siempre: “Ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano”. Francisco intervino, en la tarde de este viernes 14 de junio, en la sesión conjunta de la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Apulia, al sur de Italia. Es el primer Papa que participa en una cumbre de los “Grandes de la Tierra” y habló de la inteligencia artificial (IA): una “herramienta fascinante” pero al mismo tiempo “tremenda”, expresó, dado que es capaz de aportar beneficios o causar daños como todas las “herramientas” creadas por el hombre desde el principio de los tiempos.

 El potencial humano

El Papa aclaró cómo no hay prejuicios sobre el progreso científico y tecnológico, sino miedo a una deriva: “La ciencia y la tecnología son, por lo tanto, producto extraordinario del potencial creativo que poseemos los seres humanos”, manifestó Bergoglio. Un “instrumento extremadamente poderoso”, subrayó Francisco, y explicó que este instrumento es empleado en numerosas áreas de la actividad humana: de la medicina al mundo laboral, de la cultura al ámbito de la comunicación, de la educación a la política. “Y es lícito suponer, entonces, aseveró, que su uso influirá cada vez más en nuestro modo de vivir, en nuestras relaciones sociales y en el futuro, incluso en la manera en que concebimos nuestra identidad como seres humanos”.

El ser humano debe tomar la decisión

Así, por un lado, entusiasman las posibilidades que ofrece la IA; por otro, generan temor por las consecuencias que presagian. Para Francisco, hay que distinguir bien entre una máquina que “puede, en algunas formas y con estos nuevos medios, elegir por medio de algoritmos” y, por tanto, “una elección técnica entre varias posibilidades”. “El ser humano, en cambio, no solo elige, sino que en su corazón es capaz de decidir”, matizó el Sucesor de Pedro.

“Frente a los prodigios de las máquinas, que parecen saber elegir de manera independiente, debemos tener bien claro que al ser humano le corresponde siempre la decisión, incluso con los tonos dramáticos y urgentes con que a veces ésta se presenta en nuestra vida”.

La dignidad humana en riesgo

La advertencia de Bergoglio fue contundente: “Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si quitáramos a las personas la capacidad de decidir por sí mismas y por sus vidas, condenándolas a depender de las elecciones de las máquinas. Necesitamos garantizar y proteger un espacio de control significativo del ser humano sobre el proceso de elección utilizado por los programas de inteligencia artificial. Está en juego la misma dignidad humana”.

 Revolución cognitivo-industrial

En definitiva, no estamos hablando sólo de progreso científico, sino que nos enfrentamos a “una auténtica revolución cognitiva-industrial, que -sostuvo el Papa Francisco- contribuirá a la creación de un nuevo sistema social caracterizado por complejas transformaciones de época”.

“La inteligencia artificial podría permitir una democratización del acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes; pero, al mismo tiempo, podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases sociales oprimidas, poniendo así en peligro la posibilidad de una “cultura del encuentro” y favoreciendo una “cultura del descarte”.

Ética y “algorética”

A continuación, el Papa mencionó favorablemente la firma del “Llamamiento de Roma” por la Ética de la IA y el apoyo a esa forma de moderación ética de los algoritmos condensada en el neologismo “algorético”.

“Si nos cuesta definir un solo conjunto de valores globales, podemos encontrar principios compartidos con los cuales afrontar y disminuir eventuales dilemas y conflictos de la vida”.

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