El gobierno nacional anunció la decisión de dejar de interferir en la negociación de los salarios docentes. Esto es consistente con el hecho de que son las provincias las que gestionan las escuelas y pagan la mayor parte de la remuneración de los educadores. Junto con este avance es fundamental que las provincias se aboquen a modernizar sus estilos de gestión. Los recursos que se podrían ahorrar con una mejor administración permitirían aumentar significativamente el salario docente.
Luego de varios años en los cuales los salarios docentes se negociaban en dos instancias, una nacional y otra posterior a nivel provincial, en el 2017 se retornaría al mecanismo de paritarias en cada jurisdicción. Esto es consistente con lo establecido en la Constitución Nacional en su artículo 5° que estipula que cada provincia administrará la educación básica concerniente a su territorio. De esta manera, se corrige la incoherencia de que la Nación participe en la negociación salarial de docentes que no son sus empleados.
Las autoridades provinciales reconocen que la no injerencia del gobierno nacional es un avance. Pero reclaman mantener y fortalecer las transferencias de recursos en concepto de Fondo de Incentivo Docente y otros aportes nacionales. Estos aportes nacionales representan aproximadamente el 10% del total de la masa salarial docente.
¿Aumentar la asignación presupuestaria al sistema educativo es la única manera de mejorar la remuneración de los educadores? Para responder a esta pregunta resulta pertinente contrastar algunos indicadores nacionales con los de la experiencia internacional. Según datos del Ministerio de Educación nacional y de la OECD se observa para la educación primaria lo siguiente:
En las escuelas estatales de Argentina se registra una media de 1 cargo docente por cada 15 alumnos.
En las escuelas privadas de Argentina hay 1 cargo docente por cada 22 alumnos.
En los países de la OECD (países avanzados) hay 1 cargo docente por cada 21 alumnos.
Estos datos muestran que en las escuelas de gestión privada la cantidad de docentes por alumnos es similar a la que prevalece en los países desarrollados. Pero en las escuelas de gestión pública la cantidad de docentes por alumnos es bastante mayor. La diferencia es tan grande que si las escuelas públicas funcionaran con la eficiencia de las privadas se podría generar un ahorro de recursos que permitiría aumentar la remuneración de los docentes hasta en un 45%.
Estas evidencias sugieren que el principal problema de la educación en Argentina no es la falta de recursos sino la falta de gestión. Los docentes que trabajan, que se comprometen con el aprendizaje de sus alumnos y que actúan con responsabilidad ganan poco. Esto no es consecuencia de que la sociedad no haga un suficiente esfuerzo financiero para sostener la educación estatal. Se debe a que una gran cantidad de personas que cobran como docentes en las escuelas estatales no ejercen como tal o lo hacen solo parcialmente aprovechado los vericuetos legales que ofrecen los Estatutos Docentes, los débiles controles y la ausencia de reconocimientos y castigos. Alto ausentismo y personas que cobran como docentes pero no ejercen esa función explican que en las escuelas estatales haya más cargos docentes que en las escuelas privadas y que en las escuelas de los países desarrollados, pero la calidad esté profundamente degradada.
Una mejor educación requiere una mejor remuneración de los docentes que efectivamente se comprometan con la formación de sus alumnos. Para ello no es imprescindible pedirle a la sociedad más dinero sino mejorar la gestión. Por eso es clave que el avance que implica volver a descentralizar la negociación paritaria sea acompañado con la modernización de los Estatutos Docentes, de los sistemas de información para la gestión del trabajo docente y de mayor rigurosidad para planificar y monitorear el aprendizaje de los alumnos. Sería estratégico también ampliar los temas de discusión paritaria. En lugar de limitarse a fijar un porcentaje de aumento homogéneo, buscar esquemas de mayor salario para los docentes que demuestren compromiso y buenos resultados.
En esta lógica, también es importante evaluar críticamente la necesidad de seguir sosteniendo un Ministerio de Educación nacional. Concentrar recursos y esfuerzos en fortalecer la gestión de las provincias es la vía más directa para mejorar la educación. No es casual que Canadá, país federal como la Argentina, tenga uno de los mejores sistemas educativos del mundo y no tenga un ministerio de educación nacional.
Fuente: IDESA