Fue planeado casi a la perfección. Sólo les faltó afinar los detalles del escape. Y eso fue lo que derivó en que cinco de los nueve delincuentes que perpetraron el lunes a la noche del asalto a un tour de compras proveniente de Santiago del Estero con destino a la localidad salteña de Orán fueran detenidos.
El caso volvió a colocar en el centro de la escena los viajes que casi a diario se organizan para ingresar mercadería comercializada de manera ilegal desde Bolivia, y que ya fueron escenario de varios sucesos controvertidos.
Por El Cadillal
El micro partió el lunes pasadas las 20. Superaron Los Nogales y, cuando transitaban por el ingreso a El Cadillal, sobre la ruta nacionakl 9, dos automóviles les cerraron el paso y luego otro los flanqueó sobre la banquina.
Al menos tres personas accedieron al micro y se apoderaron de carteras, bolsos y riñoneras en las que nueve de los 20 pasajeros llevaban más de $ 8 millones.
“Todo fue muy rápido, se quedaron con ese dinero porque se quedaron sin tiempo para sustraer más cosas”, contó el comisario Gustavo Beltrán, jefe de la Unidad Regional Norte.
El chofer del micro siguió avanzando hasta que se topó con el control caminero de Tapia, donde denunció lo que había ocurrido, tras lo cual los efectivos de ese destacamento emitieron una alerta general para buscar a los asaltantes.
“Tenemos un dispositivo especialmente diseñado para este tipo de hechos”, amplió el comisario Beltrán.
Varios casos
Fuentes policiales recuerdan que el último hecho conocido se registró hace más de un año, pero no se descarta que se hayan producido otros de similares características que no fueron denunciados.
Los investigadores indicaron que muchas veces las víctimas de estos delitos deciden no hacer la denuncia para no tener que justificar el origen del dinero en efectivo que llevan para hacer las compras.
Minutos después del asalto, personal al mando de los comisarios Sergio Juárez, Walter Colombres y Gustavo Cabrera detuvieron al Fiat Siena que habría participado en el operativo.
Tenían tumberas
Tras someter a sus ocupantes, los efectivos hallaron en el interior del vehículo “tumberas”, réplicas de armas de fuego y pertenencias de las víctimas.
“En base a la información que nos proporcionaron los pasajeros del tours de compras, logramos identificar a otros sospechosos”, siguió relatando el comisario Beltrán.
En la ciudad de Tafí Viejo se dieron con el VW Fox en el que se movilizaban otros tres detenidos, uno de ellos pertenecíente a la Guardia Urbana Municipal y otro, proveniente de Rosario de Santa Fe.
Los investigadores sostienen que del robo participaron al menos otras cuatro personas que utilizaron otro auto. Ellos se habrían quedado con el botín que obtuvieron en el asalto.
En las últimas horas del martes la Policía realizaba diversos allanamientos para dar con los prófugos., entre ellos, otro rosarino y una mujer que habría tenido un papel importante para brindar información sobre los movimientos que realizaron las víctimas.
La investigación
Los investigadores que trabajan bajo las instrucciones del fiscal Diego Hevia, revisan los detalles de cómo se produjo el asalto.
Lo que más les interesa es determinar cómo supieron que podrían conseguir un importante botín atacando al micro. Por el momento manejan dos hipótesis.
Al parecer el grupo comando no sólo tenía información sobre el viaje, sino que una pareja los habría seguido en un vehículo particular.
La otra teoría que manejan los investigadores es que también podría haber viajado un infiltrado entre los pasajeros que les brindó información sobre el recorrido que venía realizando.
Tucumanos sin antecedentes
Lo único de lo que están seguros es que al menos los detenidos tucumanos no tienen antecedentes y que no tendrían experiencia en este tipo de hecho.
“Somos víctimas fáciles de los delincuentes. Todos saben que la gran mayoría lleva dinero porque son contados los casos en los que nos aceptan realizar transferencias. Además se sabe que en este tipo de transacciones se obtienen mejores precios si se paga de contado”, lamentó Julio Burgos que habitualmente efectúa un viaje mensual para vender en su local.
Según las estimaciones del sector, una persona que va a comprar para luego revender lleva entre $ 3 y $ 5 millones. Un micro traslada a entre 15 y 30 personas.
“Ir a comprar es un sufrimiento. Vamos muertos de miedo por la plata que llevamos. Pero también volvemos asustados porque nos pueden secuestrar la mercadería o robar. Es que desde hace bastante tiempo se viene diciendo que los tours traen droga. Hay muchos pícaros que pueden querer quitarla para luego venderla”, lamentó Esteban García, a quien sólo le queda confiar en que haya sido un caso aislado.