Los ajustes anunciados en éste y otros rubros fueron de tal magnitud que las consultoras privadas están volviendo a estimar sus pronósticos. Y claramente las noticias no son buenas: el piso de inflación del mes ya se ubica en el 2%, pero incluso podría acercarse al 2,5%, dependiendo de cómo se comporten algunos precios en esta segunda mitad de febrero.
Además del impacto en los bolsillos, el salto también representa todo un desafío para contener los reclamos salariales acercándose el período de concentración de las negociaciones de salarios en paritarias.
Efecto inercial y algo más
La perspectiva no es buena tampoco para marzo, teniendo en cuenta que se aplicará la segunda fase de la suba de las tarifas eléctricas (que se escalonaron en dos meses), además de los aumentos típicos del inicio de clases.
Hay algunos factores, de todas maneras, que ayudarían a evitar un salto todavía mayor de la inflación este mes. Por ejemplo los descuentos por fin de temporada en indumentaria y el inicio del plan Precios Transparentes, que están generando una disminución en el valor al contado de algunos productos, especialmente electrodomésticos. Aún no está muy claro hasta qué punto podría incidir bajando en alguna décima el índice de febrero.
Por otra parte, tampoco se nota una aceleración en los precios de los alimentos y bebidas. Es un aspecto clave que sigue de cerca el Banco Central para medir la evolución de la inflación más allá de los ajustes ya programados de tarifas. Sucede que más allá del dato que divulga el Indec, también se mira de cerca la denominada “inflación núcleo” que no incluye los ajustes de tarifas o de otros precios regulados.
Los incrementos que se esperan para la inflación de febrero y marzo complican la meta del Banco Central de llegar a fin de año con un ajuste tope de 17%. El relevamiento mensual que efectúa la propia entidad entre 52 economistas arroja un nivel algo superior al 20 por ciento.
Al mismo tiempo, la expansión de la cantidad de pesos en poder del público que impulsó el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, también generó cierta polémica por el impacto en la inflación futura. Ese aumento fue del 18% al 25% internanual, pero desde la institución sostienen que está justificado por un aumento de la demanda de pesos ante la baja de la inflación y la recuperación de la actividad económica. Una apuesta que luce todavía algo prematura.
Los datos de enero fueron mixtos. Si bien el Indec midió una inflación de 1,3%, por debajo de las estimaciones privadas, la medición de la ciudad arrojó 1,9% y 2% de inflación “núcleo”, dejando en claro que el proceso de reducción de precios va para largo.