El lunes, alrededor de las 20, se produjo un incidente significativo en las inmediaciones del estadio Monumental de 25 de Mayo y Chile, en el marco del encuentro entre Atlético y Huracán. El altercado involucró a efectivos de la Policía y a miembros de la barra brava del club, conocidos como “La Inimitable”.
Según la información proporcionada por el responsable de Seguridad Deportiva de la Policía, el conflicto se originó cuando Sergio “Chupete” Acevedo intentó ingresar bebidas alcohólicas al estadio con la intención de venderlas en las tribunas.
Tras el incidente, Acevedo fue detenido y trasladado a la seccional 5°, donde permaneció durante varias horas.
En libertad condicional
Un funcionario del Ministerio Público decidió liberarlo provisionalmente hasta que se tomen decisiones sobre el futuro procesal del caso, que podría requerir la intervención de la jueza de Ejecución, quien le había otorgado la libertad condicional.
La Policía, en sus declaraciones, afirmó que Acevedo había generado disturbios al intentar acceder al estadio con las bebidas, lo que le fue negado.
Acevedo, por su parte, alegó que su intención era vender únicamente gaseosas y acusó a los efectivos de haberlo agredido.
Nueva interna en la barra
Este hecho se suma a la tensión existente entre los diferentes grupos dentro de la barra brava, lo que podría indicar un nuevo capítulo en la interna de “La Inimitable”.
El abogado defensor de Acevedo, Marcelo Cosiansi, expresó su preocupación por el trato que recibió su cliente, quien argumentó que era un comerciante legítimo que se dedicaba a la distribución de bebidas en la capital.
Cosiansi también mencionó que Acevedo no había asistido a los partidos por temor a sufrir el mismo destino que su hermano, Javier “Jazo” Acevedo, quien fue condenado por un incidente menor en el pasado.
El crimen de Valeria
La razón de su presencia en el estadio esa noche era un homenaje a su hermana Valeria, quien fue asesinada en un trágico suceso.
Cabe recordar que “Chupete” Acevedo fue condenado por el homicidio cometido años atrás en un boliche denominado Makarena, y tras pasar un tiempo en prisión, le fue otorgada la libertad condicional.
En este contexto, la jueza Ana María Íacono deberá determinar si Acevedo violó alguna norma de conducta. Su defensor sostiene que no hubo tal violación y que, en cambio, su cliente es víctima de una persecución.
No es la primera vez que los Acevedo están en el centro de un conflicto, ya que en menos de un mes se han visto involucrados en otro incidente violento.
En esta ocasión, Abel “Vaquita” González, hijo de un conocido miembro de la barra, fue denunciado por agredir a su tío, Julio “El Gringo” Acevedo.
Los problemas en torno a la venta de bebidas alcohólicas en el estadio son recurrentes y han sido reconocidos incluso por los propios miembros de la barra durante juicios anteriores.
Enfrentamiento con la policía
Los testigos del altercado del lunes describieron una situación caótica en la que varios individuos se enfrentaron a los efectivos de la Policía. Marcos Medina, uno de los presentes, comentó que la pelea se intensificó con la llegada de más policías, quienes finalmente se llevaron a Acevedo.
Por su parte, Julio Martínez, otro testigo, expresó su preocupación por la creciente violencia en los partidos, sugiriendo que los dirigentes del club deberían actuar para evitar futuros incidentes.
Golpiza en la cárcel
En un giro adicional, se reportó que Javier “Jazo” Acevedo recibió una golpiza en la celda donde se encuentra detenido. Su abogado, Marcelo Cosiansi, afirmó que las condiciones de salud de Acevedo han empeorado, destacando que había perdido un ojo debido a un ataque en el penal.
Según Cosiansi, la falta de atención médica adecuada ha contribuido a su deterioro, y el reciente incidente en la celda fue desencadenado por un malentendido durante la hora de la comida.
Acevedo fue agredido por un grupo de internos, lo que resultó en lesiones graves y la pérdida de su prótesis ocular.
En conclusión, los eventos recientes han puesto de manifiesto la compleja relación entre la barra brava del club y las autoridades, así como las tensiones internas que pueden derivar en situaciones de violencia.
La situación de los Acevedo, tanto en el ámbito legal como en su vida personal, continúa desarrollándose y el desenlace de estos conflictos queda en manos de la justicia y de las autoridades del club.