Es por la medida de fuerza docente de 48 horas en todo el país. Desde el macrismo hablan de una intencionalidad política.

El mayor impacto se lo llevará la provincia de Buenos Aires, donde unos 2 millones de chicos y jóvenes asisten a primarias públicas. La secundaria arrancará el lunes 13. Allí, los sindicalistas amenazan además con nuevas medidas de fuerza si no reciben una oferta que desactive el conflicto.

“Los gremios nos dijeron que por más que llegáramos a un acuerdo en la Ciudad iban al paro igual, es decir, se iban a adherir de cualquier manera a la huelga convocada por CTERA y el resto de los sindicatos nacionales. Por eso decidimos suspender la paritaria hasta el martes a la tarde”, se quejaron fuentes del Ministerio de Educación porteño en diálogo con Clarín. Es la primera vez en seis años que este distrito llega al primer día de clases sin haber conseguido un acuerdo salarial con los maestros.

La versión de los gremios es otra: “La nueva postergación demuestra una vez más que la imposibilidad de destrabar el conflicto en la Ciudad (y en todo el país) es producto de la negativa del ministro Esteban Bullrich de convocar a la paritaria nacional docente. Negativa que se agrava con el techo del 18 % que el presidente Mauricio Macri le pretende imponer a las provincias en sus discusiones salariales. El año pasado, en esta fecha, los docentes estábamos en las aulas dando clases. Quien decidió cambiar el escenario e incumplir la Ley de Financiamiento Educativo fue el Gobierno”, señaló UTE-Ctera.

La ley aludida, del año 2005, dice en uno de sus artículos que el Ministerio de Educación nacional, el Consejo Federal de Educación y los representantes gremiales docentes deberán llegar a un acuerdo sobre el salario mínimo a cobrar por los docentes de todo el país. Sin embargo, el argumento de Bullrich ha sido que, como la Nación no tiene docentes (es decir, que el sueldo lo paga cada provincia), esa instancia de negociación ya no tiene razón de ser. En la paritaria de 2016, además, se había fijado una cláusula por la que el salario inicial de un docente pasaría a ser, en adelante, el equivalente al mínimo vital y móvil más el 20 por ciento.

El enojo de las autoridades porteñas fluía ayer sin freno. “Le estamos ofreciendo un sueldo de bolsillo que, para el maestro que recién empieza, supera los 13 mil pesos para un cargo simple. Si tenemos en cuenta que el 70 por ciento de los docentes porteños trabaja doble turno, ese sueldo supera los 27 mil pesos”, afirmaron desde la Ciudad. El rechazo a lo que las autoridades consideran una buena oferta es uno de los argumentos que desde el macrismo esgrimen para concluir que el paro tiene una intencionalidad política de los sindicatos afines al kirchnerismo.

Fuente: Clarín

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